Informaciones Psiquiátricas - Tercer trimestre 2005. Número 181

Enfoque cristiano: "Mirada desde la hospitalidad"

Donaciano Martínez
Especialista y profesor en Teología pastoral.
Colaborador de la Provincia canónica de Palencia.

Recepción: 06-06-05 / Aceptación: 19-09-05

 

PRESENTACIÓN

Estamos reflexionando sobre «Cuidados paliativos y tratamiento al final de la vida». Hemos presentado y dialogado un documento titulado «Aspectos técnicos claves para su organización y desarrollo». Hemos abordado, unas veces implícitamente y otras explícitamente, los dilemas éticos relativos a este ámbito de la salud. En esta dimensión, hemos hecho referencia a la «Doctrina católica y cuidados paliativos».

Parecería que de este modo hemos concluido nuestra reflexión. Creemos, sin embargo, que para completar acertadamente nuestro diálogo es necesario hacer una referencia explícita a la cultura hospitalaria.

Estamos haciendo una reflexión desde un lugar determinado: los Centros de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús. Es pertinente, pues, hacer referencia a la cultura singular a la que pertenecemos y al modelo hospitalario que desarrollamos. Si estos referentes nos inspiran y orientan en toda actuación, hemos de, al menos, preguntarnos explícitamente si la Hospitalidad tiene una palabra que decir sobre el tema que estamos reflexionando.

El hecho mismo de hacernos la pregunta, independientemente de la respuesta, es ya un modo de garantizar y seguir alimentando la originalidad que define nuestro proyecto hospitalario en todas y cada una de nuestras actuaciones.

 

HOSPITALIDAD Y CUIDADOS PALIATIVOS

La cultura de la Hospitalidad, siempre, desde sus orígenes, ha asumido el progreso médico en cuanto de calidad técnica y desarrollo verdaderamente humano ha ido descubriendo. Igualmente, nuestra Institución asume los planteamientos de la Bioética y los cultiva y potencia desde la inspiración cristiana que está en su mismo origen. Ésta es la actitud que nos define.

Y al mismo tiempo, tenemos conciencia de que nuestra cultura hospitalaria tiene una rica historia en cuidados paliativos de la que aquí queremos hacer memoria. Constatamos, además, que una serie de indicaciones muy actuales en cuidados paliativos, responden a valores y prácticas largamente desarrollados en nuestra tradición hospitalaria.

Deseamos reconocer esta aportación, valorarla y tenerla como referencia explícita en nuestras actuaciones y también en nuestras formulaciones. Este patrimonio cultural constituye lo que podríamos llamar la acentuación hospitalaria del tema que nos ocupa.

Esta acentuación aviva la identidad de nuestro proyecto, manifiesta la originalidad de nuestra oferta y conforma la concreción de nuestro modelo asistencial en el campo de los cuidados paliativos.

Al realizar este planteamiento no pretendemos volver a desarrollar todo un discurso completo sobre el tema. Sólo buscamos señalar los rasgos más singularmente hospitalarios y ofrecer las referencias que los apoyan. Por ello, este trabajo consiste sencillamente en unas notas al tema desde la Hospitalidad.

Estas notas podrían ser incluidas en el interior de la estructura y contenido del discurso elaborado y dialogado sobre el tema o pueden permanecer como un trabajo complementario. Nos parece que elegir una u otra alternativa no es indiferente.

Presentamos las notas en dos apartados. El primero es más de carácter global, bajo el título ya formulado en documentos de nuestra cultura: «El principio de la Hospitalidad». Y el segundo, más concreto, bajo el título: «Líneas de actuación desde la tradición hospitalaria».

 

EL PRINCIPIO DE LA HOSPITALIDAD

Nuestra misión realiza preferentemente la atención de cuidados paliativos y el tratamiento al final de la vida en el mundo de la salud mental y de la discapacidad psíquica.

El principio de Hospitalidad, como orientación de fondo de nuestro proyecto, propone que los cuidados paliativos de la mejor calidad posible, lleguen también a estos destinatarios ante posibles interpretaciones minusvaloradoras de sus vidas o ante los olvidos y marginaciones que puedan sufrir estos pacientes en nuestra sociedad (CIC p. 35).

Y significa y exige que realicemos la atención en cuidados paliativos teniendo en cuenta los valores hospitalarios identificadores de nuestro modelo (CIC p. 31). Entre ellos, nos parece adecuado resaltar aquí:

  • El reconocimiento práctico de la «dignidad humana de la persona» que es paciente mental o discapacitado psíquico y subsidiario de cuidados paliativos. Esta permanente dignidad hasta el final fundamenta e inspira el planteamiento y práctica de la atención y de la respuesta ética a los problemas (CIC p. 24, 36, 38).
  • El desarrollo de una asistencia que cuida, de modo particular, la «acogida hospitalaria», como encuentro humano en toda actuación tanto con los pacientes como con sus familias, y la «integralidad», como atención eficaz a todas las dimensiones de la persona (CIC p. 35, 36, 49).
  • Una especial sensibilidad por la «humanización de las terapias». La comunidad hospitalaria de nuestros centros, al mismo tiempo que guarda fidelidad al criterio de autonomía, cultiva, como actitud colectiva institucional, la humanidad en cuanto rasgo distintivo de la calidad en una atención técnicamente bien desarrollada (CIC p. 38).

 

LÍNEAS DE ACTUACIÓN DESDE LA TRADICIÓN HOSPITALARIA

Existe hasta ahora en nuestros centros un modo concreto de proceder, en las situaciones que demandan cuidados paliativos, que constituye un rico legado que no deberíamos perder sino asumir, renovar y enriquecer.

Sorpresivamente las mismas Constituciones de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús, que son un texto primaria y fundamentalmente de Congregación Religiosa, contienen indicaciones sobre el modelo de atención que son clara y directamente aplicables a cuidados paliativos. Las consideramos, por tanto, importantes para la cultura hospitalaria de cuantos trabajamos en estos centros.

Nos limitamos a hacer el ejercicio de simplemente indicarlas. Nos proponemos agruparlas entorno a lo que pueden ser distintas líneas orientativas para nuestra actuación ofreciendo las correspondientes citas para facilitar la debida referencia.

1ª Atención especializada a los enfermos y discapacitados psíquicos subsidiarios de cuidados paliativos con un permanente respeto a su persona y una asistencia cordialmente personalizada.

Dentro de la asistencia a los pacientes de nuestros centros, la misión hospitalaria ha remarcado siempre «una especial dedicación a los que más sufren, se encuentran más limitados y son menos atrayentes» (Const. 62).

Creemos que el ser subsidiarios de cuidados paliativos es uno de los casos y momentos en que se dan esas condiciones que requieren «especial dedicación». Para ofrecer esa especial dedicación es necesario hoy tanto la debida especialización como el cuidado cordialmente personalizado; la Hospitalidad se manifiesta en un amor personalizado (Const. 5).

2ª Asistencia de carácter eficazmente integral (Const. 61).

Nuestra tradición nos testifica la atención, con la debida armonía, a todas las dimensiones de la persona incluyendo la atención espiritual y religiosa que tiene en estos asistidos una peculiar aplicación y que ha de realizarse en el respeto a la religión, creencia o ideología de cada cual (Const. 61, 64).

Para responder a la realidad religiosa de nuestros pacientes y, consecuentemente al derecho que los asiste, nuestra praxis hospitalaria ha realizado y está llamada a realizar una pastoral católica renovada que forma parte de la calidad integral de la asistencia.

3ª Valoración y caracterización de los cuidados paliativos por los objetivos de:

  • cuidar (Const. 62)
  • aliviar (Const. 8)
  • acompañar (Const. 68)
  • confortar, aportar consuelo y esperanza (Const. 62, 43, 13)
  • realizar los adecuados gestos que manifiestan la silenciosa empatía del corazón para con los pacientes (Const. 5, 62, 68, 8).

4ª Permanencia en la atención de calidad hasta el final (Const. 68, 5).

Dada la complejidad relacional de nuestros asistidos, uno de los rasgos que identifica la atención hospitalaria es la acogida de los pacientes hasta el final de su proceso siempre que sea necesario y posible.

La atención al término de la vida y el duelo forman parte integrada de nuestra asistencia favoreciendo la participación de la familia y el compromiso de la comunidad hospitalaria.

La sintonía de estas indicaciones con las actuales orientaciones en cuidados paliativos y los enriquecedores especiales acentos que marca la Hospitalidad, nos estimulan para seguir desarrollando un proyecto con identidad hospitalaria en «Cuidados paliativos y tratamiento al final de la vida».

 

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