Informaciones Psiquiátricas - Tercer trimestre 2004. Número 177

Una experiencia de inserción laboral con T.M.S.
Programa de inserción laboral de personas afectadas de trastorno mental severo de Sant Boi*

Ángel Longan Ruiz
Psicólogo, Insertor laboral del Programa para Personas con Discapacidad.
CORESSA, Ayuntamiento de Sant Boi de Llobregat.
Gloria Pérez Barca
Trabajadora Social, Centro de Salud Mental Dr. Pujadas, Benito Menni,
Complejo Asistencial en Salud Mental.
Alberto García Cámara
Coordinador del Centro de Día Benito Menni,
Complejo Asistencial en Salud Mental.
Luís San Molina
Ex-director Médico, Benito Menni,
Complejo Asistencial en Salud Mental.

Recepción: 14-01-04 / Aceptación: 05-10-04

* Centro donde se realizó el programa: El programa se desarrolló en estrecha colaboración entre las instituciones: CORESSA, Ayuntamiento de Sant Boi de Llobregat y Benito Menni, Complejo Asistencial en Salud Mental.

RESUMEN

Gran parte de las personas que padecen trastorno mental severo (TMS) sufren una situación que se caracteriza por los aspectos defectuales que tienen su origen en la propia patología y que desembocan, a nivel funcional, en la inactividad, la falta de expectativas y la dificultad para desempeñar roles productivos socialmente reconocidos.

En 1998 el Ayuntamiento de Sant Boi de Llobregat (Concejalía de Colectivos de Atención Especial) recibió una demanda desde el servicio de Centro de Día de Benito Menni. Se trataba de iniciar un programa de inserción laboral para usuarios del Centro de Día y del Centro de Salud Mental de Adultos. En ese mismo año comenzó el Programa de Inserción Laboral de Personas con TMS de Sant Boi fruto de la estrecha colaboración entre CORESSA (empresa municipal que gestiona el Área de Promoción Económica del Ayuntamiento de Sant Boi), el propio Ayuntamiento (Concejalía de Colectivos de Atención Especial) y los servicios asistenciales del Centro de Día y el Centro de Salud Mental de Adultos, ambos integrados en Benito Menni, Complejo Asistencial en Salud Mental.

Las páginas que siguen explican como se concretó esta iniciativa destinada a facilitar la (re)inserción laboral articulando y coordinando las acciones y apoyos necesarios para que los usuarios puedan superar las dificultades que muestran en la adquisición de hábitos laborales, capacitación ocupacional y búsqueda y mantenimiento del empleo conseguido.

Palabras clave: Hábitos laborales, proceso, inserción laboral, formación teórico-práctica, seguimiento individual.

INTRODUCCIÓN

Uno de los aspectos más destacados entre los cambios habidos en los modelos de asistencia de personas con patología mental severa es el desarrollo de diferentes dispositivos y programas de intervención comunitaria. La perspectiva biopsicosocial ha dado lugar a un nuevo encuadre asistencial basado, entre otros elementos, en la evolución de los conceptos de rehabilitación e inserción en salud mental y la consiguiente articulación de múltiples servicios asistenciales integrados en el marco comunitario. En pocas décadas, el concepto de rehabilitación psicosocial ha pasado de tener como núcleo la recuperación de capacidades y habilidades propias del sujeto, limitadas por la incidencia de la patología mental, a entender y atender a la persona en todas sus dimensiones trascendiendo, necesariamente, el ámbito clínico. Este sentido de la rehabilitación psicosocial toma como referencia a la persona como ciudadano de pleno derecho. Su objetivo no se ciñe a la recuperación de capacidades sino que se extiende al desarrollo de estrategias que permitan al enfermo tener la oportunidad de ejercer roles socialmente significativos. Exige, por tanto, la intervención en el propio ámbito comunitario de referencia, es decir, en el entorno (personas, organizaciones, estructuras,...) que pueden convertirse en facilitadores del proceso de integración comunitaria.

La inserción laboral, el acceso al empleo y al mercado productivo, vienen siendo considerados como elementos claves para la plena integración del paciente mental. Es común el reconocimiento del valor del empleo como herramienta de mejora de la situación clínica y psicosocial y, muy especialmente, como soporte que permite el mantenimiento comunitario de la persona con patología mental y garantiza el acceso a ejercer sus derechos de ciudadano (López et alt., 2004) (Durante, 1988). Algunos autores afirman que la objetiva reinserción del enfermo mental exige de su incorporación al mundo productivo, su capacitación laboral y el acceso al mercado de trabajo (Boardman, 2003). Pero, hasta la actualidad, es precisamente el ámbito de la reinserción laboral una de las asignaturas pendientes en la asistencia a las personas con enfermedad mental.

Las personas con trastorno mental severo (TMS) constituyen uno de los colectivos más desfavorecidos en lo que a inserción laboral se refiere. Diversos estudios confirman que la gran mayoría de personas afectadas con TMS no disponen de empleo (90%) y el resto presenta graves dificultades para su mantenimiento (López et alt., 2004). Como apunta Rodríguez (1997), son múltiples las causas que dificultan el acceso del enfermo mental al mundo laboral y pueden estar derivadas de la propia enfermedad, del estigma social y/o del contexto situacional del mercado de trabajo.

A nivel local, el «Programa de Inserción Laboral de Personas Afectadas de Trastorno Mental Severo de Sant Boi» fue generado como alternativa específica en un intento de superar algunas de estas dificultades. Pese a que el programa mantiene una absoluta vigencia en la actualidad, los datos y observaciones expuestos se refieren al periodo 1998-2001, correspondiente a su fase de inicio y consolidación por ser éstas unas etapas de especial interés.

INICIOS Y CRONOLOGÍA DEL PROGRAMA

Sant Boi de Llobregat es sede de dos importantes instituciones dedicadas a la asistencia en salud mental desde hace más de 100 años y, a lo largo de su historia hospitalaria, ha dado cabida a numerosas iniciativas innovadoras en el ámbito de la asistencia comunitaria (Arranz, 1995). A mediados de los años 90, los datos confirmaban que, pese al esfuerzo de los dispositivos asistenciales en promover diversas actividades rehabilitadoras entre las personas con TMS en el marco comunitario, estas propuestas, en cuanto a la (re)inserción laboral como ámbito de actuación, quedaban especialmente limitadas. Los procesos de rehabilitación psicosocial de personas con TMS topaban con la inexistencia de programas específicos de integración laboral que tuvieran en cuenta las características diferenciales de este colectivo.

En 1997, el Ayuntamiento de Sant Boi de Llobregat recibe del Centro de Día de Benito Menni la demanda de colaboración para la creación y desarrollo de un programa de integración laboral dirigido a TMS. Desde ese mismo momento se inicia un proceso de trabajo conjunto entre técnicos de ambas entidades a los que se suman los profesionales del Centro de Salud Mental de Adultos Dr. Pujadas. En estas primeras reuniones se trazaron las líneas generales del programa, y se identificaron los apoyos y facilitadores para poder atender a las necesidades propias de los pacientes severos.

Tras valorar el ámbito y viabilidad de la intervención, se acordó que el programa a desarrollar contaría con al menos cuatro líneas de acción paralelas que cubriesen en lo posible las múltiples necesidades previstas.

Líneas de acción-intervención:

  • Realización de un curso de formación ocupacional entre los candidatos, dando cabida a los contenidos necesarios para la preparación laboral pero también a aquellos aspectos relacionados más directamente con las habilidades de autocuidados y autonomía funcional.
  • Articulación de un sistema de selección, seguimiento y previsión de apoyos personalizado, con la suficiente flexibilidad para adaptarse y atender a las particularidades de cada caso.
  • Promoción de la implicación de los familiares más próximos como agentes activos del proceso de cambio, facilitando espacios asistenciales unifamiliares y multifamiliares que permitieran consolidar un entorno favorecedor del apoyo al curso seguido por el paciente.
  • Identificación y desarrollo de las dinámicas de colaboración entre los diferentes agentes comunitarios necesarios para garantizar la ejecución de las sucesivas fases en las que se dividiría el programa.

La iniciativa pudo dar comienzo en 1998 gracias a la concurrencia de un grupo de agentes institucionales, coordinados por los servicios municipales. Los agentes principales del programa son:

  • Ajuntament de Sant Boi de Llobregat (Regidoria de Col.lectius d’Atenció Especial).
  • CORESSA.
  • Benito Menni, Complex Assitencial en Salut Mental: C. S. M. A. y Centre de Dia.
  • CORINSERT, Fundació Cassià Just, INSOMIN S.L.
  • Diputació de Barcelona.
  • Departament de Treball. Generalitat de Catalunya.
  • Fondo Social Europeo.

Como resultado del proceso organizativo se acordó que el Ayuntamiento de Sant Boi aportaría, a través de CORESSA, la gestión del curso de formación ocupacional (organización, coordinación, financiación, contratación de parte del profesorado, la gestión de las prácticas y de las plazas de inserción laboral, materiales, espacios, convenios de prácticas, becas de los alumnos...). A través de sus servicios asistenciales comunitarios, CSMA y Centro de Día, Benito Menni, Complejo Asistencial en Salut Mental, centraba su participación en las tareas de identificación y selección de candidatos al programa, el seguimiento intensivo del proceso seguido por los participantes y garantizaba la inmediata continuidad asistencial y el acceso de sus servicios. También, desde el CSMA, se asumió el desarrollo de un programa paralelo de atención a las familias de los candidatos ya que su participación e implicación se estimaron como premisas necesarias para apoyar el cambio esperado. Por otra parte, diversos profesionales de ambos servicios asistenciales colaboraron en funciones docentes, siendo los responsables de los módulos sociosanitarios.

En cuanto a los aspectos de gestión y recursos que hicieran viable la propuesta, se formalizó la financiación con la cobertura económica acordada por la Diputación de Barcelona (Fondo Social Europeo) y que permitió la ejecución del programa durante los años 1998 y 1999. Esta situación varió en el 2000, periodo que se financió a través del presupuesto municipal del Ayuntamiento de Sant Boi de Llobregat posibilitando la continuidad de la experiencia. Los periodos posteriores han contado con la colaboración económica del Departament de Treball de la Generalitat de Catalunya a través de la gestión de recursos procedentes del Fondo Social Europeo.

Finalmente, el compromiso de colaboración de los dos Centros Especiales de Empleo con sede en la localidad de Sant Boi de Llobregat, Fundació Cassiá Just e INSOMIN S.L., supuso una garantía en la gestión de las fases de prácticas y la facilitación de algunas de las plazas de inserción laboral. Con este mismo objetivo se sumó, desde su creación en el año 2000, «CORINSERT», una empresa de inserción con la que CORESSA diversificaba su oferta y la ampliaba hacia colectivos desfavorecidos.

Gracias a esta estrecha colaboración entre todos los agentes que intervienen en la iniciativa el «Programa de Inserción Laboral de Personas Afectadas de Trastorno Mental Severo de Sant Boi» se consolidó en el período 1999 - 2001.

PROCESO DE INSERCIÓN

Uno de los elementos que definen el «Programa de Inserción Laboral de Personas Afectadas de Trastorno Mental Severo de Sant Boi» es el sistema establecido como guía del proceso de inserción y que de forma sintética corresponde a los siguientes apartados:

A nivel global, este proceso trata de dar respuesta al objetivo general de potenciar la (re)inserción en el medio laboral y la adquisición de nuevas habilidades de personas con TMS mediante la activación de los recursos personales propios y la estructuración de un sistema de apoyos que permita su consecución. Este objetivo general integra una serie de objetivos específicos como son: La adquisición de habilidades y conocimiento laborales, la mejora de las competencias personales y la autoestima y el desarrollo de un rol social significativo. Operativamente supone un cambio profundo de posicionamiento de la persona con respecto a su entorno y a sí mismo, pasando de ser «pensionista» a sujeto activo como trabajador en un contexto normalizador.

El proceso completo tiene prevista una duración aproximada de 39 meses divididos en:

DETECCIÓN Y SELECCIÓN DE LOS PARTICIPANTES

En 1998, el CSMA Dr. Pujadas, tenía identificadas un total de 1252 personas en Sant Boi que presentaban los criterios de TMS (Servei Català de la Salut, 1997) aunque el número de historias activas de posible intervención se reducía a 638. La distribución de la población por diagnósticos y edades fueron tenidas en cuenta en el diseños de los contenidos del programa (gráficas 1 y 2).

La necesaria tarea de dimensionar el programa y centrarla en un subgrupo «diana» con criterios de programa específico (Consell Assesor Sobre Assistència Psiquiàtrica i Salut Mental, 2003) facilitó el consenso a la hora de establecer los criterios de selección e inclusión:

  • Pacientes del Centro de Salud Mental de Adultos o del Centro de Día.
  • Entre los 18 y los 40 años de edad.
  • Diagnosticados de Trastorno Mental Severo (TMS), en situación de compensación durante el último año.
  • Inscritos como demandantes de empleo en la OTG (INEM).
  • Con un proyecto de vida propio que incluya trabajar.
  • Sin ningún tipo de prestación económica que sea incompatible con la contratación laboral.

Los servicios de asistencia psiquiátrica son los responsables de corroborar que el paciente se ha mantenido en una situación de estabilidad y compensación psicopatológica a lo largo del último año. Además, durante dicho período, se ha verificado el seguimiento riguroso las pautas de visitas y tratamiento fijadas por los profesionales de dichos servicios.

Los equipos profesionales del CSMA y/o Centro de Día realizan un primer trabajo de preselección de los candidatos. Mediante diversas entrevistas informan al paciente de las características del programa y le orientan, si es de su interés, hacia el inicio del proceso de selección y valoración que tiene lugar tras la oportuna coordinación entre los dispositivos asistenciales y los municipales. Posteriormente son los técnicos en inserción laboral de CORESSA los encargados de realizar una valoración específica de la viabilidad de la intervención en el ámbito laboral. La selección definitiva de los componentes que participarán en cada programa se acuerda en coordinación entre los diferentes servicios.

CURSO DE FORMACIÓN OCUPACIONAL

Una vez seleccionados los candidatos éstos comienzan un periodo de formación mediante su participación en el curso de hábitos laborales. Esta acción formativa comprende tres fases:

  1. Fase de formación teórica básica
  2. Fase de formación teórica específica
  3. Fase de prácticas en empresas

El curso es un proceso de adaptación progresiva al mundo laboral. Su organización y desarrollo en fases sucesivas permite trabajar temas centrados en el aprendizaje de los hábitos y las habilidades necesarias para la posterior incorporación en el empleo seleccionado. Además facilita los procesos evaluativos de cada fase. Con un total de 550 horas lectivas distribuidas en 24 semanas, se dedican 310 horas a los 17 módulos teóricos impartidos mientras que el resto, 240 horas, corresponde a estadas de prácticas en empresas colaboradoras.

La secuencia se inicia en una primera fase teórica básica, con unas 80 horas de duración, en la cual se abordan los hábitos laborales básicos y las condiciones personales frente al mundo laboral. La segunda fase, teórica específica, aborda el conocimiento de la normativa laboral y las especialidades laborales en las que se dispone de plazas de inserción (jardinería, limpieza, pintura, cocina,...). Si la valoración del participante es positiva al término de las dos fases anteriores el paciente inicia la tercera y última fase del curso, correspondiente al apartado de prácticas en empresas, lo que supone el contacto directo con el mundo laboral en situación real. Es un periodo destinado a la aplicación y generalización de los conocimientos y habilidades adquiridos en fases anteriores.

El curso de formación ocupacional cuenta además con una serie de soportes complementarios que facilitan y apoyan la continuidad de sus alumnos y la superación de las dificultades que pueden sufrir durante el mismo:

  • A lo largo del curso se mantiene un seguimiento en tutorías individuales periódicas con cada uno de los alumnos, su objetivo es apoyar al alumno durante el proceso, evitando los abandonos y las desmotivaciones y resolviendo las incidencias que se produzcan.
  • Se desarrolla un programa paralelo con las familias, a través de la figura del Tutor Laboral Familiar (un familiar que es interlocutor entre el curso y el alumno y, posteriormente, lo será con la empresa). El programa se lleva a cabo en reuniones de grupo de familias, con una periodicidad quincenal, en las que se abordan las temáticas relativas a las dificultades que su pariente puede encontrar como alumno y trabajador con relación a su afectación y a la realidad del mundo laboral actual.
  • Se realiza una coordinación continua, periódica e intensa entre todos los profesionales en el programa, para poder intervenir inmediatamente frente a cualquier eventualidad. Entre otras características de esta coordinación cabe destacar la atención inmediata que el CSMA ofrece a cualquier participante en el programa a instancias del propio alumno-trabajador, de los profesores, coordinadores, familia o responsables de las empresas en las que estén trabajando.

En los cuatro cursos realizados entre 1998 y 2001 participaron en el programa un total de 64 alumnos (gráficas 3 y 4) de los que 45 (70%) superaron satisfactoriamente la primera fase y pasaron al apartado de formación específica. 38 alumnos lograron superar las fases teóricas y accedieron a la etapa de prácticas. En total fueron 33 las personas que completaron adecuadamente todo el proceso formativo (gráfica 5).

De los 33 alumnos que finalizaron los cursos hasta el 2001, 21 pasaron a ser contratados en plazas de inserción, 4 quedaron pendientes de contratación hasta que se habilitaron las plazas adecuadas, y los 8 restantes optaron por continuar formación en módulos de grado medio.

PLAZAS MUNICIPALES DE INSERCIÓN

Las 25 plazas municipales de inserción se crearon como paso intermedio en el proceso de integración laboral, para completar la acción formativa en entorno real aunque protegido. Se trata de ofrecer la posibilidad de adquirir los hábitos laborales y las destrezas técnicas básicas que permitirán superar su integración en la empresa ordinaria. El Ayuntamiento de Sant Boi de Llobregat, mediante la contratación de servicios con CEE, genera los puestos de trabajo y garantiza que tengan efectivamente función formativa y transitoria. El apoyo al alumnado en esta fase del proceso se realiza a través de los grupos de apoyo a la inserción y los equipos profesionales que efectúan el seguimiento de los trabajadores.

Características de las plazas:

  • Duración máxima de dos años.
  • Media jornada laboral.
  • Seguimiento individual y en grupo.

Objetivos de las plazas:

  • Formación y maduración de los hábitos laborales.
  • Formación in situ sobre técnicas y métodos del puesto de trabajo que ocupan.

Apoyos a los trabajadores:

  • Sesiones quincenales de grupo.
    • Abordar temáticas personales y relacionadas con la adaptación al puesto de trabajo.
    • Relaciones interpersonales en la empresa.
    • Seguimiento respecto a la enfermedad y el tratamiento.
    • Incidencias producidas en el trabajo o en el ámbito familiar.
  • Equipos de apoyo a la integración.
    • Seguimiento individual.
    • Seguimiento del aprendizaje instrumental.
    • Módulos formativos complementarios.
    • Orientación a la inserción y apoyo en la búsqueda activa de trabajo.

Por último, y como paso final del programa, el equipo de la Oficina Técnica Laboral (OTL) ofrece el servicio de integración con apoyo a la empresa ordinaria y el seguimiento del periodo de adaptación en el puesto de trabajo durante los primeros meses de contrato.

RESULTADOS Y VALORACIÓN DE LA EXPERIENCIA

En cuatro años de aplicación del programa han participado el 10% de los pacientes del CSMA con TMS y de ellos el 64% han conseguido contrato al finalizar el curso de formación.

La lectura de estos datos es alentadora. Hay que tener en cuenta que no todos los pacientes con TMS son susceptibles de participar en el programa. Algunos son preceptores de pensiones de incapacidad permanente absoluta y por lo tanto no están en disposición de trabajar, otros sufren descompensaciones periódicas que impiden acumular el periodo mínimo de un año sin recaídas, que el programa exige como garantía de viabilidad del proceso, algunos no están motivados para reinsertarse en el mundo laboral y por último hay un grupo que, ya por la edad avanzada ya por la gravedad de su afectación, es inviable su reinserción al mundo laboral. Por lo tanto haber podido atender al 10% de los pacientes en un periodo de cuatro años es un buen resultado del programa.

Por otra parte, los alumnos que finalizan el curso representan el 52% de los que lo inician, este dato indica que la mitad de ellos no terminan el curso, si bien este dato ha ido mejorando a lo largo de los cursos, evidencia que sería necesario mejorar el proceso de selección, identificando más adecuadamente el perfil de los usuarios que pueden ser beneficiarios del programa incluyendo factores como:

  • La implicación activa de la familia a lo largo de todo el proceso, más allá del periodo de formación.
  • La capacidad de tomar conciencia de la enfermedad y, por lo tanto, de ser riguroso en los cuidados necesarios.
  • El ajuste de las expectativas personales a las posibilidades reales de trabajo.

En nuestra experiencia, tomando como referencia las ediciones realizadas, estos factores inciden en el éxito de los alumnos en el programa.

Otro aspecto que tiene una relación directa con el éxito en el proceso es la permanente coordinación entre los profesionales que participan en el programa. La coordinación se ha ido incrementando a lo largo de las ediciones del curso y permite poder intervenir de manera adecuada y en el mínimo tiempo posible para evitar desmotivaciones, abandonos y reagudización de su patología psiquiátrica.

Uno de los puntos débiles en la fase inicial del programa se identificaba en la falta de recursos adecuados para mantener el seguimiento de los participantes una vez finalizado el curso de formación. Este aspecto se ha resuelto mediante la instauración del grupo de apoyo a la inserción, gestionado por el CSMA, para los participantes que se han insertado o están pendientes de contratación, y, en el año 2002, la creación de la Oficina Técnica Laboral en sus funciones como servicio de intermediación laboral permitió incidir en la mejora de este seguimiento del proceso tras su acceso a la «plaza de inserción» hasta la consolidación del puesto de trabajo en la empresa ordinaria.

Otro punto débil del programa es la reducida disposición de las empresas a contratar a personas con la «etiqueta» de trastorno mental. Respecto a este punto la imagen social del colectivo es, en sí misma, un obstáculo. Por ello, desde la Concejalía de Colectivos de Atención Especial del Ayuntamiento de Sant Boi, se organizaron diversas acciones y jornadas informativas sobre inserción laboral del colectivo de salud mental dirigidas a los empresarios y trabajadores. Posteriormente, desde CORESSA, la entrada en funcionamiento de la OTL tiene, entre otros objetivos, la promoción de campañas de difusión e información en las empresas de la comarca para cambiar la posición de los empresarios frente al estigma que persigue al enfermo mental.

Paralelamente, desde los servicios asistenciales y comunitarios, se ha venido fomentado el asociacionismo para conseguir una mayor implicación familiar en el proceso de los participantes en el programa y su colaboración en tareas de sensibilización y promoción empresarial y para crear recursos complementarios. Finalmente, entre los factores más positivamente valorados tanto por usuarios como por familias y profesionales se han destacado:

  • La percepción de la mejora en la calidad de vida de los participantes.
  • La expresión de conciencia de bienestar y autovaloración positiva.
  • La facilitación de acceso a los servicios asistenciales permitiendo un seguimiento intensivo y de acción inmediata en casos de necesidad.
  • Mayor conciencia realista de la problemática personal y ajuste de expectativas.
  • Incremento del apoyo familiar positivo e implicación de los familiares en el proceso.

BIBLIOGRAFÍA

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