Informaciones Psiquiátricas - Cuarto  trimestre 2008. Número 194

Introducción. Desarrollando la Rehabilitación Psicosocial

 

Alejandro Florit Robles

Psicólogo Clínico. Director Técnico de la Línea de Rehabilitación Psicosocial.
Hermanas Hospitalarias, Provincia de Madrid.

 

Recepción: 14-11-08 / Aceptación: 21-11-08

 

En España, desde la reforma psiquiátrica, se ha intentado potenciar la rehabilitación psicosocial de las personas con trastornos mentales severos y persistentes, aunque este desarrollo no se ha producido por igual en todo el territorio español.

Las Hermanas Hospitalarias disponen de una red de recursos de rehabilitación psicosocial para personas con trastornos mentales severos y persistentes, tanto en Madrid como en Extremadura, denominada Línea de Rehabilitación Psicosocial (LRHB) con un total de 1.174 plazas y 222 profesionales asistenciales, que agrupa recursos de atención diurnos como son los denominados Centros de Rehabilitación Psicosocial, Centros de Día, Equipos de Apoyo Soste-nido, Centros de Rehabilitación Laboral, y centros de atención residencial, así como centros residenciales entre los que se encuentran las residencias, pisos supervisados y plazas en pensiones concertadas y supervisadas.

Esta red de centros se inició en 1989 con la apertura de un centro de rehabilitación psicosocial así como la primera residencia de estas características en toda la Comunidad de Madrid. A lo largo de los años siguientes se ha venido potenciando desde la Entidad el crecimiento de este tipo de recursos, fundamentales para ofrecer una atención integral a las personas con enfermedad mental.

En noviembre de 2007 se realizaron las I Jornadas de Rehabilitación Psicosocial de la LRHB en donde se pusieron en común varios trabajos desarrollados por los profesionales de la rehabilitación psicosocial con el lema «Desarrollando la Rehabilitación Psicosocial».

A lo largo de todos estos años se ha venido desarrollando la técnica, ha aparecido mucha investigación que valida este tipo de intervenciones, y se ha consolidado la filosofía que subyace a todo este modelo de atención. Sin embargo, con el paso de los años se han venido detectando una serie de retos a los que los profesionales se han visto en la necesidad de dar respuesta, bien modificando algunas de las intervenciones existentes, bien innovando otras.

Cuando la rehabilitación psicosocial nace, lo hace en el contexto de la desinstitucionalización y esto marca un tipo de personas al que atender, individuos que salen de los centros psiquiátricos con una elevada cronicidad, años de vida en un centro, casi siempre cerrado y con un modelo clínico de atención, sin apenas contactos con la sociedad, muy medicados y de edad madura.

Aún siguen existiendo unidades hospitalarias que ofrecen ingresos psiquiátricos de larga duración para aquellas personas que dadas sus características las necesiten. Sin embargo, el modelo tradicional de atención ya no se sustenta y por ello se ha visto necesario actualizar e implantar el concepto de la rehabilitación psicosocial en las denominadas Unidades de Cuidados Psiquiátricos Prolongados. Este proceso de cambio, complicado, viene reflejado en el estudio titulado «Proceso de cambio en una unidad de cuidados psiquiátricos prolongados: el camino del compromiso y la rehabilitación», que se presenta en este monográfico. Se presentan los datos del impacto que se produce en la mejora de las personas atendidas gracias al cambio de filosofía de intervención, lo que debe animar a otras unidades similares a seguir por ese camino.

Pero, tal y como se comentaba, en estos 18 años el perfil de personas que llegan a los centros de atención en la comunidad para personas con trastornos mentales va cambiando y con más frecuencia aparecen personas jóvenes, con menor tiempo de evolución, consumo de sustancias tóxicas y que nunca han vivido en un centro psiquiátrico salvo en los cortos periodos de hospitalización en una Unidad de Hospitalización Breve de un hospital general. Este tema que preocupa y ocupa a los profesionales ha sido objeto de 2 intervenciones de las I Jornadas y que se recogen en esta revista con los respectivos títulos de «Propuestas de abordaje en la intervención precoz de la psicosis con usuarios de un CRPS y sus familias» y «Diseño de un modelo de trabajo con personas jóvenes con enfermedad mental grave».

Como se ha afirmado anteriormente, la rehabilitación psicosocial une técnica y filosofía, y por ello no todo vale. Es fundamental que se estructure un cuerpo teórico fuerte que fundamente y oriente el trabajo. Es muy importante saber qué se pretende conseguir con cada intervención que se ofrece a cada una de estas personas. La terapia ocupacional de hace años, en donde sólo se buscaba entretener a los pacientes ya no se mantiene. Cada intervención debe perseguir un fin y todas ellas, al final de su proceso, pretender reconstruir a la persona en su totalidad. Este aspecto fundamental se desarrolla en el trabajo titulado «Buscando la reconstrucción personal, retomando el control de la propia vida (un diseño para favorecer procesos de ’recovery’ y ‘empowerment’)».

Además, bajo la filosofía de la rehabilitación psicosocial se busca potenciar las capacidades de las personas además de mejorar su déficit. Sin embargo, en excesivas ocasiones, estas intervenciones se centran en los aspectos negativos produciendo una especie de efecto halo, haciendo percibir a la persona con enfermedad mental que su vida es un desastre y que debe esforzarse en cambiarla. Pero en cualquier ser humano existen áreas conservadas, fuentes de placer que fortalecen a la persona y le anima a seguir mejorando. Es un tipo de intervención enfocada en las emociones positivas y que se explica en el artículo «Las emociones positivas en el proceso de rehabili-tación». Aquí no sólo se expone el programa y su fundamentación, sino que se demuestra su eficacia mediante los datos de los resultados obtenidos en un grupo al que se le aplicó.

El estigma es otro de los aspectos con los que a lo largo de estos años los profesionales de la salud mental se han encontrado como una gran barrera que di-ficulta muchas de las intervenciones ofrecidas y en definitiva, imposibilita la integración social de las personas con trastorno mental. Un aspecto concreto que se presenta en este monográfico es el consumo de tabaco. Hoy en día y con la aplicación de la ley antitabaco, no se permite fumar en múltiples contextos, tanto en locales de ocio, los propios centros de atención así como en los entornos laborales. Desde siempre se ha observado que la población con enfermedad mental fuma con una frecuencia e intensidad muy elevadas. Sin embargo, es sorprendente que, mientras se desarrollan múltiples investigaciones en programas para dejar de fumar y se ofrecen éstos en centros de salud a la población general, no existe apenas investigación sobre la población de personas con enfermedad mental. Ni siquiera se ofrecen los programas existentes a estas personas pues los propios profe-sionales sanitarios consideran un reto imposible el lograr que un enfermo mental deje de fumar. Obviamente este tipo de pensamiento tiene un impacto muy negativo en la vida de estas personas, tanto en su salud general, como en sus posibilidades de integración, especialmente en ámbitos laborales y en su propio autoconcepto. Este estudio llamado «Consumo de tabaco en personas con enfermedades mentales crónicas» presenta una serie de datos muy relevantes sobre este estigma además de ofrecer datos de eficiencia de un programa para dejar de fumar en esta población, logrando echar por tierra este mito en concreto.

Por otra parte, en referencia a la integración laboral, se ha visto en los últimos años la gran capacidad y posibilidad de que este tipo de personas puedan integrarse en entornos laborales, especialmente en los normalizados. En algunas ocasiones esta integración se hace efectiva en centros o servicios cuya actividad principal es justamente la atención en salud mental. Esto produce una serie de sinergias pero también de dificultades sobre las que se reflexiona en el artículo «Usuarios y compañeros de trabajo: la inserción laboral de nuestros usuarios en las instituciones del sector: diferentes alternativas».

Por último, es interesante el comprobar que el éxito del paradigma de la rehabilitación psicosocial en la esquizofrenia ha ampliado su campo de actuación, lo que conlleva nuevos retos asociados a la mayor variabilidad y complejidad de los problemas de las personas atendidas por los programas rehabilitadores, en forma de nuevas poblaciones de personas con enfermedades mentales crónicas, tales como aquellas con trastornos de personalidad graves y aquellas que presentan a la vez un trastorno mental crónico y comorbilidades graves como discapacidad intelectual y abuso de tóxicos. A ellos va dedicado el último trabajo llamado «Nuevos problemas en rehabilitación psicosocial».

El desarrollo, la investigación y la innovación deben de ir de la mano en rehabilitación psicosocial, actualizando y reflexionando continuamente para poder ofrecer nuevas aportaciones que mejoren la calidad del servicio prestado.

 

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