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Informaciones

Psiquiátricas

2018 - n.º

232

Discusión

En relación con la primera pregunta, tres

son las ideas más prevalentes: respeto,

dignidad y un trato que tenga en cuenta

el contexto global de la persona atendida.

Estas tres ideas pueden condensarse en el

concepto de reconocimiento elaborado por

Honneth (7). Este autor defiende la tesis

según la cual cuando un individuo es objeto

de reconocimiento puede asumir la autoes-

tima ya que se siente valorado por sus com-

pañeros de interacción en sus capacidades

específicas y esto le permite identificarse

con sus cualidades y aportaciones específi-

cas de una manera absoluta. Por otro lado,

es a partir del reconocimiento de la historia

personal, de todo lo que ella ha aportado y

puede aún aportar, cómo le resultará posible

asumir un nivel de calidad de vida adecuado

y articulado con sus potencialidades.

En lo que atañe a la segunda pregunta,

qué papel considera cada profesional que

desempeña en el buen trato, las tres cate-

gorías más citadas han sido: la detección y

prevención de las situaciones de no buen

trato; conectar a las personas con los recur-

sos existentes y, finalmente, hacer visible el

problema a las administraciones.

Respecto de la primera categoría es nece-

sario advertir que la detección e identifica-

ción de situaciones de no buen trato o de

claro maltrato no es nada fácil. Ello se debe

a la particular situación de vulnerabilidad

de la persona mayor, ya sea por problemas

de salud (deterioro cognitivo, déficits mo-

tores, déficits sensoriales, etc.) ya sea por

vínculos familiares que, como es sabido, di-

ficultan los mecanismos de denuncia de ma-

los tratos o de abusos.

La segunda categoría se refiere a la ne-

cesidad de conectar a las personas mayores

con los recursos ya existentes. Esto implica

la necesidad de que estas personas sepan

dónde pueden acudir para poder resolver las

dudas ya sea por cuestiones legales o por

temas sociales. No es una cuestión banal ya

que, a menudo, las personas de mayor edad

desconocen los dispositivos a los que pue-

den recurrir para poder resolver muchos de

los problemas a los que han de hacer frente.

Finalmente, la necesidad de hacer visible

el problema del no buen trato. Ello enlaza

con la primera categoría, detectar e identi-

ficar. En efecto, las condiciones de precarie-

dad social, económica y de salud, juntamen-

te con los problemas de salud y de deterioro

cognitivo, provocan, a menudo, que muchas

situaciones de no buen trato pasen desaper-

cibidas o queden ocultas a la mirada de los

profesionales y de las administraciones. Es

por ello por lo que se hace necesario llevar

a cabo campañas de difusión y sensibiliza-

ción dirigidas a la población general y a los

colectivos profesionales.

La tercera pregunta, referida al papel que

tienen los otros actores profesionales en el

ámbito del buen trato, la categoría más ci-

tada ha sido la de la ocasional colaboración

entre servicios y de trabajo en red. Este úl-

timo, sobre el que existe un acuerdo tácito

general, implica un más allá de la colabora-

ción interprofesional y plantea la necesidad

de implementar mecanismos de conversación

permanente entre los diversos profesionales

que intervienen en un caso determinado. No

se trata de un funcionamiento jerárquico ya

que nadie puede arrogarse un saber superior

sobre el resto de los actores sino de establecer

una interacción permanente. El saber sobre el

caso debe producirse colectivamente y debe

reposar en la articulación de la visión global

de la situación y de los diferentes elementos

que la componen. Esta metodología ha sido

ampliamente desarrollada por diversos auto-

res, como Ubieto (8) y también por Moya (9).

Ester Fornells / Manuel De Armas / Maria Teresa Anguera / Sergio Escalera /

Marcos Antonio Catalán / Josep Moya