Informaciones Psiquiátricas - Cuarto  trimestre 2008. Número 194

Consumo de tabaco en personas diagnosticadas de enfermedades mentales graves y crónicas

 

José Luis Arroyo Cifuentes

Psicólogo, coordinador Miniresidencia Centro Menni-Aravaca, Línea de Rehabilitación Psicosocial,
Hermanas Hospitalarias, Madrid.

 

Cristina Otero Vicario

Psicóloga Miniresidencia Centro Menni-Aravaca, Línea de Rehabilitación Psicosocial,
Hermanas Hospitalarias, Madrid.

 

Recepción: 14-11-08 / Aceptación: 21-11-08

 

RESUMEN

El trabajo parte de los resultados derivados de una revisión bibliográfica actualizada sobre la problemática del consumo de tabaco en la población, en lo que se refiere a prevalencia, variables asociadas al consumo habitual, patrones de consumo, consecuencias, motivación y acceso a tratamientos. En él se expone la metodología, resultados y conclusiones de 2 estudios descriptivos exploratorios desarrollados en la Miniresidencia de Aravaca durante el año 2007, utilizando una muestra de 81 y 30 usuarios respectivamente en los que se observa que la tasa de fumadores habituales se encuentra entre el 63%-70%. No se han encontrado diferencias entre tasas de consumo y grupos diagnósticos y sí con el sexo, nivel cultural y consumo de otras sustancias. En el grupo de fumadores se muestran altos niveles de dependencia, cantidad de cigarrillos diarios consumidos y la coexistencia de enfermedades orgánicas. Los niveles de motivación para dejar de fumar son bajos y la atención de la dependencia desde los recursos sanitarios que atienden habitualmente a los usuarios es escasa.

Palabras clave

Tabaco. Dependencia. Prevalencia. Enfermedad mental.

 

ABSTRACT

In this work we make a review on tobacco consumptiom by people with chronic and severe mental disorders, including prevalence, related variables, habits, consecuentes, motivation and access to treat-ment. The methodology, results and conclusions of two descriptive exploratory studies made at Aravaca Miniresidence in 2007 are shown, using two samples of 81 and 30 users respectively, founding a prevalence between 63%-70%. No differences in consumption related with diagnosis were found, as there were with sex, educational level and other substances use. In the smokers group, we found high level of dependency, number of cigarettes and organic diseases. The motivation to quit is low, as it is the care provided by health programs.

Keywords

Tobacco. Dependence. Prevalence. Mental disorder.

 

1. INTRODUCCIÓN

En las últimas décadas estamos asistiendo a un progresivo descenso de fumadores en la población general. Este hecho está mediado entre otros factores por políticas más restrictivas en el acceso y uso del tabaco, cambios en la valoración social de la conducta de fumar en el que existe y un fomento de la cultura de los hábitos saludables, junto con un mayor desarrollo y acceso a estrategias destinadas tanto a prevenir como a facilitar la abstinencia.

La literatura sobre consumo de tabaco en personas diagnosticadas de esquizofrenia muestra de forma consistente que en esta población, comparadas con la población general y con otros diagnósticos psiquiátricos, existen unas mayores tasas de prevalencia de consumo habitual de tabaco1. Los estudios demuestran que las tasas de fumadores entre las personas con diagnóstico de esquizofrenia se encuentran entre el 58% y el 88%2-3, llegándose en algunas muestras a encontrar tasas del 90% en pacientes institucionalizados4 (de Leon et al 1995). Las investigaciones que han estudiado los patrones de consumo comparándolos con la población general, también han encontrado diferencias, encontrándose en las muestras de pacientes con esquizofrenia un mayor porcentaje de fumadores intensos (>30 cig./día) y mayores niveles de dependencia nicotínica que en la población general, aunque no hay diferencias cuando se comparan con otros grupos diagnósticos5.

Respecto a las tasas de abandono del tabaco, parecen ser significativamente inferiores a las de la población general.

Las investigaciones que han estudiado las consecuencias de fumar han infor-mado de un incremento significativo en el riesgo de sufrir enfermedades físicas, pérdida de eficacia de la medicación neuroléptica, necesitándose dosis más altas de medicación, peor evolución de la enfermedad, mayor riesgo de efectos secundarios, peor calidad de vida y mayores dificultades a la hora de participar en entornos comunitarios6.

El tratamiento de la dependencia nicotínica en la esquizofrenia parece estar dificultado por dos grandes obstáculos: los profesionales que tratan a los pacientes con esquizofrenia parecen poco interesados en el tema de dejar de fumar y los pacientes parecen poco motivados para hacerlo7.

Respecto al interés de los profesionales por ayudar a sus pacientes a dejar de fumar, algunos presentan preocupaciones relacionadas con el hecho de que al dejar de fumar los pacientes presenten un incremento en conducta agresiva o exacerbaciones en sus síntomas psicóticos8. En cuanto a la motivación de los pacientes por dejar de fumar, existen estudios en los que se sugiere que los pacientes con esquizofrenia pueden estar interesados y motivados en dejar de fumar como otras personas.

Desafortunadamente los síntomas y los déficit cognitivos y sociales asociados a la esquizofrenia hacen más difícil la participación en programas para dejar de fumar. En esta dirección se añade que hay estudios que indican que los pacientes con esquizofrenia tienen más bajo acceso a los programas para dejar de fumar que la población normal9.

El presente trabajo contiene 2 estudios de carácter exploratorio. El primero de ellos busca conocer las tasas de consumidores habituales de tabaco e identificar algunas de las variables relacionadas con el consumo habitual de tabaco, entre un conjunto de variables clínicas y sociodemográficas. Las hipótesis que se desarrollaron en este primer estudio fueron:

  • Las tasas de consumidores habituales de tabaco en personas diagnosticadas de esquizofrenia se encuentran entre el 58% y 88%.

  • Las tasas de consumidores son mayores en esquizofrenia que en otros T. psiquiátricos graves.

  • Existe un mayor porcentaje de fumadores intensos.

  • No existe relación entre fumadores intensos y grupo diagnóstico.

  • Existe correlación positiva entre ser fumador y número de ingresos psiquiátricos.

El segundo de los estudios contempla como objetivos principales conocer el nivel de dependencia a la nicotina, la cantidad de tabaco que fuman, la existencia de episodios de abstinencia, el tiempo del mantenimiento del hábito, la percepción que los fumadores tienen del impacto del tabaco en su salud, motivación para dejar de fumar y las intervenciones propuestas desde los recursos sanitarios de la red. Las hipótesis que se desarrollaron fueron:

–  El nivel de dependencia nicotínica es alto, encontrándose en el rango 6-10 según Fagerstrom Test for Behaviour Dependence (FTND)10.

–  Existe un porcentaje de fumadores intensos superior al 20%.

–  No existe relación entre dependencia nicotínica e intensidad de la conducta de fumar y tipo de diagnóstico clínico.

–  Existe una historia de consumo de tabaco de más de 15 años.

–  El nivel de motivación hacia el abandono del tabaco es bajo, encontrándose en un rango entre el 0-4 en el test de Richmond11.

–  La atención al problema de tabaco desde los dispositivos sanitarios comunitarios es bajo.

–  Los episodios de abandono del tabaco son escasos.

–  La oferta de tratamientos para dejar de fumar es escasa.

–  El nivel de percepción de interferencia del tabaco sobre la salud es bajo.

 

2. METODOLOGÍA

2.1. Participantes

Los participantes del primer estudio lo constituye la totalidad de la población atendida desde enero de 2007 hasta septiembre de 2007 en la Miniresidencia Centro Menni-Aravaca (a partir de ahora MR), dispositivo específico de rehabilitación psicosocial, gestionado por Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús y perteneciente a la red de recursos del Plan de Atención Social a Personas con Enfermedad Mental Grave de la Consejería de Familia y Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid. La población está compuesta por N = 81. Sus características están contenidas en la tabla I.

En el segundo estudio la población N = 30 está formada por la totalidad de las personas que residen en la MR a fecha 1 de octubre de 2007. De esta población se seleccionó a la totalidad de personas que tuvieran un consumo de al menos 1 cigarrillo diario durante el mes anterior y que se encontrase en situación de estabilización psicopatológica, que permitiese obtener información válida y fiable a través de la entrevista posterior. Como resultado se obtuvo un total de 19 personas que cumplían la condición de ser fumadoras habituales, de las que se excluyó a 1 persona por encontrarse en ese momento en situación de desestabilización psicopatológica. La valoración de la variable ser fumador habitual se realizó a través tanto de observación natural en el entorno de la MR como de la información que el usuario nos aporta a lo largo del proceso de intervención. Este grupo está conformado por  63,2% hombres y 36,8% mujeres y un diagnóstico en el 73,7% de los casos de trastornos del espectro de la esquizofrenia.

2.2. Diseño

2.2.1. Definición de variables y medidas

En el primer estudio se definieron las siguientes variables:

Variables Criterio

–  Variable Nº 1: «Consumo habitual de tabaco.» Se consideran 2 condiciones en esta variable:

1. Cuando el usuario consume de forma habitual cigarrillos. Se considera que el usuario consume de forma habitual cigarrillos cuando el consumo es de al menos 1 cigarrillo diario durante el mes anterior a la entrevista de información que se realiza en el momento que accede a la MR.

2. El usuario no consume de forma habitual tabaco cuando no se cumplen las condiciones anteriores.

–  Variable Nº 2: «Nº de paquetes de tabaco diarios consumidos.»

Variables Predictoras

Las variables estudiadas pueden consultarse en la tabla II.

Estos datos se obtuvieron a través de la información recogida en la entrevista de información a la llegada del usuario a la MR y los informes de derivación que están contenidos en los expedientes individuales de la MR. Consideramos que el utilizar esta fuente de información, puede introducir sesgos relacionados con la fiabilidad y validez de la información que el usuario aporta en el contexto de la primera entrevista que tiene con los profesionales del recurso.

En el segundo estudio se definieron las siguientes variables:

–  Variable Nº 1: «Nivel de dependencia a la nicotina.» Esta variable será medida utilizando el Fagerstrom Test for Behaviou Dependence (FTND) ya que ésta es una de las medidas más usada en población normal y cuenta con unos aceptables índices de calidad psicométrica.

–  Variable Nº 2: «Nº de cigarrillos diarios consumidos.» Esta variable será medida utilizando la información resultante del ítem 4 del FTND.

–  Variable Nº 3: «Episodios de abstinencia en el hábito de fumar.» Se considera episodio de abstinencia a un periodo de tiempo superior a 2 semanas sin fumar. Esta variable será medida a través de información obtenida en entrevista individual en el que se formula la pregunta «¿has dejado de fumar en alguna ocasión?» Dicha variable adquiere las siguientes condiciones:

1.   Existen episodios de abstinencia.

2.   No existen episodios de abstinencia.

–  Variable Nº 4: «Tiempo de mantenimiento del hábito de fumar.» Esta variable será medida a través de in-formación obtenida en entrevista individual en el que se formula la pregunta «¿Desde que edad fumas de forma habitual?». El valor de esta variable será contabilizado en años restando de la edad actual de la persona la edad de inicio y restando el tiempo de abstinencia.

–  Variable Nº 5: «Nivel de motivación para dejar de fumar.» Esta variable será medida utilizando el Test de Richmond. Se elige esta prueba por ser de fácil aplicación.

–  Variable Nº 6: «Percepción de la influencia del consumo de tabaco en su salud en el momento actual.» Esta variable será medida a través de información obtenida en entrevista individual en el que se formula la pregunta «considerando tu estado de salud actual, ¿en qué medida influye el hábito de fumar en tu salud?». Al participante se le mostró una escala de 1-10 y se le informó de que el 1 significa el menor nivel de influencia posible y 10 el máximo.

–  Variable Nº 7: «Presencia de enfermedades orgánicas.» Esta variable será medida recogiendo información del seguimiento del usuario en el recurso y teniendo en cuenta la presencia de tratamientos médicos específicos para el problema orgánico y/o consultas con especialistas.

–  Variable Nº 8: «Nivel de atención a la dependencia nicotínica desde los dispositivos de salud comunitarios.» Esta variable será medida a través de información obtenida en entrevista individual en el que se formula la pregunta «durante el último año algún profesional sanitario (psiquiatra, enfermera, médico de atención primaria… etc.) te ha informado de los riesgos del tabaco en tu salud?». Dicha variable adquiere las siguientes condiciones:

1.   Existe atención al problema de dependencia.

2.   No existe atención del problema de dependencia.

–  Variable Nº 9: «Nivel de accesibilidad a tratamientos efectivos para abandonar el hábito del tabaco.» Esta variable será recogida a través de información obtenida en entrevista individual en el que se formula la pregunta «durante el último año algún profesional sanitario (psiquiatra, enfermera, médico de atención primaria… etc.) te ha informado de algún método o tratamiento para dejar de fumar?». Dicha variable adquiere las siguientes condiciones:

1.   Existe accesibilidad a tratamientos efectivos.

2.   No existe accesibilidad a tratamientos efectivos.

2.2.2. Tipo de diseño

En ambos estudios se trata de un diseño descriptivo transversal. En el primero de ellos la información es recogida a través de la entrevista en el momento de la llegada del usuario al recurso y en el segundo a través de una entrevista y aplicación de otros instrumentos de evaluación descritos en apartados anteriores.

2.3. Análisis de datos

Se utilizaron estadísticos descriptivos a la hora de describir las muestras (datos sociodemográficos y clínicos) y las variables presencia de consumo, cantidad de cigarrillos consumidos, nivel de dependencia a la nicotina, nivel de motivación para dejar de fumar, historia de abstinencia, tiempo de mantenimiento de la adicción, percepción de influencia del tabaco en la salud, nivel de atención de la adicción en los recursos sanitarios o nivel de accesibilidad a los tratamientos para dejar de fumar. Se utilizarán como estadísticos de posición la Media aritmética, con el fin de conocer la posición de la muestra respecto a las variables cuantitativas, y porcentajes al encontrarnos con variables ordinales o nominales. Para el estudio de la variabilidad o dispersión de las puntuaciones, utilizaremos la varianza y desviación típica.

A la hora de analizar las relaciones entre variables se utilizarán los siguientes estadísticos:

  • Chi2 de Pearson en aquellos casos en las que se comparen variables nominales.

  • Cuando la tabla sea 2 x 2, Se aplicará la corrección de Yates cuando la frecuencia en alguna de las celdas sea menor de 5.

  • Coeficiente Eta cuando se analice una variable cuantitativa y una variable categórica.

  • Coeficiente de correlación lineal de Pearson para analizar variables cuantitativas.

2.4. Procedimiento

Estudio 1

Se partió de una definición de la muestra de participantes, utilizando los registros de casos del centro atendidos desde enero de 2007 hasta septiembre de 2007. Posteriormente se seleccionó de cada uno de los expedientes individuales los datos derivados de la entrevista a la llegada y el informe de derivación del usuario. En la etapa final se registró la información en una base de datos y se analizaron éstos utilizando el paquete estadístico Para las Ciencias Sociales SPSS versión11.0 (Social Package for Social Sciences 11.0S for Windows, 2001).

Estudio 2

Se identificó a los usuarios susceptibles de participar en el estudio, utilizando los criterios de inclusión descritos con anterioridad. La valoración del primer criterio fue realizada el 1 de octubre de 2007. Posteriormente se realizaron entrevistas individuales, previa petición del consentimiento informado durante la primera semana de noviembre del 2007. En estas entrevistas se midieron las variables definidas a través de información proveniente de entrevista y de la aplicación de los cuestionarios y escalas descritos anteriormente. Finalmente se registró la información en una base de datos y se analizaron éstos utilizando el Paquete Estadístico para las Ciencias Sociales versión 11.0 (Social Package for Social Sciences 11.0S for Windows, 2001).

 

3. RESULTADOS

3.2. Resultados del primer estudio

En cuanto a la proporción de consumidores habituales entre las personas con enfermedades mentales crónicas, los resultados indican que más de 2 usuarios sobre 3 son fumadores habituales, encontrándose una tasa de consumidores del 70,4%. Estos resultados pueden consultarse en el gráfico I.

En cuanto a la distribución de la edad, la medida de las personas que consumen es de 40, 51 dt = 8,63 y entre las que no consumen es de 42,13, dt = 10,53.

En relación a la distribución de consumidores por sexos, encontramos que entre los que consumen el porcentaje de hombres es mayor, alcanzando el 63,2%. El valor de Chi2 es 0.166 y corresponde a un p = 0,68; por lo tanto podemos concluir que no existe asociación significativa entre sexo y consumo de tabaco.

Respecto a la variable formación académica, encontramos que el 50% de las personas que consumen, no tienen estudios, mientras que sólo el 8,3% de los no consumidores están representados en esta categoría. En este grupo de personas que no fuman, el 46%. aproximadamente tienen un nivel de formación de primaria o secundaria. Al aplicar el Coeficiente de Correlación (C) se obtiene C = 0,45 que corresponde a p = 0,001; por lo tanto existe una relación estadísticamente significativa entre consumo de tabaco y nivel de formación académica.

Puede consultarse en la tabla III los resultados que se desprende de los análisis en los que se compara el porcentaje de personas con diagnóstico del espectro de la esquizofrenia vs no esquizofrenia. Los resultados indican que la proporción de consumidores entre trastornos que no pertenecen al espectro de la esquizofrenia es mayor.

Se obtiene Chi 2 aplicando la corrección de continuidad de 1,484 que corresponde a p = 0,223; por lo tanto se trata de una asociación no significativa entre ambas variables.

Respecto a la variable diagnóstico asociado, encontramos que el 86% de las personas que fuman no presentan comorbilidad con otros trastornos.

El análisis de la variable número de ingresos señala que en el grupo de consumidores el 38,6% tiene más de 5 ingresos y el 43,9% menor o igual que 5. En el grupo de no fumadores el 37,5 tienen más de 5 y el 54,2% menor o igual que 5. El análisis de la asociación entre la variable ser fumador y número de ingresos psiquiátricos indica que no existe relación entre ambas variables.

Al analizar la variable consumo de otras sustancias encontramos que en el grupo de consumidores de tabaco el 26,3% consumen otras sustancias, mientras que en el grupo de no fumadores este porcentaje es del 8,4%. Chi2 = 3,293 p = 0,070; por lo tanto la asociación no adquiere el grado de significación estadística.

En cuanto a la cantidad de paquetes de tabaco consumidos al día, se obtiene una media de 1,44, con una dt de 0,59 (29 cigarrillos). Si analizamos los porcentajes relacionados con el número de paquetes que consumen, encontramos los siguientes resultados (tabla IV).

Si dividimos el nº de paquetes diarios consumidos por grupos diagnósticos nos encontramos que obtenemos medias muy similares 1,46 dt de 0,51 para el grupo de no esquizofrenia y 1,43 y 0,62 para el grupo con diagnóstico de esquizofrenia.

3.2. Resultados del segundo estudio

El porcentaje de fumadores habituales alcanza el 63,3%. La distribución de fumadores por sexos es de un 70,6% en el caso de los hombres y 53,8% en el de las mujeres.

En el análisis de la relación entre la variable sexo y consumo de tabaco se obtiene Chi 2 aplicando la corrección de continuidad de 0,314 que corresponde a p = 0,575; por lo tanto los resultados no indican una asociación estadísticamente significativa entre ambas variables.

La historia de consumo de tabaco alcanza una media de 26,44 años con una dt de 10,04.

En cuanto al análisis en función del diagnóstico se obtiene que el 63,6% de las personas con diagnóstico de esquizofrenia fuman, siendo el porcentaje de fumadores dentro del resto de los grupos diagnósticos del 62,5%. El análisis de la relación entre la variable fumar y tener diagnóstico de esquizofrenia, se estudió a través de Chi2 aplicando la corrección de continuidad se obtiene un valor de 0 que corresponde a p = 1; por lo tanto se trata de una asociación no significativa entre ambas variables.

En cuanto al nivel de dependencia a la nicotina se encontró que la medida de puntuaciones estaba entre 1 y 9. Media de 6,56 y una desviación típica de 1,82. El 78,9% de los casos se encontraban con una dependencia nicotínica considerada como alta (superior al 6). Las personas con diagnóstico de esquizofrenia tienen puntuaciones mayores medias (6,85) (dt 1,09) que aquellas con otros diagnósticos (5,80) (dt 1,99).

En cuanto a la intensidad de la conducta de fumar, como puede verse en el gráfico II el mayor porcentaje de usuarios (55,6%) tienen un consumo entre 11 y 20 y más de 30 en el 22,2% de los casos. Si agrupamos los resultados por diagnóstico encontramos que el porcentaje de fumadores intensos (aquellos que fuman más de 30 cigarrillos diarios) en esquizofrenia está en torno al 28,6%, mientras que en otros diagnósticos no aparecen fumadores intensos. El porcentaje de personas con diagnóstico de esquizofrenia que fuman más de 1 paquete es del 50%, mientras que en otros diagnósticos no hay ningún caso que fume más de 1 paquete diario. Sin embargo la aplicación del Estadístico exacto de Fisher da como resultado 4,46 dicho valor corresponde a p = 0,47; por lo que no existiría una asociación estadísticamente significativa entre ambas variables.

Como puede verse en el gráfico III en el estudio de la existencia de episodios de abstinencia durante la historia de la adicción, se observa que en el 55, 6% de los casos en alguna ocasión han tenido episodios de abandono. Si analizamos esta variable por diagnóstico encontramos que en el caso de los trastornos del espectro de la esquizofrenia se da en el 30,8% de los casos, mientras que en el resto alcanza el 80% de los casos. El valor de Chi2 aplicando la corrección de continuidad es de 1,83 que corresponde a p = 0,17; por lo tanto no se encuentra una asociación estadísticamente significativa entre ambas variables.

La media de puntuaciones en el instrumento de valoración de la motivación es de 2,33 con una dt de 1,94 y un rango entre 0 y 5. Haciendo un análisis por tipo de diagnósticos encontramos que en los trastornos del espectro de la esquizofrenia es de 2,15 con una dt de 1,90 y en otros diagnósticos es de 2,80 y dt de 2,16. Haciendo un análisis de cada uno de los ítems que conforman el instrumento encontramos que en el 72,2% de los casos responden afirmativamente a la pregunta ¿les gustaría dejar de fumar si pudiera hacerlo fácilmente? En el item 2 que evalúa el nivel de interés en dejar de fumar el 50 % responden que no tienen ningún interés, el 33,4% muestran bastante o mucho interés. El 94,4% de los casos no tienen pensado dejarlo la semana próxima y el 50% se plantea dejarlo en los próximos 6 meses. Si analizamos las puntuaciones globales, según el punto de corte que marca el instrumento para considerar que la persona está motivada para iniciar un tratamiento, encontramos que el 16,7% mantendría una buena motivación para dejar de fumar.

Respecto a la variable percepción de la influencia del consumo de tabaco en su salud en el momento actual, encontramos una media de 6,67 y una desviación típica de 2,29.

En los resultados relacionados con la presencia de enfermedades orgánicas puede apreciarse en el gráfico IV que un 47,4% de los fumadores presentan enfermedades somáticas, mientras que este porcentaje es del 9,1% entre las personas que no fuman. Al analizar la relación entre ambas variables utilizando Chi2 razón de verosimilitud se obtiene un valor de 5,20 correspondiente a P = 0,023 resultando significativa al 95%.

En cuanto a la información sobre las consecuencias negativas asociadas a la conducta de fumar aportados por el personal sanitario que les atiende habitualmente, encontramos que en el 77,9% de los casos no se ha tratado el tema del consumo de tabaco durante el año anterior.

En relación a la oferta de tratamientos para dejar de fumar que han tenido desde los recursos sanitarios, se observa que en el 94,4% de los casos no les han ofrecido ningún tipo de intervención.

 

4. DISCUSIÓN

Según los estudios expuestos, el porcentaje de personas con enfermedades mentales crónicas que son consumidores habituales de tabaco, alcanza tasas que se encuentran entre el 63% y el 70%. En el caso de las personas con trastornos del espectro de la esquizofrenia éstos se sitúan entre el 63,7 y el 66,7%. Estos índices son muy elevados si los comparamos con el 30% de fumadores que existen aproximadamente en la población normal de referencia. Estos resultados mantienen una alta concordancia con los encontrados en la literatura científica actual.

En cuanto a las variables asociadas con el consumo habitual, no se ha encontrado relación con la edad, sexo, diagnóstico asociado, consumo de otras sustancias tóxicas y número de ingresos psiquiátricos.

Respecto a las tasas de fumadores habituales en función del diagnóstico, en los estudios que aquí describimos no se ha encontrado que los porcentajes entre las personas diagnosticadas de esquizofrenia sean mayores; por el contrario, los datos indican que existe un mayor porcentaje entre las personas diagnosticadas de otros trastornos. Estos resultados hay que tomarlos con cautela, debido a la escasa representatividad de otros diagnósticos en la muestra estudiada.

Los resultados muestran que la variable consumo de tabaco está asociada a la variable nivel educativo.

En el segundo estudio se señala que las personas con enfermedades mentales crónicas son fumadores intensos en el 22,2% de los casos. En el primer estudio no es posible calcular el porcentaje de personas que fuman más de 30 cigarrillos; ya que las categorías establecidas hacen referencia a nº de paquetes de tabaco. Aún así la media de paquetes diarios consumidos se encuentra en 1,44 dt de 0,59 que equivale a 29 cigarrillos; lo cual parece anunciar que un porcentaje elevado de personas son fumadores intensos, si definimos al fumador intenso como aquel que fuma 30 o más cigarrillos al día. Estos datos confirman la hipótesis inicial.

En cuanto al nivel de dependencia a la nicotina los resultados son congruentes con la hipótesis de investigación que afirmaba que la mayor parte de las personas con enfermedades mentales crónicas tienen un nivel de dependencia a la nicotina alto y que las puntuaciones medias se encontrarían por encima de los 6 puntos.

En nuestro estudio, al igual que en la literatura científica revisada, no se han encontrado diferencias en función del diagnóstico tanto en lo referente a la intensidad de la conducta de fumar, como al nivel de dependencia a la nicotina. Los resultados hallados en nuestras investigaciones anuncian una tendencia hacia un mayor nivel de dependencia y un porcentaje mayor de fumadores intensos (.30 cigarrillos diarios) entre las personas con diagnóstico de esquizofrenia.

En cuanto a la historia de consumo el estudio revela que la media de tiempo fumando supera los 26 años y que existen episodios de abandono del tabaco en la historia de la adicción. En este sentido se observa que en la mitad de la muestra estudiada aparecen en su historia periodos temporales en los que se han mantenido abstinentes. El diseño de la investigación no permite disponer de información sobre el momento del abandono, ni los motivos asociados; lo cual podría ser interesante conocer de cara al desarrollo de estrategias de intervención.

Hay concordancia con otros estudios en cuanto a la mayor concurrencia de enfermedades orgánicas en aquellas personas que fuman.

El nivel de motivación general para dejar de fumar es bajo. No tenemos referencias en población normal que permitiera comparar esta variable. A pesar de que el nivel de motivación medido a través del instrumento empleado es bajo, el análisis individual de cada uno de los ítems del cuestionario muestra que existe un porcentaje importante de personas que aunque no tengan pensado dejar de fumar a corto plazo, afirman que les gustaría dejar de fumar si les fuera fácil. Quizás una variable influyente a la hora de decidir dejar de fumar, tenga que ver con la larga historia de experiencias de fracaso con las que en ocasiones cuentan las personas con Enfermedades mentales graves, y su baja percepción de autoeficacia.

Los resultados de los estudios presentados indican que a pesar de la alta prevalencia de consumidores entre la población, la elevada presencia de fumadores intensos, el alto porcentaje de enfermedades orgánicas concurrentes, el elevado nivel de dependencia y la larga historia de la adicción, la atención que se presta al consumo de tabaco en las consultas médicas habituales que frecuentan los usuarios es muy baja, siendo prácticamente inexistentes las ofertas de tratamientos para dejar de fumar ofrecidas. Quizás esta escasa atención al problema de la dependencia a la nicotina esté favorecida por actitudes sobreprotectoras que se translucen de argumentos como «pobrecitos es la única gratificación que tienen en la vida», creencias poco contrastadas «es imposible que lo dejen porque adolecen de motivación» o miedos quizás irracionales como «se van a descompensar o van a responder de forma agresiva».

Esperamos que la evidencia científica ayude en los próximos años a crear una mayor conciencia entre las profesionales encargados de la atención a personas con enfermedades mentales graves, sobre el impacto que el tabaco tiene en la salud de las personas a las que atendemos; así como a desarrollar tratamientos eficaces que permitan favorecer las tasas de abandono y ofrecer una atención más integral.


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