Informaciones Psiquiátricas - Tercer trimestre 2009. Número 197

Reducción de la hospitalización psiquiátrica en personas participantes en programas de inserción laboral

 

Ismael Lastra Martínez

Psiquiatra. H.U.M. Valdecilla.

 

Carmen Arbildua García

M.a Ángeles Polo Barón

Arrate Ruiz Esparta

Licenciadas en Psicología. Equipo INICIA. Santander.

 

Silvia Verdugo Carrasco

Licenciada en Sociología. Equipo INICIA. Santander.

 

Recepción: 30-09-08 / Aceptación: 25-11-08

 

RESUMEN

El proceso de rehabilitación e inserción laboral de las personas con discapacidades por enfermedades mentales crónicas y/o de larga duración, se constituye muchas veces en un proceso de integración social en sí mismo. Dentro de los resultados sobre la mejora de la permanencia en la comunidad de estas personas a través de los procesos de rehabilitación laboral, la reducción de la frecuencia y número de ingresos hospitalarios psiquiátricos es un elemento clave. En el presente estudio se ha tenido como objetivo valorar la relación entre la participación de las personas con enfermedad mental crónica en el programa INICIA y la reducción de días de hospitalización médica por razones psiquiátricas en las mismas.

 

Los sujetos participantes son personas con enfermedad mental grave y de larga duración que han pasado por el programa desde la puesta en marcha del mismo en el año 1998 hasta diciembre del año 2005. Se ha contado con una muestra total de 275 sujetos. La comparación entre días de ingreso previos y posteriores a la incorporación al programa muestra una diferencia media de 11,3 días de reducción al año. Así mismo, es significativo destacar el hecho de que la reducción de días de ingreso se relaciona con el no consumo de tóxicos y con una buena adherencia al tratamiento farmacológico.

 

Palabras clave

Rehabilitación laboral, ingresos psiquiátricos, inserción laboral.

ABSTRACT

Vocational rehabilitation in disabled people due to severe and chronic mental disorders may become a successful way of social integration. A key element in such process is to obtain a significant reduction in frequency, duration and number of psychiatric admissions. One of the objectives of our study is to determine the relation between participating in a vocational rehabilitation program (INICIA program) and the duration of psychiatric admissions during the period. Our sample consisted in 275 patients participating in the INICIA program from 1998 to 2005. Patients admitted to the INICIA program were hos-pitalized a mean of 11,3 days less than before being admitted to the program. Moreover, there is a statistical significant relation between hospital stance reduction and absence of substance abuse and a good adherence to pharmacologic treat-ment.

 

Keywords

Vocational rehabilitation. Psychiatric admission. Labour and social integration.

 

INTRODUCCIÓN

Los trastornos mentales graves y fundamentalmente las enfermedades tradicionalmente más incapacitantes, generan en las personas la adquisición de roles de marginación y de aislamiento, que se van perpetuando en el tiempo. En nuestra sociedad recuperar roles activos y de participación suele hacerse a través del desempeño laboral. Dentro de las estrategias activas de rehabilitación usadas hasta el momento, la rehabilitación laboral permite mejorar el rol de persona activa; es decir, es algo que va más allá de recuperar o de entrenar capacidades o déficits1. Asimismo en la observación y consulta de las actuales líneas de conocimiento acerca de la inserción social de las personas con enfermedades mentales crónicas, el acceso al empleo y su mantenimiento se han mostrado como una de las variables que favorecen la reducción de reingresos hospitalarios y la duración de los mismos2.

El acceso a roles activos y de participación social normalizada de trabajo favorece la permanencia en mejores condiciones en la comunidad, dándose una reducción de los episodios de hospitalización por motivos psiquiátricos.

Las dificultades específicas que las personas que padecen un trastorno mental grave tienen para el acceso al empleo, hacen que sean imprescindibles programas intermedios de apoyo, flexibles, abiertos y adaptados. Desde esta perspectiva, las experiencias aisladas y las estructuras rígidas no resultan funcionales. Es necesario articular los apoyos y las intervenciones desde planteamientos comunitarios e interinstitucionales, que pongan a disposición de las personas con enfermedad mental de una región todos los recursos (públicos y privados) a través de programas funcionales, que integren y coordinen el óptimo aprovechamiento y disponibilidad, e impulsen la implantación de nuevas iniciativas3.

En Cantabria, el programa INICIA se dedica a esta labor desde 1998. Es un programa financiado por la Consejería de Empleo y Bienestar Social del Gobierno de Cantabria, y desarrollado por tres entidades de la región, que trabajan totalmente coordinadas a través de un único equipo; el Centro Hospitalario Padre Menni, AMICA y ASCASAM.

Los recursos existentes (formativos, prelaborales, laborales, ocupacionales, etc.), son puestos a disposición de las necesidades individuales de cada usuario/a, en forma de un Proyecto Individualizado de In-tegración Sociolaboral. Rehabilitación
de habilidades básicas de trabajo, infor-mación, apoyo, acompañamiento, intervenciones familiares, formación, etc. son diferentes acciones que se articulan en el proyecto de cada persona con el objetivo de aumentar su calidad de vida, su integración social y sus oportunidades de acceso al empleo4.

 

MÉTODO

Programa de Intervención

INICIA es un programa integrado de apoyo en el empleo que abarca desde las fases iniciales de evaluación de necesidades, la rehabilitación de hábitos básicos de trabajo, formación laboral, orientación vocacional, hasta las últimas fases del proceso de inserción como la búsqueda activa de empleo, la prospección de empleo en empresa ordinaria así como el apoyo en el puesto de trabajo.

Las personas en situación de ser beneficiarias de INICIA, pueden ser deriva-das desde la red pública de salud mental o desde la asistencia privada, a través de un informe de derivación específico. En todos los casos la derivación debe realizar-la el profesional de referencia que está a cargo del tratamiento y seguimiento del paciente.

Se realiza una valoración inicial del candidato/a a través de entrevista semiestructurada con la persona y sus familiares, así como la aplicación de pruebas psicométricas complementarias (anexo I). Esto permite establecer un perfil de usuario/a, el plan individualizado de rehabilitación sociolaboral (PIRL) y por tanto el itinerario que se considera más oportuno para el candidato/a: rehabilitación laboral, formación protegida y/o normalizada o la búsqueda activa de empleo, bien de forma tradicional o a través de acciones de prospección laboral en empresa ordinaria con o sin apoyo en el puesto.

El programa de rehabilitación laboral es un proceso estructurado e individua-lizado que ofrece el marco idóneo y proporciona los apoyos necesarios para la adquisición, recuperación o potenciación de habilidades laborales generales y habilidades de relación sociolaboral5-6. El desarrollo de estas habilidades se realiza a través de talleres de actividades que tratan de reproducir un ambiente que se asemeje lo más posible a un entorno laboral. En la actualidad son dos los tipos de talleres que se están llevando a cabo: el taller de oficios y el taller de oficina.

Los talleres, los seguimientos individualizados y las sesiones grupales sirven de contexto para transmitir a los usuarios y usuarias lo imprescindible de estas habilidades y conocimientos, además de ir perfilando lo que será el itinerario profesional una vez superados los objetivos prelaborales, en función de los intereses, capacidades y expectativas de cada persona5-6.

Con aquellas personas que están en condiciones de acceder a recursos formativos y/o de empleo tanto protegido como normalizado y que ya tienen diseñada una trayectoria clara de inserción laboral, se trabaja la adquisición de conocimientos y el entrenamiento en estrategias de búsqueda y acceso a estos recursos para llegar a ser capaces de materializar el objetivo profesional que cada uno se ha marcado7.

Otro de los pilares fundamentales de INICIA es la intervención familiar, que se desarrolla a través de tres módulos de intervención destinados a ofrecer a las familias el ámbito para desarrollar los conocimientos, las competencias y habilidades que incrementen su papel de apoyo a su familiar en el proceso de rehabilitación e inserción8.

El acompañamiento es imprescindible para la buena marcha de la rehabilitación e inserción laboral. Es un sistema de seguimiento y apoyo individualizado, destinado a incrementar las oportunidades de seguir adecuadamente el itinerario de integración9. El acompañamiento se realiza con todos los usuarios y usuarias que acceden al programa, independientemente del proceso o fase en la que se encuentren.

El proceso de acompañamiento se articula a través de entrevistas individuales con el tutor o tutora de referencia y definiendo para cada caso los objetivos y la periodicidad requeridos10. No tiene una duración delimitada. El tutor/a de referencia le acompaña en todo el proceso de rehabilitación e inserción laboral.

Cuando hablamos de inserción laboral de personas con cualquier tipo de discapacidad corremos el riesgo de encontrarnos con las barreras del estigma, la desconfianza y los prejuicios, más cuando el colectivo al que queremos insertar es el de las personas con enfermedad mental. Por ello resulta imprescindible realizar un trabajo más intensivo de prospección laboral, realizando una búsqueda activa de ofertas de empleo entre las empresas de la región. Esta prospección está dirigida a aquellos usuarios/as que estando en posesión de la calificación de minusvalía, están capacitados para desempeñar un puesto de trabajo en el mercado ordinario11. Previo a la prospección laboral se realiza un estudio para determinar los sectores de actividad objeto. Una vez determina-do el sector, se mantiene contacto tele-fónico con la empresa para fijar una entrevista con el responsable de recursos humanos donde poder exponer el servicio y su funcionamiento.

Se reciben las ofertas laborales, se realiza una selección de las mismas y se presentan los candidatos/as en función de la idoneidad de las ofertas. Una vez el usuario/a ha accedido al empleo se realiza un seguimiento durante todo el proceso de inserción tanto con el propio usuario/a como con el empresario/a que contrata. Así mismo, y siempre que el tipo de trabajo lo requiera se puede realizar un apoyo en el puesto durante el tiempo que sea necesario12-13.

Muestra

Los participantes en el estudio son todos usuarios/as de INICIA, quienes recibieron información detallada sobre la naturaleza e implicaciones del estudio y dieron su consentimiento informado por escrito para que los profesionales del equipo pudieran solicitar a todos los centros hospitalarios existentes en la región de Cantabria, datos acerca del número de ingresos psiquiátricos, las fechas, la duración y el motivo de los mismos. Los datos de los días de ingresos hospitalarios recogidos en el estudio por tanto hacen referencia exclusivamente a los ingresos que han tenido lugar en Cantabria, descartando para el estudio aquellos que se hayan dado en otros hospitales extracomunitarios.

La muestra utilizada en este estudio se compone de las personas participantes en el Programa de Inserción laboral INICIA, desde su puesta en marcha en enero de 1998, hasta diciembre del año 2005. Han pasado un total de 435 personas por el programa de inserción laboral, de los cuales 275 es el número de sujetos objeto del presente estudio. Se han descartado 160 casos, 96 casos de personas que no se incorporan al proyecto tras la evaluación inicial y 64 casos de los cuales no se dispone de datos de ingresos o del imprescindible consentimiento informado.

Análisis estadísticos

Los análisis estadísticos se han llevado a cabo con el programa SPSS 11.5 (Statistical Package for Social Science, Inc. Chicago, IL). Las comparaciones entre los días de ingreso previos y posteriores a la incorporación a INICIA se han realizado mediante una prueba de comparación de medias de medidas repetidas (prueba t student-Fisher). La comparación de medias de días de ingreso según diversas variables clínicas y socio-demográficas se realizó mediante la prueba ANOVA. Para estudiar la relación entre variables cuantitativas se utilizó el coeficiente de correlación de Pearson. En el caso de las variables cualitativas, se utilizó la Chi-cuadrado con la corrección de Yates cuando fue necesario.

 

RESULTADOS

De los 275 usuarios/as de la muestra (tabla I), el 64,4% son hombres y el 35,6% son mujeres. El 64,4% tiene un diagnóstico dentro del espectro de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos (esquizofrenia, trastorno esquizoafectivo, trastorno psicótico por consumo de tóxicos, trastorno psicótico agudo y transitorio o trastorno psicótico no especificado), el 10,9% un trastorno de personalidad, y el 24,7% se clasificaría dentro de otro tipo de trastornos mentales graves, según criterios CIE-10.

La edad de incorporación a INICIA se distribuye de la siguiente manera: el 45,5% tiene una edad comprendida entre los 18 y 30 años, el 36% entre los 31 y 40 años, el 15,5% tiene una edad de entre 41 y 50 años y el 3% tiene más de 50 años, siendo 56 la mayor edad de incorporación al programa. El mayor porcentaje de usuarios/as tienen una edad comprendida entre los 18 y los 40 años.

Por otro lado, el nivel de estudios alcanzado se sitúa en su mayor parte en estudios básicos 49% y medios (Bachillerato y FPII) en un 22%, siendo un 9% el número de personas con estudios incompletos (sin graduado escolar).

La recogida de datos se realizó a través de las entrevistas de evaluación inicial en las que se recogen datos acerca de la historia personal, clínica y profesional de los/as usuarios/as. A través del consentimiento informado se pudo acceder a los datos de días de ingreso anterior y posterior a la incorporación a INICIA. Para el estudio se ha utilizado la media de días de ingreso por año, teniendo en cuenta los dos años anteriores y posteriores a la incorporación al programa.

El 41,7% de la muestra no ha tenido ingresos previos a la incorporación al programa (113 casos). El 35,8% ha tenido uno o dos ingresos hospitalarios (97 casos), el 13,7% ha tenido entre tres y cinco (30 casos) y 8,9% ha tenido más de cinco ingresos (31 casos). Por tanto, el 58% de los usuarios/as (158) han tenido al menos un ingreso psiquiátrico previo a su incorporación al programa de integración laboral.

Los resultados muestran que la media de reducción de días de ingreso hospitalario es de 11,3 días (d.e. = 54,06; t = 3,48; g.l. = 274; p = 0,01), con un intervalo de confianza del 95% de: 4,9-17,8.

Respecto a la relación entre la reducción de días de estancia hospitalaria y otros posibles factores socio-demográficos o clínicos implicados (sexo, nivel educativo, consumo de tóxicos, adherencia al tratamiento, etc.), hemos de señalar en relación al sexo, que no aparecen diferencias significativas entre hombres y mujeres. Lo mismo ocurre respecto al estado civil, si bien en todos los casos tienen una mejor evolución las personas casadas o emparejadas. Tampoco existen diferencias si valoramos aspectos diagnósticos u otros del ámbito laboral, como la experiencia previa.

Los datos acerca de la adhesión al tratamiento previo a la incorporación a INICIA (tabla II) se obtuvieron a través de una escala tipo Likert con tres niveles (mal, irregular y bueno). Así, el nivel inicial de adhesión al tratamiento es bueno en un 66% de casos (toma de mediación y seguimiento de consultas médicas adecuado), frente a un porcentaje de 25,5% de adhesión irregular y un 8,5% de nula adhesión al tratamiento. No se observó relación entre esta variable y la reducción en los días de estancia hospitalaria.

Respecto al consumo de tóxicos y alcohol (tablas III-IV), la falta de consumo de tóxicos distintos al alcohol (tabla III), se relaciona de forma significativa con la reducción de días de estancia hospitalaria. Así, las personas que no consumían antes de incorporarse al programa reducen de media 9,2 días de ingreso hospitalario (con un intervalo de confianza del 95% de entre 2,6 y 17,7 y una desviación estándar de 51,2) frente a los 28,8 días de media de reducción de días de ingreso de los usuarios/as que previo a la incorporación a INICIA consumían tóxicos (intervalo de confianza del 95% de entre 2,5 y 55,1 y desviación estándar 72,8).

 

DISCUSIÓN

La rehabilitación psicosocial ha demostrado su eficacia a través de la acción de los programas que están enfocados a promover la reducción de ingresos psiquiátricos. La rehabilitación laboral podría promover un efecto similar14. En nuestro estudio, el programa INICIA, aunque no esté diseñado específicamente para este fin, parece contribuir a la reducción de días de estancia hospitalaria, sin que podamos concretar si este efecto se produce a través de un efecto específico del programa o a través de la modificación de otras variables intermedias señaladas15.

Así, la metodología de intervención, basada en la programación de planes de actuación individualizados, seguimientos y tutorizaciones de la persona, puede fácilmente generar un efecto más inespecífico en la mejoría de estas personas, no únicamente relacionado con el éxito de su inserción en el mundo laboral. Queremos resaltar así, el probable efecto indirecto de estas intervenciones comunitarias. La integración sociolaboral, el mantenimiento de un empleo, la participación en entornos normalizados genera un efecto de protección y favorece el mantenimiento de las personas en la comunidad. La reducción del número y duración de días de estancia en hospital por descompensaciones psiquiátricas posibilita la estabilización de los planes de vida de las personas (mantenimiento del empleo, de la red de amigos/as, etc.). En relación a la calidad de vida en la comunidad, parece que también los servicios y programas de soporte y supervisión favorecen la reducción de consumo de tóxicos en una población tradicionalmente muy vulnerable en este ámbito. Podemos pensar que la supervisión y el empleo son factores básicos para el mantenimiento en el no consumo de tóxicos y reducción de ingresos hospitalarios para el colectivo de las personas con enfermedad mental.

El presente estudio pone en evidencia que los programas como INICIA pueden resultar de utilidad para conseguir la inserción laboral de las personas con enfermedad mental y a su vez, el empleo o incluso el simple proceso de rehabilitación laboral, puede provocar una mejoría en los desenlaces de las enfermedades mentales graves, ya que como han señalado diversos autores, aumenta el sentido de autoestima, alivia los síntomas psiquiátricos y reduce la dependencia, las recaídas así como los ingresos psiquiátricos16.

Otras investigaciones serían necesarias para determinar si estos efectos de los programas de inserción laboral son, como hemos señalado, específicos o dependientes de variables intermedias que sean las que realmente determinan dichas relaciones.

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ANEXOS

 

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