Informaciones Psiquiátricas - Cuarto trimestre 2004. Número 178 El informe sobre el cannabis 2004: Análisis de situación y propuestas de actuación Josep Solé Puig Recepción: 15-12-04 / Aceptación: 23-12-04 RESUMEN En 2004, el Ministerio del Interior y la delegación del gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas publicaron el informe sobre el cannabis que constituye la posición oficial del Gobierno de España en este debatido tema. Los cambios políticos ocurridos desde entonces no han hecho variar las conclusiones obtenidas. El objetivo de este estudio fue ofrecer el estado actual de la cuestión en los aspectos sanitario, social y jurídico, principalmente, y al mismo tiempo proponer acciones concretas en los diversos ámbitos. Uno de los miembros de dicho grupo de estudios desarrolla para los lectores de Informaciones Psiquiátricas los puntos más importantes. Palabras clave: Cannabis, informe gubernamental SUMMARY In 2004, the study on cannabis which represents the official position of the Spanish government was published by the Ministry of Internal Affairs and the governmental delegation for the nation’s plan on drugs. The last political changes in Spain have not affected this study, and its conclusions have been assumed by the new Spanish government. Goals of the study was offering the state of the art on cannabis, mainly the health, social and legal aspects, and stablishing some concret proposals on such a disputed question. The author, one of the group members, works out the most relevant issues of the study. Key Words: Cannabis, Spanish government report El Informe1 sobre el cannabis 2004, del grupo de estudios ad hoc integrado por veinte miembros de los ámbitos clínico, preventivo, jurídico e investigativo y publicado por el Ministerio del Interior y la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, supone la puesta al día de los dos informes europeos sobre el cannabis que le preceden, belga2 y francés3. Estos tres estudios gubernamentales se incluyen en bibliografía, a los que se añaden las tres monografías españolas consideradas de referencia4, 5, 6 y en las cuales cabe consultar la literatura científica, que en este tipo de estudios se omite. CANNABIS: CARACTERÍSTICAS, EFECTOS Y CONSECUENCIAS DE SU CONSUMO Los cannabinoides presentes en el cannabis sativa son sustancias que actúan sobre unos receptores específicos localizados en el sistema nervioso central y tejidos periféricos (los llamados receptores cannabinoides CB1 y CB2). El organismo produce asimismo sustancias que actúan sobre estos receptores constituyendo un sistema endocannabinoide, por tanto endógeno, que interviene en el control de múltiples funciones fisiológicas: control motor, memoria, emoción y motivación, ingesta alimentaria y otras funciones vegetativas. La concentración de receptores cannabinoides en el organismo es superior a la de otros neurotransmisores, lo que da idea de su relevancia fisiológica. Dependencia/adicción Los cannabinoides exógenos, provenientes de la planta Cannabis Sativa, son capaces de inducir conducta adictiva (dependencia), siguiendo los criterios de la clasificación psiquiátrica más difundida, el DSM-IV-TR, la última revisión del manual diagnóstico americano. En relación a los síntomas de deprivación o retirada, es decir, el síndrome de abstinencia descrito en consumidores crónicos, se admite que es leve o moderado, predominando los trastornos del ánimo y del sueño. Las tasas actuales de adicción en consumidores de cannabinoides se sitúan en torno al 10%. Sin embargo, debemos considerar el aumento de las concentraciones de principios activos en las preparaciones actuales que pueden cambiar en un futuro estas cifras. Por otra parte, la población adolescente es particularmente sensible a padecer este fenómeno adictivo. En los estudios con animales de laboratorio son necesarias condiciones experimentales especiales (preexposición a cannabis u otras drogas, dosis particularmente reducidas) para demostrar efectos reforzantes (placenteros). Los modelos animales muestran el desarrollo de tolerancia a la mayor parte de las respuestas farmacológicas inducidas por cannabinoides; sin embargo, no ha podido ser observado una abstinencia física espontánea al THC, es decir, el tetrahidrocannabinol, principal compuesto psicoactivo de la planta. Asociación con tabaco y alcohol La nicotina es capaz de incrementar los efectos agudos de los cannabinoi-des y todas las acciones farmacológi-cas que pueden inducir una conducta adictiva. El alcohol potencia todos los efectos depresores centrales que producen los cannabinoides. Existe una clara vinculación genética entre las dianas orgánicas del cannabis (los receptores cannabinoides, principalmente) y el alcoholismo. Uso terapéutico y abuso Comienzan a acumularse pruebas, en forma de pequeños ensayos clínicos y casos anecdóticos, de que los cannabinoides podrían ser eficaces en el tratamiento de las náuseas y vómitos producidos por quimioterápicos antineoplásticos que no responden a los tratamientos de referencia habituales, en el síndrome de anorexia caquexia de los pacientes con ida o cáncer terminal, el dolor neuropático, la espasticidad y otros síntomas de la esclerosis múltiple, y algunas alteraciones del movimiento. No obstante, es necesario la realización de futuros ensayos clínicos y esperar los resultados de que están en curso para definir el posible lugar en terapéutica en estas y otras indicaciones. Actualmente se están desarrollando nuevas vías de administración co-mo la retal, sublingual o transdérmica para evitar los efectos perjudiciales del humo del cannabis fumado y aumentar la baja biodisponibilidad de la vía oral. Aunque el futuro inmediato parece basarse en medicamentos derivados directamente de cannabinoides vegetales, la investigación actual tiende a desarrollar por un lado nuevos fármacos que actúen potenciando o inhibiendo los efectos de los cannabinoides endógenos y por otro, fármacos sintéticos agonistas y antagonistas de los receptores cannabinoides. Es necesario disociar el uso terapéutico de los cannabinoides y su potencial abuso. En general la prescripción terapéutica de una sustancia no suele estar asociada al abuso de la misma. Por el contrario, la libre venta de la sustancia psicoactiva sí se asocia al incremento del consumo. La posible utilidad terapéutica de alguno de sus componentes o derivados sintéticos debe considerar los potenciales efectos indeseables sin limitar el adecuado uso terapéutico de los mismos. Diversas asociaciones de pacientes se han manifestado a favor del autoconsumo con fines terapéuticos: es imprescindible la monitorización de su uso para conocer las consecuencias indeseables y/o beneficiosas del citado consumo. También hay que garantizar el compromiso ético debido: no sólo hay que comprobar en estudios reglados que los cannabinoides son eficaces para procesos concretos, sino también que son más efectivos que el mejor medicamento existente y ya indicado para dicha patología. Escalada de consumo Los estudios de seguimiento realizados en adolescentes, publicados en los últimos 20 años, indican claramente que hay una progresión de los consumos, empezando por el alcohol y el tabaco, seguidos por el cannabis en muchos casos, y a continuación por las drogas ilegales. De ahí que consumir las primeras drogas en la secuencia incrementa la probabilidad de consumir las siguientes de esta secuencia: alcohol-tabaco-cannabis-otras drogas ilegales. Cuanto antes se empiece a consumir las drogas de dicha secuencia mayor riesgo habrá de progresar más rápidamente en el consumo de las drogas de la secuencia. Sin embargo, también hay que decir que este orden de la secuencia no es causal; o, lo que es lo mismo, que tomar las primeras drogas de la secuencia incrementa el riesgo de pasar a consumir las que siguen en la misma, pero no ocurre esto en todas las personas. Sí que sabemos que este riesgo se incrementa de modo importante en función de la precocidad en el inicio de uso y en la intensidad del consumo en cada droga de la secuencia. Por ello, el cannabis suele describirse como la droga de entrada a las otras drogas ilegales, después de pasar la persona por el consumo previo de las drogas legales alcohol y tabaco. Otros factores de riesgo facilitan o potencian este consumo o la persistencia en el mismo. De ahí la relevancia del con-sumo de cannabis como predictor del consumo y de problemas en el individuo. Y de ahí que sea una droga de gran importancia tanto para la prevención como para predecir los problemas de abuso y dependencia ulteriores. Que no se consuma o que se retrase al máximo la edad de inicio evita muchos de los problemas que su consumo crónico acarrea. En relación a otras drogas ilícitas, existen interacciones entre el sistema cannabinoide y los sistemas sobre los que actúan. La administración crónica de cannabinoides puede potenciar determinadas respuestas agudas de los psicoestimulantes y opioides. Sin embargo, dicha coadministración no facilita la dependencia física de opioides ni los efectos reforzantes de los psicoestimulantes y opioides. Consecuencias del consumo en la pubertad Las consecuencias a largo plazo del consumo cuando éste empieza en la adolescencia son muy diferentes que cuando comienza en los adultos: si el inicio se produce antes de los dieciséis años puede tener manifiestas consecuencias negativas a nivel cognitivo, como son la menor capacidad de atención y concentración, y la pérdida de memoria. Hay asociación estadística entre uso de cannabis, personalidad antisocial y futuro policonsumo/problema social al llegar a la edad adulta. La asociación es epidemiológica e indica que cuanto más precoz, duradero e intenso es el consumo de cannabis, más problemas personales y sociales tienden a sufrir los consumidores. Dificultades para concentrarse en el trabajo o en los estudios En relación a posibles interferencias en el rendimiento laboral por parte del uso de cannabis, hay estudios comparativos de los efectos psicomotores agudos alcohol versus cannabis que equiparan dieciséis inhalaciones de un porro de marihuana a la ingesta de más de un litro de cerveza. En la actividad escolar hay datos de peor rendimiento escolar, con una clara referencia a los efectos sobre la memoria a corto plazo y la atención y capacidad de concentración si el consumo es repetido. Se asocia entonces a un comportamiento predeterminado, relacionado a su vez con dicho peor rendimiento escolar. Consecuencias a largo plazo del consumo de cannabis En relación al llamado síndrome amotivacional, estudios diversos no han demostrado su existencia. Intoxicaciones repetidas y a diario por consumo de cannabis y su repercusión volitiva están en la base de estudios sobre dicho síndrome amotivacional, que en rigor no se considera demostrado de forma concluyente. Lo que sí se considera demostrado es que la intoxicación cannábica suele cursar con apatía y que existen datos de fuerte correlación entre la actividad del sistema cannabinoide endógeno y el control de las respuestas emocionales. Aparición de síntomas psicóticos en jóvenes y en adultos El autor de este trabajo aportó lo que sigue: Los clínicos, especialmente los psiquiatras, suelen hablar de una asociación entre consumo de cannabis y esquizofrenia, relación que por otra parte se considera no demostrada, hasta el punto que hay expertos que la niegan. El principal argumento en contra sigue siendo que en las regiones del mundo con consumo endémico de cannabis no hay más esquizofrenia que en el resto, aproximadamente un 1%, como se sabe. Argumento a favor de dicha conexión: no debería extrañar que una sustancia psicotomimética —con efectos parcialmente similares a los de los alucinógenos (por ejemplo el LSD)— como el cannabis pueda exacerbar e incluso precipitar esquizofrenia, enfermedad caracterizada por alucinaciones y/o contenidos delirantes. Lo que sí se considera demostrado es que el consumo de cannabis puede ser perjudicial (trastorno por abuso) y conlleva riesgo adictivo (dependencia). Hay riesgo de que la intoxicación curse con alteraciones perceptivas como alucinaciones visuales, auditivas y táctiles. El consumo de cannabis también entraña el riesgo de lo que se llama trastorno psicótico inducido: la persona percibe enteramente reales las alucinaciones —ya no son pseudoalucinaciones— y pierde por tanto el juicio de realidad, pudiendo tener también ideas delirantes. El riesgo más grave es el de las personas que evolucionan a esquizofrenia. Al mismo tiempo hay que reconocer que el trastorno inducido por cannabis más frecuente es la ansiedad, que puede incluir síntomas depresivos. Se barajan tres hipótesis principales respecto a los síntomas psicóticos, sin que en la actualidad pueda darse por válida ninguna de ellas:
Consumo de cannabis y manejo de vehículos y maquinarias El uso de cannabis por sí solo no parece ser un factor de riesgo para la conducción según los estudios epidemiológicos, aunque se necesitan más estudios a este respecto, ya que existen datos sobre los efectos del cannabis en la conducta que permiten prejuzgar efectos negativos en la conducción: se da por sentado que el consumo de cannabis unido al de alcohol incrementa el riesgo de accidentabilidad-siniestrabilidad. Consecuencias aumento de la concentración de THC en preparaciones de cannabis Las preparaciones actuales de cannabis tienen concentraciones muy superiores a las de hace unos años. Hay que tener en cuenta que la mayor parte de las investigaciones realizadas se han desarrollado con preparaciones que contienen concentraciones inferiores a las actuales, con lo que es previsible un aumento de las consecuencias negativas del consumo. Influencia del consumo fumado de cannabis Debido al desigual consumo entre tabaco y cannabis en la
población mundial es difícil establecer una relación
entre el cannabis fumado y cáncer. Sin embargo, el gas y el alquitrán
del cannabis contienen concentraciones mayores de algunos cancerígenos
como el benzopireno. En cualquier caso, el consumo de cannabis/marihuana
fumado es un importante factor de riesgo para padecer enfermedades broncopulmonares.
El THC es un broncodilatador, por lo que asociado al tabaco potencia los
efectos cancerígenos de éste. Consumir cannabis aumenta la frecuencia cardiaca, aumenta ligeramente la tensión arterial en posición decúbito y produce hipotensión ortostática. En un enfermo coronario aumenta el riesgo de padecer un trastorno cardiaco. Como efectos crónicos produce hipotensión y bradicardia. Acciones sobre la ingesta de comida Los cannabinoides pueden aumentar el apetito en sujetos parcialmente saciados, aunque en administración crónica no resultan ser orexígenos ni promueven ganancia de peso. SITUACIÓN ACTUAL DEL CONSUMO DE CANNABIS EN ESPAÑA Tendencias de consumo en la población española adolescente El cannabis, al igual que ocurre en otros países de nuestro entorno, es la droga ilegal más consumida. Según la última (2002) encuesta escolar sobre drogas (Observatorio Español sobre Drogas (OED)/Plan Nacional sobre Drogas) realizada en población entre 14 y 18 años, un 36,9% de los escolares la han probado y un 22% de los escolares la consumen habitualmente. Es la droga cuyo consumo más está creciendo desde hace años. En adolescentes, la curiosidad es la principal razón por la que se prueba por primera vez, seguida de la diversión y el sentir nuevas sensaciones. El hecho de estar prohibida no es un factor que aparezca como determinante en el consumo. Edad de inicio La edad media de inicio de los que han experimentado son los 14,7 años, según la encuesta escolar sobre drogas del OED. Éste es un hecho sobre el que conviene insistir: la edad de inicio es factor determinante de la evolución del consumo y de sus consecuencias. Una parte importante de los malentendidos y de la actitud tolerante hacia esta droga vienen determinados porque muchos adultos tienen una visión muy ligada a su propia experiencia. El problema más importante es que el aumento de los consumos concierne en gran parte a adolescentes que, además de ser más susceptibles a las modas, aún no han madurado plenamente el sentido de su libertad y no son responsables plenamente de las decisiones que toman. También son etapas de la vida en las que las influencias de las diversas drogas son mayores y con posibles consecuencias a largo plazo que el adolescente no puede prever. Policonsumo El patrón más habitual de consumo de cannabis en España es de policonsumo. Entre los consumidores en el último año de cannabis dentro de la mencionada encuesta escolar, el 97% son consumidores de alcohol en ese periodo, un 70% ha consumido alguna vez tabaco, un 17% éxtasis y un 21% cocaína. Estos policonsumos facilitan la creación de situaciones de riesgo, puesto que los efectos de las diversas drogas se potencian. Demanda de tratamiento Se observa una creciente demanda de tratamiento, especialmente de casos nuevos. La edad media de los casos admitidos a tratamiento es muy inferior (24,1 años) a la de las demás drogas y con tendencia a disminuir. Se observa que los menores de 18 años constituyen el grupo que mayor demanda de tratamiento realiza por consumo de cannabis. La población entre 14 y 18 años reconoce problemas asociados al consumo de cannabis, con gran representación de la esfera psicológica. Urgencias médicas y accidentabilidad El cannabis ha aumentado su presencia en las urgencias hospitalarias asociadas a drogas ilegales. Así, en 1996, el 6,2% de las urgencias en las que se detectaron sustancias tóxicas ilegales registraron la presencia de cannabis, cifra que ascendió al 16,9% en 2001. Los fallecidos en accidentes de tráfico en los que se detecta cannabis también han experimentado un aumento. En 1996, el 6,5% de los fallecidos que habían consumido sustancias tóxicas ilegales tenían restos de cannabis, mientras que en 2001 se contabilizó un 18,7%. Aumento de la pureza del THC Los análisis realizados por el Instituto de Toxicología revelan un aumento de las concentraciones de THC, el componente psicoactivo del cannabis, en los porros que se consumen en España. Así, en la memoria de 1994 se describe una concentración media que oscilaba entre el 4 y el 7%; en 1998, entre el 8 y el 10%, y en 2002, entre el 10 y el 14%; este último estudio se realizó sobre casi tres mil muestras. El aumento de THC en los porros se debe a la selección de semillas y a la mejora de las técnicas de cultivo, dos aspectos en los que trabaja la industria que cultiva cáñamo. Las publicaciones de promoción del cannabis dedican un extenso espacio a explicar cómo conseguir el máximo rendimiento de las plantas y mayores concentraciones de THC. Consumo en poblaciones de riesgo La generalización del consumo afecta especialmente a las poblaciones en mayor riesgo, ya que la prevalencia de consumo en estos grupos aumenta al igual que lo hace en el resto de la población pero con consecuencias más adversas. Por el contrario, también hay que señalar que las estrategias de prevención poblacionales, es decir, las que se dirigen a disminuir la prevalencia en la población general y en concreto, disminuir la accesibilidad y disponibilidad de las drogas, afectan de forma especialmente positiva a los grupos más vulnerables (menores, consumidores abusivos). DETERMINANTES DEL CONSUMO El descenso en la percepción del riesgo asociado al consumo de cannabis La percepción de riesgo relacionada con el consumo de cannabis ha ido disminuyendo en una relación inversamente proporcional al consumo. En la encuesta escolar española una parte importante de los estudiantes tiene una escasa percepción de riesgo ante el consumo de alcohol y cannabis. Una cuarta parte de los estudiantes considera que el consumo habitual de cannabis no produce ninguno o pocos problemas. Además, por primera vez, la percepción de riesgo del cannabis es similar a la del tabaco. Esta percepción del riesgo disminuye a medida que aumenta la edad, de forma que a los 18 años es menor que la del tabaco. Sin embargo ha aumentado la percepción del riesgo para el resto de las drogas. La población establece importantes diferencias entre la percepción del riesgo del consumo de cannabis y el del consumo de otras sustancias ilegales. Aumento de la percepción de accesibilidad y disponibilidad Sin lugar a dudas, hoy el cannabis está más presente en el entorno en el que se mueven muchos jóvenes. Una gran proporción de ellos tiene información sobre las drogas y saben dónde y cómo conseguirlas. Sin este aumento de la disponibilidad el proceso de normalización no podría haberse producido. Un 78,1% de los estudiantes de Bachillerato manifiestan que es fácil o muy fácil conseguir cannabis. En el caso de estudiantes de Formación Profesional el porcentaje aumenta hasta el 87,5%. En un estudio europeo (Eurobarómetro 57.2 del 2002) en una muestra de 7.687 jóvenes de 15 a 24 años de los países miembros de la Unión Europea, un 61,9% dice que es fácil conseguir drogas cerca de su casa, un 54,9% en su colegio o cerca de él, un 76% en fiestas y un 72,3% en los bares o discotecas. Existen evidencias que la fácil accesibilidad es un factor de riesgo especialmente entre la población más joven. La permisividad y la ambivalencia de la sociedad adulta Existe un entorno social de alta tolerancia hacia el consumo del cannabis. No sólo por parte de los propios adolescentes y jóvenes sino por parte de importantes sectores de la sociedad adulta que se encuentra en posiciones especialmente relevantes debido a su influencia en la sociedad en general y en especial en los adolescentes y jóvenes (padres, mediadores sociales, medios de comunicación, educadores, sanitarios, operadores jurídicos) Esta permisividad social está íntimamente ligada al descenso en la percepción del riesgo, la cual a su vez influye considerablemente en las tendencias de consumo. Educación parental Muchos padres ven con poca preocupación o incluso complacencia los consumos de cannabis de sus hijos. La permisividad de los padres respecto al consumo de drogas aparece asociada en la literatura científica a mayores consumos y la prohibición de los padres a menores consumos de alcohol, tabaco y cannabis. En concreto, en la encuesta escolar 2002 la prohibición absoluta de los padres respecto al consumo de cannabis aparece como un factor de protección. Sin embargo la libertad absoluta no se relaciona con los mayores niveles de consumo, que se dan entre los hijos de padres con posiciones intermedias. La prohibición total de los padres respecto del consumo de cannabis se relaciona con un retraso en la edad de inicio: 14,8 años, frente a los 14,3 años de los hijos de padres que plantean libertad absoluta respecto al consumo. En definitiva, esta permisividad puede esconder dificultad al encarar la labor educativa en lo que concierne a las drogas, actitudes acomodaticias y, en último término, negligencia. Tiempo libre La importancia que para muchos adolescentes y jóvenes tiene en sus vidas el salir mucho los fines de semana es muy determinante de la implicación en el consumo de cannabis y otras drogas. Según los datos de la encuesta escolar sobre drogas 2002 el hecho de ir a bares/discotecas en tiempo libre, la frecuencia de las salidas nocturnas (salir todos los días/fines de semana) y la hora de regreso a casa (después de las 2 horas) se relaciona con mayores consumos de cannabis en los últimos 30 días, sin embargo, la hora de regreso en las salidas nocturnas anteriores a las 24 horas se relaciona con menores consumos experimentales y ocasionales de cannabis. Existe una gran presión de la industria recreativa para ofrecer un modelo muy determinado de tiempo libre, junto posiblemente a una insuficiente oferta o promoción de otras formas de tiempo libre. Medios de comunicación Todo lo relacionado con el cannabis se ha convertido en una cuestión mediática de primer orden. Cualquier descubrimiento científico, manifestación de alguna persona relevante, sentencia judicial, etc. se convierte rápidamente en cabeceras periodísticas. Como sabemos, una vez puesta en marcha una dinámica de este estilo es difícil substraerse a ella... Es especialmente reveladora, o de la falta de información o del interés de mantener la ambigüedad y la confusión, la forma en que se trata la cuestión del ‘porro terapéutico’. No existe en el mundo científico y profesional un interés en marginar las posibilidades terapéuticas de los cannabinoides, sino todo lo contrario; pero esto tiene no tiene nada que ver con el apoyo al uso recreativo o como droga que se pueda hacer del cannabis. Hay que destacar que según manifiestan los jóvenes en la encuesta escolar del OED, los medios de comunicación son actualmente la principal fuente de información sobre drogas para los jóvenes, y que además lo son en mayor medida para los consumidores de esta sustancia que para los no consumidores: un 66% de los consumidores ocasionales la consideran la principal fuente de información, frente a un 58% de los no consumidores. Consumo por parte de iguales El consumidor de cannabis suele rodearse de amigos que también consumen: según la citada encuesta escolar del OED, entre los consumidores ocasionales un 57% tenía amigos que también consumen, mientras sólo un 7,2% tiene amigos que no consumen esta sustancia. Promoción del consumo Existe una cultura pro cannabis creciente en Europa y otros países que va ocupando espacios sociales y culturales. La capacidad de maniobra de este movimiento cultural ha facilitado que el consumo de esta droga sea considerado como signo de identidad dentro de bastantes movimientos ciudadanos o culturales como pueden ser algunos sectores de movimientos ecologistas, movimientos okupa, antibelicistas, etc. Difícilmente podrá tener éxito un intento de reconducir la situación del abuso de cannabis sin generar elementos culturales que reestablezcan un equilibrio con esta cultura que está siendo asumida de una forma acrítica por muchos adolescentes y jóvenes. Existe una amplia plataforma que trata de abrir un espacio en el mercado. Está integrada por intereses económicos que tienen que ver con estrategias de marketing social de producto y puras estrategias mercantiles; de hecho, la industria del cannabis ha tenido un gran desarrollo y abarca desde tiendas para la venta directa de semillas y utensilios para el autocultivo, catálogos web, publicaciones, y todo tipo de artículos para su cultivo y accesorios además de semillas. Algunos sectores juveniles han asimilado la defensa del consumo de cannabis como parte de su identidad generacional. En este sentido, es fundamental conocer los elementos que definen esta cultura creada alrededor del cannabis para saber cómo se vincula simbólicamente a los jóvenes y la potencialidad de su estrategia de marketing. El argumentario utilizado es muy amplio:
SITUACIÓN JURÍDICA Estudio de la legislación vigente La regulación del cannabis en nuestro Ordenamiento Jurídico tiene lugar en dos grandes ámbitos: el penal, que tipifica las conductas referidas a la producción y al tráfico básicamente, y el administrativo, que sanciona el consumo en determinadas circunstancias, tal como se esquematiza en la tabla I. Su consumo puede tener consecuencias en otros ámbitos jurídicos, como el laboral, dónde puede dar lugar a un despido disciplinario, o el civil, dónde puede llegar a determinar situaciones de incapacidad y de pérdida de patria potestad o afectar en procesos de separación o divorcio. En todos estos casos debe venir acompañado de las consecuencias derivadas del consumo habitual, pues el mero consumo no tiene consecuencias directas regladas. Estudio de derecho comparado El marco de la política internacional sobre las sustancias tóxicas son las Convenciones de Naciones Unidas de Nueva York de 1961(estupefacientes) y Viena de 1972 (psicotrópicos) y de 1988: nuevas formas de investigación de narcotráfico, y control de precursores y blanqueo de capitales. En Estados Unidos prima la política prohibicionista, de suerte que está castigado tanto el tráfico como el consumo por la vía penal. Esta misma regulación se sigue en algunos países europeos, como Portugal. Sin embargo, en el entorno Europeo priman los países que castigan penalmente el tráfico y elaboración de cannabis y sancionan administrativamente o incluso consideran completamente inocuo éste. Es el caso de Grecia, Francia, Italia, Suecia y Finlandia, entre otros. Los países que tradicionalmente se han erigido como pioneros de la despenalización del cannabis, como son Holanda y Canadá, se hallan actualmente sumergidos en un debate político y social sobre la conveniencia de su penalización. Así, en Holanda se ha producido un movimiento inverso y se ha reducido la cantidad de cannabis permitido en concepto de autoconsumo, y ello tras constatarse una relación directa entre la despenalización de determinadas conductas relacionadas con esta sustancia y el aumento de consumidores, no ya de cannabis, sino de otras sustancias tóxicas, para las que el cannabis constituye, pues, la vía de acceso. Se observa, además, una desinformación en torno a la situación legal existente en este país, que no ha autorizado el tráfico de cannabis, sino sólo su consumo controlado y el pequeño tráfico que éste genera siempre que se produzca en determinados establecimientos regulados administrativamente al efecto. Estudio de la realidad actual relacionada con el cannabis La regulación jurídica vigente está caracterizada por una serie de elementos que en mayor o menor medida favorecen el tráfico y el consumo ilícito de cannabis. Estudiados estos aspectos en torno a los fines de toda pena, se observa:
SITUACIÓN DE LA PREVENCIÓN En los últimos años la prevención del consumo ha sido una prioridad en las políticas de drogas en nuestro país, con especial atención a las drogas legales. Los esfuerzos se han centrado especialmente a la prevención del consumo de alcohol, combinando medidas de sensibilización, educativas, de generación de alternativas y de limitación de la promoción y la oferta. Estos esfuerzos han dado sus frutos, tal y como puede observarse en las distintas encuestas sobre drogas realizadas por el Plan Nacional sobre Drogas: el consumo de alcohol, especialmente el consumo habitual entre los más jóvenes ha disminuido en más de 20 puntos porcentuales desde 1994 (del 78,5% en 1994 al 55,1% en 2002). Esta misma situación se había producido anteriormente con el tabaco. También en este caso una combinación de medidas preventivas lograron modificar las tendencias ascendentes de consumo entre la población. En el caso del cannabis podemos afirmar que hasta la fecha no se ha puesto en marcha una política global que permita frenar las fuertes tendencias ascendentes de consumo que venimos observando desde hace años; más bien sucede lo contrario, que ante el vacío de respuesta, los grupos que promueven su consumo van ganando terreno y posiciones, lo que hace que cada vez el punto de partida para las medidas de prevención se sitúe en niveles más débiles. Medidas informativas Informar sobre las sustancias es necesario pero no suficiente y debe ser un componente más de estrategias preventivas amplias que abarquen otros aspectos tanto del entorno como de los individuos. Aunque es cierto que la información incrementa el conocimiento sobre las drogas y sus riesgos, debemos tener en cuenta que está compitiendo con unas actitudes sociales, una barrera de experiencias de la vida real e importantes sectores interesados que promueven un mensaje diferente. La influencia que tiene la experiencia personal en las percepciones de las personas tiende a pesar más que cualquier información suministrada. Por ello, y para que sus efectos sean eficaces a corto y medio plazo, la estrategia informativa debe acompañarse de cambios normativos y de actuaciones en el entorno de los ciudadanos que entren por sí mismas en las experiencias cotidianas de las personas. En general los consumidores de cannabis se sienten suficientemente informados sobre la sustancia. Así por ejemplo en la Encuesta Escolar de 2002 (OED) un 95% de los consumidores diarios se sienten perfectamente informados. En la situación actual prima la desinformación sobre las consecuencias del uso de estas sustancias. Especialmente importante es la actual manipulación de la información científica —cuya manifestación más clara es todo lo que ocurre alrededor de las utilidades terapéuticas del cannabis que logran crear un clima de desconcierto y de arbitrariedad respecto a la postura de las instituciones. Se debe tomar nota de la importante ofensiva mediática (revistas, páginas Web, música,...) que se está produciendo en defensa del consumo de cannabis, para entender que en estos momentos los adolescentes y jóvenes reciben sobre todo información sesgada. Desde las instituciones el nivel de información sobre el cannabis es muy limitado y puntual. Medidas educativas Una larga experiencia en la evaluación de los programas preventivos en la escuela permite concluir que este tipo de programas logran retrasar la edad de inicio del consumo y reducirlo cuando éste ya existe, estos programas van en su mayoría enfocados a la prevención del consumo del tabaco y el alcohol que son las principales drogas de inicio. Los esfuerzos que se hacen en la prevención de las drogas legales tienen una importancia enorme en la prevención de las ilegales. La evidencia científica aporta claves para garantizar la eficacia de este tipo de programas:
Actualmente los programas de prevención escolares se encuentran con serias dificultades para su implementación. Aunque anualmente se llega con acciones preventivas a algo más de 500.000 alumnos anualmente, en muchos casos se trata sólo de acciones puntuales sin capacidad preventiva real. Es difícil tanto la formación del profesorado como su implicación en la aplicación de programas en el aula al no estar de ninguna manera reglada esta cuestión. Medidas familiares La familia merece un tratamiento especial. En la investigación sobre factores de riesgo y protección la influencia de la familia es crucial: es el mayor y más importante entorno de protección, pero también se convierte en el factor de riesgo más influyente cuando las condiciones son adversas. En los últimos años se han potenciado desde los planes de drogas programas de prevención dirigidos a los padres. La media de padres que participan anualmente en este tipo de programas en España en los últimos años es de 30.000. Estos programas se encuentran serias dificultades para lograr la captación y participación de este colectivo. La sensibilización de los padres sobre su importante papel en la prevención del consumo de drogas en sus hijos es crucial, pero además se trata de dotarles de las capacidades para actuar contra una situación de facto que les bloquea, pues por un lado está toda la cuestión mediática pro-cannabis, por el otro están los propios adolescentes entre los que el consumo está muy extendido y que tienden a justificarlo y a defenderlo. La generación de alternativas En los últimos años se han desarrollado de forma intensiva en España programas de generación de alternativas de ocio y tiempo libre. Consisten en la oferta de actividades de ocio durante las tardes y noches de fines de semana, en las que el consumo de sustancias no está presente. La evaluación de este tipo de programas es aún incierta; muchos programas de ocio nocturno no tienen resultados positivos, aunque existe evidencia de su capacidad preventiva cuando se dirigen a poblaciones en situaciones de alto riesgo. Estos programas, que muchas veces sólo son actuaciones puntuales —y que por tanto no alcanzan la categoría de programas— que cumplen más bien intenciones electorales, sólo tienen sentido dentro de políticas preventivas más amplias que apuesten claramente por potenciar un tipo de ocio recreativo distinto del modelo actual. Medidas de protección y control Se entiende por esto todas aquellas medidas que limitan la disponibilidad y accesibilidad de la sustancia y que protegen al consumidor de las estrategias de promoción. Las medidas que contribuyen a disminuir la accesibilidad y la disponibilidad de las drogas afectan al consumo de manera muy clara y actúan como medidas de protección social (disminuyen la vulnerabilidad de una sociedad frente al consumo). En el caso de las drogas legales este papel lo cumplen las limitaciones a la venta y la promoción; en el caso de las ilegales este mismo papel lo cumplen todas aquellas medidas de represión que disminuyen la presencia de las drogas en la vida pública. Hoy en día, tal como se ha visto en el punto 7 del apartado de epidemiología existe una creciente promoción del los productos derivados del cannabis sin que hasta la fecha se hayan puesto en marcha sistemas eficaces que limiten este tipo de promoción, especialmente cuando se dirigen a menores. Normas sociales El ámbito en el que se aplica el control de la promoción de las sustancias no es sólo el legislativo. En la mayoría de los casos las normas sociales tienen una influencia mayor y más directa que las propias leyes en la conducta de los individuos. Por otro lado muchos autores resaltan el valor educativo de las leyes, ya que precisamente contribuyen, cuando se adecuan a los valores sociales, a crear unas normas sociales que actúan como fuertes elementos de protección frente a determinadas formas de consumo de sustancias. No obstante, cuando este tipo de medidas no encuentran apoyo social pueden generar rechazo y ser contra preventivas. Es este un campo muy importante pues la cultura pro-cannabis se ha ido apropiando de valores muy importantes para la sociedad como son la tolerancia, la solidaridad, la libertad, el antibelicismo, de forma que muchos jóvenes acaban pensando que consumiendo cannabis están contribuyendo a que el mundo sea más justo. Se tendrá pues que intentar desentrañar estas relaciones que se basan sobre maniobras de confusión a través de establecer debates sobre estas cuestiones. Es importante que personas relevantes del mundo cultural, político, artístico o científico entre otros se impliquen y aclaren cual es la mejor forma de defender estos valores y cual es la contribución del consumo de cannabis en la defensa de estos valores. CONCLUSIONES El grupo de estudios sobre el cannabis, reunido por iniciativa del Ministerio del Interior en 2003 y comienzos de 2004 en la sede de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, sentó las siguientes seis conclusiones, seguidas de propuestas concretas de actuación:
PRINCIPIOS BÁSICOS INSPIRADORES DE LA PROPUESTA Principio de protección de la salud El cannabis es la droga ilegal más consumida en la actualidad especialmente por los más jóvenes. No es una droga inocua, sino que su consumo tiene repercusiones sobre la salud, especialmente cuando se produce en edades tempranas. Es un derecho de todos los ciudadanos el acceso a información veraz, clara y fiable que les permita tomar decisiones sobre cuestiones que afectan a su salud. En el caso de los menores, éstos tienen derecho a la tutela sobre cuestiones que afecten a su salud. Es una obligación de las administraciones públicas crear las condiciones sociales y ambientales que promuevan la salud de los ciudadanos. Principio de precaución Nunca se habían dado en nuestra cultura las prevalencias del consumo de cannabis que se están dando hoy en día, especialmente en la población adolescente y juvenil. Tampoco nunca habían sido tan altas las concentraciones de THC —D9 tetrahidrocannabinol, el compuesto psicoactivo principal— en los derivados del cannabis. Existen bastantes aspectos por investigar sobre los efectos del cannabis entre los usuarios tanto a corto como a largo plazo. Tendrán que pasar años para conocer los efectos que pueden tener cuestiones como el uso cada vez más habitual que hacen una parte de los jóvenes y adultos de las concentraciones crecientes en THC. Principio de prevención Los datos epidemiológicos actuales permiten observar un incremento creciente del consumo sin que se haya alcanzado aún un techo. De lo que cabe deducir que éste seguirá aumentando a no ser que se desarrolle una clara y contundente política que tienda a revertir estas tendencias previsibles. Es además probable que la expansión del consumo de cannabis incremente el uso de otras drogas. Para intentar resolver esta situación es necesaria una estrategia global de prevención que revierta las tendencias actuales de consumo incidiendo sobre la oferta y la demanda de esta sustancia. Ambos aspectos no sólo deben complementarse, sino estar equilibrados. Principio de oportunidad Las medidas dirigidas a la prevención del consumo deben estar adaptadas a las características culturales de la sociedad en la que se implantan para no generar un rechazo que pueda ser contrapreventivo y provocar el fracaso de otras medidas más adecuadas. PROPUESTAS DE ACTUACIÓN Finalmente, se proponen las siguientes estrategias, en cuatro ámbitos clave: estrategia informativa, estrategia educativa, ámbito normativo e investigación científica. Estrategia informativa Se propone la puesta en marcha de una estrategia informativa que permita corregir la información actual sobre el cannabis y aumentar la percepción del riesgo relacionado con su consumo. Esta estrategia informativa debería ser la base de cualquier otro tipo de actuación. La información tiene un importante papel en el apoyo de medidas de protección y control: permite que se entienda mejor su valor de protección y se evite que sean percibidas como medidas negativamente represivas. En estos momentos la población española —especialmente los adolescentes y jóvenes— recibe abundante información sesgada que es necesario contrarrestar con argumentos basados en la evidencia. Desde las instituciones el nivel de información al público sobre el cannabis es muy limitado y puntual. Debe desarrollarse una estrategia informativa integral y constante, con especial incidencia en los medios de comunicación y en el sistema educativo. Asimismo debe establecerse un sistema permanente de información y seguimiento activo de la situación mientras persista el problema actual. Las campañas de sensibilización deberían estar encuadradas dentro de esta estrategia, adaptando sus mensajes a esos objetivos en todo momento. Hay que tener en cuenta que sólo cuando forman parte de estrategias más amplias tienen efectos positivos. Posiblemente sería de gran ayuda proporcionar una información selectiva y activa dirigida a determinados sectores (padres, profesores, profesionales de la salud, periodistas, juristas). Facilitar la difusión de los hallazgos científicos logrados en la investigación sobre los cannabinoides con el fin de evitar la manipulación sesgada de dicha información. También es importante ver de qué forma la información científica disponible llega a los jóvenes de manera creíble y significativa. Asimismo hay que desarrollar una estrategia educativa dirigida a dos frentes, por una parte los escolares y por otra a los sectores sociales escolar, familiar y otros ámbitos profesionales. Estrategia educativa En el ámbito escolar resulta imprescindible impulsar programas de prevención basados en la evidencia. Habría que impulsar la formación del personal docente para la aplicación de programas preventivos en el aula. La tutoría es un espacio adecuado para este objetivo. Se podría potenciar desde las comunidades autónomas cursos de formación de tutores (actualmente hay iniciativas de este tipo en prácticamente todas). Lo ideal sería que estos cursos contemplasen la formación en habilidades de vida, que son el elemento crucial para trabajar la prevención en el sistema educativo y también en dinámicas participativas, que es otro elemento imprescindible para la aplicación de los programas. En el caso de los padres de familia el primer paso debe ser conseguir que los padres dispongan de una información adecuada. Pero además se trata de dotarles de las capacidades para poder actuar preventivamente y pedagógicamente con sus hijos. Es necesario el apoyo a las corporaciones locales para que pongan en marcha de forma prioritaria programas de prevención familiar. Promover la formación en prevención mediante el diseño de módulos formativos dirigidos a los profesionales de la atención primaria en salud, de los profesionales del sector de las drogas, de los juristas, de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado. Hay que promover, en las administraciones locales, políticas juveniles más activas que faciliten la participación de los jóvenes en el diseño de las decisiones que tienen que ver con su propio bienestar. Ámbito normativo En el ámbito normativo deben adoptarse una serie de medidas preventivas, tanto de carácter penal como administrativo, capaces de dar mejor respuesta a los problemas descritos. En el ámbito Penal
En el ámbito administrativo
Investigación científica En el ámbito de la investigación científica sobre cannabinoides se deben cubrir las lagunas existentes en epidemiología y en el campo de los mecanismos de acción, de las acciones farmacológicas y de las consecuencias del consumo, así como en el terreno de las posibles aplicaciones terapéuticas de los cannabinoides naturales y sintéticos. Investigación epidemiológica
Investigación para conocer los mecanismos de acción, los efectos y las consecuencias del consumo
Investigación sobre las posibilidades terapéuticas
BIBLIOGRAFÍA 1. Grupo de estudios sobre el cannabis, Informe sobre el cannabis 2004: análisis de situación y propuestas de actuación. Madrid: Ministerio del Interior y Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, 2004. 2. Spruit IP, ed. The Cannabis 2002 Report. Bruselas: Ministry of Public Health, Belgium, 2002. 3. Expertise collective. Cannabis: quells effets sur le comportement et la santé? París: Inserm, 2002. 4. Bobes J, Calafat A, ed. Monografía Cannabis. Adicciones 2000; 12 supl. 2. 5. Sociedad Española para la Investigación de Cannabinoides. Guía básica sobre cannabinoides. Madrid: Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, 2003. 6. Solé Puig J, Ramos JA. Cannabinoides: aspectos psiquiátricos y bioquímicos; 2.a impresión. Barcelona: Ediciones Rol; 2004.
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