Informaciones Psiquiátricas - Primer trimestre 2006. Número 183

Las familias ante la sociedad

 

Silvestra Moreno

Presidenta AFAMCA.

 

Recepción: 14-12-05 / Aceptación: 02-02-06

 

El primer grupo social es la familia, por tanto cuando llega la primera sacudida, puede romper la unidad familiar.

Las familias, cuando descubren la problemática de la enfermedad mental, tienen dificultades para entenderla, y muchas más para aceptarla.

El primer reflejo es buscar un culpable: «En mi familia no hay antecedentes, debe ser en la tuya». «Los has consentido, malcriado, con una buena bofetada a tiempo, no pasaría esto».

Mientras comienza el peregrinaje de médico en psiquiatra, buscando quien cure inmediatamente la enfermedad; incluso si creen en los curanderos, se recurre a ellos. Todo menos aceptar que la enfermedad puede ser para toda la vida.

Se intenta ocultar la verdad a los familiares próximos (tíos, primos, abuelos...). A los amigos. Se pierden o distancias las relaciones familiares y de amistad.

Muchas veces, más de lo que pensamos, se rompen las familias, por muchas razones: falta de aceptación del problema, falta de atención al resto de la familia, protección excesiva a la persona afectada, olvido de los otros hijos...

Finalmente llegamos a los lugares adecuados, bien sea un buen equipo de profesionales o una asociación de familiares, en donde aprenderán, toda la familia o la que quede a vivir y aceptar el problema.

Las asociaciones intentamos que este aprendizaje se produzca a través de la participación en los GAMS (Grupos de ayuda mutua), compartiendo la experiencia con otros familiares que saben los recursos existentes, cómo utilizarlos y cual es su responsabilidad como familiar.

Trabajamos con las familias para que defiendan el derecho de sus familiares enfermos a vivir en la sociedad, pero también entiendan sus obligaciones. Las asociaciones, ya en el Primer Congreso Europeo de Asociaciones de Familiares del año 1990, aprobaron un manifiesto con 21 artículos: 12 artículos sobre los derechos del enfermo; 4 artículos sobre los derechos de los familiares y 5 artículos sobre los recursos necesarios. En el manifiesto del Segundo Congreso Europeo de Familiares de Enfermos Mentales de 1995, vuelven a remarcar derechos de enfermos y familiares; y en el Tercer Congreso y en encuentros estatales y europeos, destacan el derecho a que nuestros familiares sean ciudadanos de hecho con derechos y obligaciones.

Añadiría otro derecho de los familiares, que pocas veces se recoge por escrito, y en cambio a las asociaciones de familiares nos preocupa mucho: «El derecho de las familias a morir tranquilos»... Es decir a tener cubiertas todas las necesidades.

Pero no podemos pedir a la sociedad que acepte nuestros problemas, si nosotros no somos capaces de hacerlo.

 

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