Informaciones Psiquiátricas - Segundo trimestre 2008. Número 192

El trabajo interdisciplinar en Psico-geriatría. El trabajo social con el paciente psico-geriátrico

 

Marta Pujol Carbonell

Trabajadora Social. Fundació Hospital Comarcal Sant Antoni Abat. Vilanova i la Geltrú.

 

Recepción: 25-02-08 / Aceptación: 26-03-08

 

INTRODUCCIÓN

Basándome en el título de la mesa, haré algunas reflexiones referentes al trabajo social en el equipo interdisciplinario, y sobre la importancia de nuestra disciplina como aportación técnica en la atención global e integral del paciente psicogeriátrico. También, haré hincapié en el relevante papel que pueden desempeñar otros miembros del equipo para complementar nuestra labor y detectar situaciones de intervención social.

Recordaré cuando las jerarquías todavía prevalecían, los roles de los profesionales no estaban lo suficientemente claros y daban lugar a un trabajo multidisciplinar. Las expectativas del equipo eran, en algunos casos, que el trabajador social tenía que resolver problemas los cuales se consideraban sociales, y poco tenían que ver con su estructura y dinámica sociofamiliar. En muchas ocasiones eran consecuencia de la falta de medios y conocimientos para abordar determinados aspectos sociales y clínicos, las familias tenían que hacer frente a unas problemáticas que eran en la mayoría de casos diagnosticadas como «distocia social».

Se analizará el actual abordaje inter­disciplinario con pacientes psico-geriátricos y su entorno, desde distintas perspectivas y según los servicios. Cómo puede incidir la aportación de otras disciplinas en el tra­bajo social y de que manera el trabajador social puede corresponder con su aportación a los otros miembros del equipo.

Finalmente, se comentarán las nuevas expectativas de futuro, como: la actual Ley de Atención a la Dependencia, la formación de grupos de trabajo social (dentro del colectivo socio-sanitario) para continuar trabajando con los indicadores de calidad propuestos por la FAD (Fundación Avedis Donavedian) y, por último, el cumplimiento del Plan Director Sociosanitario del Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya.

Debemos insistir en que la calidad asistencial en el paciente psicogeriátrico la aporta una buena valoración y abordaje interdisciplinario, a pesar de las dificul­tades que puedan surgir en el trabajo en equipo, nos necesitamos y todavía nos queda mucho por hacer.

 

ANTECEDENTES: LA MULTIDISCIPLINARIEDAD

Cabe recordar que parte del nacimiento de nuestra profesión se la debemos al Dr. Sarró, que en 1953 fundó la Escuela de Trabajo Social en el Hospital Clínico de Barcelona, con formación preferente en el ámbito de salud mental, y posteriormente a todo el sector sanitario. Desde nuestra formación en la Escuela Univer­sitaria, dentro de nuestras materias formativas, además de las propias, ya se nos impartían algunas asignaturas que eran procedentes de otras disciplinas como: psicología, psiquiatría, medicina social, antropología, sociología, derecho, economía, metodología, estadística... En todo momento esta formación era para ampliar nuestros conocimientos. Se nos había formado para trabajar en equipo, y donde el concepto interdisciplinario ya existía.

De la misma manera que lo social incide en la salud, la salud incide en lo social, no pudiéndose separar, de aquí la necesidad del trabajo en equipo interdisciplinario. Esta exposición, no se va a basar específicamente en las funciones del trabajador social, sino en su implicación y la necesidad de trabajar en equipo desde diferentes servicios sanitarios y socio-sanitarios.

Hace 18 años, cuando una de mis compañeras entró a trabajar en el Hospital, su atención era compartida con los servicios de agudos y una sección dedicada a todo tipo de enfermos crónicos. Los roles de los profesionales no estaban lo suficientemente claros y daban lugar a un trabajo mul­tidisciplinar. Las expectativas del equipo eran que el trabajador social debía resolver problemas que se consideraban sociales. En la mayoría de casos, estas dificultades eran diagnosticadas como distocia social. Según el diccionario, Distocia es una palabra procedente del parto: separación madre/feto. Entonces, ¿Tenemos que asociar Distocia Social como sinónimo de: ¿separación?, ¿rechazo?, ¿marginación?

Por ejemplo, cuando era llamada para prestar sus servicios para que solucionara el caso de aquel anciano que lo había traído su familia a urgencias porque presentaba alteraciones de conducta y, entre otras alteraciones, se ponía los guantes de látex en el pie y tenia revolucionado todo el personal de urgencias... O aquel paciente que los cirujanos habían intervenido hacía unos días y estaba agresivo.

¿Qué podía hacer como Trabajadora Social? ¿Cómo podía enfrentarse a ésas alteraciones de conducta?

Su única alternativa era pedir socorro a otros compañeros de otras disciplinas, siempre tan resolutivos y amables para echar un cable al pobre «ancianito», y evidentemente a la trabajadora social e intentar explicarnos el porqué de esas conductas.

Para ella, empezó aquí el trabajo interdisciplinario. El paciente como objetivo común.

Anteriormente, había poca existencia de trabajo de equipo, cada disciplina actuaba según sus criterios o formación. Había una definición poco clara de los roles de los distintos profesionales.

Posteriormente, todos fuimos creciendo en experiencia, hubo un cambio de dinámica de trabajo generalizado: de los equipos multidisciplinares se pasó a los interdisciplinares. No fue fácil para nadie y aparecieron resistencias para asimilar los cambios. Necesitábamos tiempo para aprender a compartir en equipo un mismo objetivo: el paciente y su entorno.

 

ACTUALIDAD: EL TRABAJO INTERDISCIPLINAR CON EL PACIENTE Y SU ENTORNO

Actualmente, contamos con una red de recursos cada vez más especializados en el ámbito socio-sanitario. Son recursos dirigidos al paciente psicogeriátrico para favorecer la continuidad asistencial y donde el trabajador social forma parte de esta continuidad con su aportación en el abordaje interdisciplinario. Tenemos que tener en cuenta que el trabajador social basa su actuación en los siguientes ejes fundamentales:

1. Promover el desarrollo de las capacidades de la persona de manera que le permita resolver los problemas sociales o colectivos.

2. Velar por los derechos y deberes de la persona atendida en el marco legal de la dignidad y bioética, promocionando la facultad de libre elección, adaptación y desarrollo personal y en caso de que no pueda, abogar por su integridad y tutela.

3. Defender que se adopten políticas sociales justas y equitativas, y para que se establezcan servicios o alternativas a los recursos socioeconómicos existentes.

4. Facilitar información, asesoramiento y conexiones sociales que permitan la adaptación de los recursos a las necesidades cambiantes de la persona.

Los Niveles en los que puede intervenir el Trabajador Social con el paciente Psicogeriátrico y su entorno son comunes en las Unidades específicas de Psico-geriatría. Tanto en las unidades de hospitalización como en el Hospital de día o recursos que se prestan en domicilio.

A Nivel Individual, encontramos 3 tipos de atención:

− Asistencial. Se basa en la atención directa al paciente/familia: Valoración Social, derecho a la información sobre los derechos y deberes, el plan de trabajo, el seguimiento, el soporte en la adaptación del paciente y familia y, por último, el trabajo de implicación afectiva y relacional acompañándolos durante el proceso de enfermedad y pérdida. En caso de que existan limitaciones que impidan al paciente tomar sus decisiones, se debe de abogar por su integridad y tutela. Asimismo, la importancia de cuidar al cuidador ofreciéndole soporte tanto dentro como fuera de la institución: actividades lúdicas y sociales y/o recursos de atención a domicilio si procede.

En esta fase el trabajador social hará aportaciones técnicas al equipo como: la valoración social completa y, siempre que se pueda, la Historia de vida, facilitada por el paciente o familia.

− Preventivo. Para prevenir situaciones de riesgo (estrés del cuidador, agotamiento, enfermedad y fallecimiento, cambio de roles, vulnerabilidad de trato inadecuado, claudicación). Son imprescindibles las labores educativas de sensibilización y concienciación, como la conveniencia de promover incapacitaciones en aquellos casos que no se puedan autogobernar, dando soporte a las familias y cuidar al cuidador ofreciéndole soporte tanto dentro como fuera de la institución: espacios propios para soporte emocional y para ofrecer pautas de manejo.

− Promocional. Grupos de ayuda mutua, promoción de las voluntades anticipadas en los casos que proceda, ofrecer bibliografía específica...

Nivel Grupal:

− Actividades preventivas y promocionales: trabajos con grupos de usuarios y familias para prevención y promoción de la salud (p. e.: dentro de la institución talleres educativos, actividades con voluntarios, reuniones informativas con las familias...).

Nivel Comunitario:

− Actividades preventivas y promocionales: promover la coordinación de la red asistencial, velar por el respeto a las costumbres y diversidad cultural y religiosa de las personas atendidas. Promover grupos de acción social y de voluntariado, colaborar en proyectos de investigación y en estudios de necesidades y análisis de carencias, formulando propuestas de mejora.

Las funciones del trabajador social dentro del equipo interdisciplinario son:

– Participar en las reuniones de equipo, aportando datos básicos de la historia de vida y del diagnóstico social para diseñar conjuntamente un plan de atención global.

– Elaborar, ejecutar y avaluar el plan de intervención del paciente, la familia o la persona cuidadora.

– Proporcionar al resto de profesionales información sobre recursos y servicios y su disponibilidad.

– Coordinar las intervenciones y actuaciones con el resto del equipo.

– Facilitar la relación y la comunicación entre el paciente, la familia o el cuidador con los profesionales del servicio.

– Sensibilizar al equipo respecto a las implicaciones sociales que conlleva la enfermedad.

– Realizar la avaluación conjunta de la prestación del servicio, de sus herramientas y los métodos del trabajo y de la documentación que utiliza el equipo en la atención asistencial.

– Elaborar y ejecutar conjuntamente proyectos de intervención en grupo.

– Participar de manera activa en los planes de mejora del servicio y en la elaboración y revisión de los protocolos asistenciales.

– Participar en la avaluación y la detección de problemas dentro del equipo que puedan afectar en la atención asistencial.

– Colaborar en los estudios para medir el grado de satisfacción de los pacientes, su familia o su cuidador.

– Promover y garantizar el secreto profesional y el de confidencialidad.

Para la realización de estas tareas, el trabajador social cuenta con unas técnicas de intervención como son la Historia de vida, el informe social, la entrevista social, la observación, los protocolos de actuación, las escalas de valoración y detección de factores de riesgo y necesidades sociales, los grupos de supervisión o el voluntariado.

Creo necesario hablar de algunas de estas técnicas más profundamente ya que son nuestra base de trabajo.

La Historia de vida del paciente: el nivel de instrucción, cultura, religión, profesión, hechos relevantes transcurridos a lo largo de la vida, la dinámica familiar previa y actual del paciente, el grado de soporte de la familia, su educación para el manejo, sobrecargas familiares, capacidades adaptativas de los cuidadores, cuando hay otras patologías familiares añadidas como por ejemplo: adicciones, enfermedades mentales...

Aún hoy, estamos aprendiendo nuevas técnicas y estrategias de equipo. Como por ejemplo la observación y aportación de otras disciplinas para facilitar la intervención del trabajador social. Observación por parte del personal auxiliar de la actitud del paciente y/o del familiar hacia el paciente, inadecuación en el trato, cambios en las rutinas, régimen de visitas, comportamiento... Un claro ejemplo es el caso del familiar que fuerza al paciente para que coma, utilizando medios no adecuados.

Existen muchas dificultades para objetivar el maltrato y vulnerabilidad del paciente afectado de deterioro cognitivo. Siempre será necesaria la observación directa por parte del personal de planta, a parte de los síntomas físicos que puedan aparecer.

En la actualidad, el trabajador social ha recurrido a nuevas técnicas para constatar hechos como son las Escalas de Valoración: en concreto la Escala de Zarit y la Escala de Gijón para valorar el riesgo de claudicación de los cuidadores y las necesidades sociales. Hasta hace poco, el trabajo social carecía de la implantación de estas técnicas para medir estos datos tan importantes para planificar una buena intervención social.

Cabe recordar que la realidad del trabajador social hasta el momento, han sido los escasos medios logísticos con los que hemos contado y que han propiciado, en cierta manera, que en determinadas ocasiones se haya recurrido a nuestros propios medios y a la creatividad. Hemos tenido que contener determinadas situaciones para cubrir la escasa red de recursos sociales, acompañada de la lentitud burocrática para su resolución. Éste último punto nos ha perjudicado notablemente y ha puesto en entredicho nuestra función, siendo en realidad, una falta de previsión de medios e inversión económica, que deseamos, pueda verse compensada en los próximos años por la actual Ley de Atención a las Dependencias.

Seguidamente, pasaremos a comentar los recursos actuales dentro de un centro socio-sanitario que trabajan a nivel de psico-geriatría y sus características y funciones principales. Estos recursos son:

 

UFISS (Unidad Funcional
interdisciplinario Socio-sanitaria)

Es un equipo formado por un médico geriatra, un enfermero y un trabajador social. Se encarga de la valoración de pacientes en situación aguda que requieren de un ingreso más largo para su estabilización. Normalmente se produce una situación de impacto para la familia/cuidador ante la aparición de un síndrome confusional agudo. El equipo y sobre todo el trabajador social trabajará el ajuste de la familia/cuidador para comprender la nueva situación y le informará de los recursos disponibles. Recogerá el planteamiento de atención futura de la família y/o el paciente.

UMEP (Unidad de media estancia psico-geriátrica,
Convalecencia psico-geriátrica)

Se trata de una unidad para ingresos, en un principio, de carácter temporal, para la estabilización de síntomas y/o recuperación funcional en pacientes psico-geriátricos y/o con síndromes confusionales que requieren de un mayor control y vigilancia. Es una unidad cerrada para la mayor seguridad del paciente. El equipo formado por médico geriatra, enfermero, fisioterapeuta, psicólogo, terapeuta ocupacional, auxiliares de enfermería y trabajador social.

Este equipo funciona mediante reuniones interdisciplinarias que diseñarán un plan de trabajo individual con el paciente y unos objetivos comunes. El trabajador social y el resto del equipo seguirán trabajando el impacto emocional de la familia/cuidador. Se valorará la incapacitación legal y la posible ubicación al alta.

¿Qué ocurre con el papel del trabajador social en una Unidad de Media Estancia Psico-geriátrica?

Determinados servicios, supeditados a unas estancias medias, conllevan a que el trabajador social se asocie a un dispensador de recursos sociales con el único objetivo de no entorpecer un alta médica. Cuando el tiempo de estabilidad clínica no corresponde con el social comporta una serie de dificultades que interfieren en el papel del trabajador social como promotor de cambios y mejora en la calidad de vida del paciente y su entorno. Condicionando, en cierta manera el principio de autonomía del paciente psicogeriátrico o, en su caso, en las familias quienes han de utilizar recursos alternativos como «puente» al más conveniente.

Por el contrario, también, sucede que la libertad del paciente o su familia, decida elegir caminos y tratamientos diferentes a los orientados por los profesionales. El trabajador social, solamente, puede abogar su tutelaje en aquellos casos que sean realmente susceptibles de ello.

Algún ejemplo práctico que se nos presenta en esta unidad, sería el paciente que presenta demencia moderada-leve
y que vive con su familia de manera estable, pero ante una fractura de fémur, se desestabiliza a nivel conductual y la familia manifiesta su imposibilidad de atenderlo en domicilio, sumado a la rehabilitación física que progresa lentamente. En estas situaciones cabe valorar si es posible, y procede, organizar el retorno a domicilio. Ofrecer el soporte de Hospital de día para proseguir la rehabilitación y seguimiento de la conducta, a parte de los recursos de atención domiciliaria que se puedan ofrecer a nivel municipal o con soporte privado. Otra opción según el perfil clínico y la situación social será solicitar una plaza de Larga Estancia Psico-geriátrica por necesitar un ingreso más largo.

Un ejemplo distinto que nos hemos encontrado sería el de un paciente que estuvo ingresado en la Unidad de Psico-geriatría que presentaba trastornos de conducta, y era procedente de otro país y cultura y con barreras legales, culturales y sociales como la documentación legal, el idioma, los hábitos de alimentación y la falta de apoyo familiar. Actualmente estamos en una sociedad pluricultural que nos implica ir adaptando más allá de lo cultural. Nos encontramos que para poder pasar un test de avaluación mental, tuvimos que utilizar el servicio de un mediador sociocultural, quién conjuntamente con el neuropsicólogo, tuvieron que adaptar un Pfeiffer y Minimental con instrumentos del país de origen, tales como monedas y periódicos.

Larga Estancia psico-geriátrica

Se trata de un recurso con el mismo equipo interdisciplinario que en la media estancia o convalecencia y la misma dinámica de reuniones. Es un recurso de institucionalización (en una unidad cerrada) que se debe a una situación clínica no estable o no altable clínicamente. Se promueve sistemáticamente la incapacitación, trabajando conjuntamente con las familias. Se trabaja también a largo plazo el alta a un recurso residencial cuando se estabilice la situación clínica y no requiera de un internamiento en un centro socio-sanitario. Normalmente es difícil contemplar el retorno al domicilio habitual ya que después de un tiempo, ni el paciente ni la familia reúnen las mismas condiciones. El traba­jador social acostumbra a canalizar el trabajo hacia la familia y la contención de la situación. Se pide la colaboración de la persona referente para el paciente para que colabore estrechamente con el equipo ante nuevas dificultades. Muchas veces, los pacientes ingresados en estas unidades ven como se prolonga su estancia más de un año y el equipo tiene que hacer frente a las nuevas situaciones sociales que presenta la familia del paciente o cuidadores. Puede su­ceder que presente antes la defunción de la pareja del ingresado que del propio paciente. Esto conlleva que el trabajador social termine trabajando también la búsqueda de nuevos referentes o tutores. Para finalizar, una de las funciones más im­portantes del trabajador social es el se­guimiento familiar en el transcurso del desenlace final de la enfermedad y el seguimiento del proceso de duelo una vez fallecido el paciente.

Programa de ingresos temporales psicogeriátrico para descanso familiar

Recurso destinado a pacientes psico-geriátricos que viven en sus domicilios y que, por motivos de dinámica familiar de los cuidadores o para su sobrecarga emocional y física precisan ingresar temporalmente al paciente. Son ingresos normalmente de un mes y se hacen en la misma unidad de psico-geriatría que los ingresos de media estancia o de larga estancia. El equipo interdisciplinario es el mismo y la función del trabajador social es prevenir una futura posible claudicación de los cuidadores y valorar si son necesarios otros recursos externos de apoyo a domicilio. Asimismo, estos ingresos sirven para que el equipo pueda hacer un seguimiento de aquellos pacientes que siguen atendidos en el domicilio. Normalmente se hace de uno a dos ingresos por año.

PADES (Programa de atención domiciliaria equipo de soporte)

Es un equipo formado por un médico geriatra, un enfermero y un trabajador social. Se trata de un recurso de atención a domicilio dado que la situación clínica del paciente lo requiere. Se trabaja mucho en las fases más avanzadas de una enfermedad, normalmente terminal, pero también se hace seguimiento de pacientes afectados de demencia que requieren de supervisión médica y asistencia específica y continuada. Principalmente, el trabajador social interviene en el soporte familiar ofreciendo la contención emocional necesaria para sobrellevar esta situación tan difícil y para poder seguir atendiendo en el medio habitual. Se trata de intentar prevenir situaciones de riesgo como la claudicación familiar y orientar sobre recursos de soporte como las ayudas técnicas tipo grúas, alzas en el baño... y/o valorar en equipo la necesidad de ingreso hospitalario para estabilización o intento de mejora de alguna situación aguda. Muchas veces, el equipo también tiene como función la valoración del perfil del paciente.

En algunas ocasiones, el equipo de PADES ha tenido que hacer una valoración en el propio domicilio de algún paciente afectado de trastorno de conducta que se niega a visitarse por los especialistas y cuya situación esta provocando una alteración de la dinámica familiar e incluso del vecindario. Muchas veces alertados por el médico de atención primaria y los servicios sociales se ha tenido que optar por un ingreso involuntario informando a fiscalía de la situación. En estos casos es muy importante la coordinación de todos los miembros del equipo y el trabajo conjunto con la familia y/o cuidadores.

Unidad de Sub-agudos

Es una unidad que se caracteriza por tener unos ingresos de corta estancia. El equipo interdisciplinario requiere de los mismos profesionales que en las otras unidades de hospitalización. Se trata de un recurso para intentar estabilizar una situación que acaba de terminar su fase aguda. Muchas veces se deriva al paciente a otros recursos de hospitalización como la convalecencia. Aún así, el trabajador social tiene la función de ofrecer toda la información sobre las posibilidades existentes a nivel de recursos de soporte.

Hospital de día psicogeriátrico

Es un recurso de día que ofrece sopor-te a personas afectadas de demencia y a sus familias. Con un equipo interdis­ciplinario formado por médico geriatra, enfermero, fisioterapeuta, psicólogo, terapeuta ocupacional, logopeda, auxiliares de enfermería y trabajador social. Se hacen sesiones interdisciplinarias para poner en común las observaciones y los objetivos a seguir de cada paciente. Normalmente la asistencia al Hospital de día es mínimo de tres meses para poder hacer todas las sesiones de estimulación cognitiva que se estiman oportunas. En muchos casos, a algunos usuarios se les prolonga su terapia para conseguir los objetivos marcados por el equipo. El trabajador social basa su trabajo en la familia para asesorar y orientar sobre los recursos de soporte existentes y, sobre el procedimiento de incapacitación legal del usuario si procede.

EAIA
(Equipo de evaluación integral ambulatoria)

Recurso en forma de consulta externa que se realiza dentro del centro socio-sanitario. Sirve para valorar y dar un seguimiento a pacientes afectados de pa­tología geriátrica y psico-geriátrica. Se trata de una valoración integral: médica, neuro-psicológica y social del paciente para derivarlo a los recursos que se crean más convenientes como puede ser el Hospital de día. A nivel social, el trabajador social hace una valoración social com­pleta y se coordina con el médico geriatra y el neuro-psicólogo para trabajar el mejor recurso. El trabajador social también asesorará sobre el proceso de incapacitación legal si procede y sobre todos los recursos existentes que más se adapten según el perfil y la voluntad del paciente y/o família.

 

EL FUTURO INMEDIATO: LA LEY DE ATENCIÓN A LA DEPENDENCIA

Una vez repasada toda la intervención del trabajador social dentro del equipo interdisciplinario y con pacientes psico-geriátricos, cabe mencionar que nos encontramos en un escenario en dónde van a aparecer muchos cambios como fruto de la aplicación de la nueva Ley de Atención a la Dependencia. Seguidamente, voy a comentar algunos aspectos sobre la nueva ley:

Aprobada el 14 de diciembre de 2006. Ley 39/2006, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia. Publicada en el BOE n.o 299 de 15-12-06.

Se trata de una Ley que regula las condiciones básicas de promoción de la autonomía personal y de atención a las personas en situación de dependencia mediante la creación de un Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD), con la colaboración y participación de todas las Administraciones Públicas.

Se determinan tres grados, moderada, severa y gran dependencia. En cada uno de estos grados se establecen dos niveles. Es una ley de aplicación progresiva. En el 2007 esta previsto que se beneficien la personas valoradas con el grado de Gran Dependencia. Del 2008 al 2015 está previsto todo el despliegue.

Los colectivos que se pueden beneficiar son todas las personas en situación de dependencia permanente como las personas mayores, personas con discapacidades físicas e intelectuales gravemente afectadas, personas con enfermedad mental grave, personas discapacitadas sensoriales con un grado de afectación elevado y menores de tres años.

La ley estipula unas prestaciones como la prestación económica vinculada al contrato de un servicio, la prestación para el cuidado dentro del entorno familiar y soporte a cuidadores no profesionales y la prestación de asistencia personalizada a personas con gran discapacidad. Asimismo, contempla un catálogo de servicios como los de promoción de la autonomía personal (tele-asistencia), servicios de atención y cuidado (servicio de atención a domicilio y para la limpieza), servicios de centros de día y de noche y, por último, centros residenciales. Todos estos servicios pueden ser prestados a nivel público y privado-concertado.

El 20 de abril de 2007 en el Real Decreto 504/2007 se aprueba el Baremo de valoración de la situación de la dependencia (BOE n.o 96 21-04-2007). Creación de un baremo estatal mediante el que se evaluarán los ciudadanos en función de la dependencia.

Finalmente, el 26 de abril de 2007, en Cataluña se aprueba mediante el PRODEP (programa para el impulso y la ordenación de la promoción de la autonomía personal y la atención a las personas con dependencia) el despliegue de la Ley. Está previsto a partir de mayo de 2007 la creación de 23 equipos de valoración de la dependencia compuestos por un total de 160 profesionales. En junio de 2007 se iniciarán las valoraciones en los domicilios de las personas afectadas.

Esta ley implica el reconocimiento de todas aquellas personas en situación de dependencia y garantiza unas prestaciones y servicios a las que todos los ciudadanos que cumplan el perfil tienen derecho a percibir.

Para terminar mi exposición, y dentro del futuro inmediato, me gustaría hablar sobre las acciones que actualmente llevamos a cabo los trabajadores sociales de los centros socio-sanitarios para mejorar la calidad de atención. Se trata de los grupos de trabajo compuestos por compañeros de profesión y que se realizan dentro del Consorci Hospitalari de Catalunya y del Col.legi Oficial de Treballadors Socials de Catalunya.

En estas sesiones, se trabajan diagnósticos sociales para una aplicación común y para poder evaluar con los mismos ítems. Además, se están trabajando los Indicadores de Calidad de la Fundación Avedis Donavediam para poder ofrecer una mejor atención al paciente y a su entorno. Se trabajan cuatro macro protocolos:

− Seguridad del paciente.

− Atención a la familia.

− Alta del paciente.

− Satisfacción del paciente y familia.

Asimismo, dentro del despliegue de la Ley de Atención a la Dependencia será muy importante seguir manteniendo el grupo de trabajo ya que se presentarán nuevos retos para el trabajador social.

 

BIBLIOGRAFÍA

1.   Comissió de Salut del Col.legi Oficial de DTS i AA SS de Catalunya. Funcions i competències dels treballadors socials en el camp sanitari. Març 2005.

2.   Seminari de treball sobre el perfil professional del personal en treball social en els serveis sociosanitaris. Aprovat pel Comité d’experts en formació de recursos humans en l’àmbit dels serveis socials. Barcelona, juny 2004.

3.   Casals A, De Vicente I, Garriga R, Tabueña M. Intervenció social en l’atenció sociosanitària i residencial. Materials 157. UAB (Fundació Sociosanitària de Bar­celona i Fundació Institut Català de l’En­ve­lliment). 2005.

4.   Hilarión P, Miró M, Salvà A, Suñol R. et al. informe tècnic serveis sociosanitaris: indicadors per mesurar els criteris de qualitat en l’atenció al pacient i família. Fundació Avedis Donavedian. Barcelona, 2005.

5.   Ley, 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía personal y Atención a las personas en situación de dependencia. BOE n.o 299 de 15/12/2006.

6.   Real decreto 504/2007, de 20 de abril, por el que se aprueba el baremo de valoración de la situación de dependencia establecido por la Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía personal y Atención a las personas en situación de dependencia. BOE n.o 96 de 21/04/2007.

7.    Generalitat de Catalunya. Departament de Salut. Pla director socio­sanitari. Barcelona, octubre de 2006.

 

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