Informaciones Psiquiátricas - Cuarto trimestre 2006. Número 186 El Dr. Dídac Parellada Feliu (1914-1994) Un psiquiatra humanista
Francisco Javier Buqueras Bach
Recepción: 16-12-05 / Aceptación: 03-01-06
«Les morts ne sont réellment morts que si l’on cesse de penser à eux. Le souvenir les ressuscite». Henry Bordeaux
I. INTRODUCCIÓN La personalidad humana del doctor Dídac Parellada es viva, presente, y nos acompaña a todos los que tuvimos la suerte de conocerlo. Resaltar hoy sus cualidades, en su fecunda vida, es tarea compleja, pues además de ser un eminente psiquiatra (él no huía nunca de esta cualidad: la de médico-psiquiatra), y un notable investigador de la Salud y la Higiene Mental, tenía el don de escribir de forma lúcida y documentada, un conferenciante muy ameno y por encima de todo era una persona donde la ética y la moral estaban vivamente enraizadas. En esta sencilla crónica de su Sesión Cronológica, quisiera destacar primordialmente la dúctil sociabilidad, el carisma humano y la ecuanimidad de su persona. Encontrarse al lado del Dr. Parellada, hablar con él de los temas más variados, escuchar sus conferencias, era un placer para el espíritu, un gozo reconfortante, una compañía muy grata. De las temáticas más impensables, Parellada sabía decirnos aquella sutileza moral, aquel sentido de bondad lleno de significaciones y sugerencias. Quiero, hoy, de forma expresa —dejando de lado, por un momento, sus dotes de investigador, médico-psiquiatra y psicólogo—, y sus relevantes méritos como escritor y excelente biógrafo, remarcar tan solo su enriquecedora idiosincrasia. El concepto existencial del hombre, el valor de la personalidad, la consideración intrínseca del individuo, tiene en el Dr. Parellada una fuerza psíquica-moral y psico-biológica del más grande interés. Seguramente que él entendió mejor que nadie aquel axioma de Chekhov —también médico y escritor— quien decía lo siguiente: «Se ha de saber penetrar en el sentido de nuestra existencia». Esto explica, en parte, su pasión por el análisis de las biografías. La inquietud científica de nuestro amigo Parellada tiene fundamentalmente dos dimensiones equivalentes: una magnitud para grabar lo esencial del ser humano como alma viva, y una dimensión para gozar en el interior de la concepción humana de la pura alegría de vivir. Y todo para profundizar serenamente en la esencia de su psico-biografía, natural y espontánea, y en el sentido consciente de su existencia enigmática.
II. PEQUEÑO ESBOZO DE SU PSICO-BIOGRAFÍA El Dr. Dídac Parellada Feliu nació en Tiana (Barcelona) el día 18 de abril de 1914. Pertenecía a una nisaga médica de cuatro generaciones. Él era el me-nor de tres hermanos varones. Se formó, en buena parte, en la Escolanía de Montserrat. Después, hacia los años cincuenta, fue el Presidente de la Unión de Antiguos Monaguillos. Estudió en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Barcelona y en aquella época fue miembro destacado de la Federación de Jóvenes Cristianos de Catalunya, y durante el curso de 1935-1936 fue elegido presidente de la Cámara Universitaria de la F.N.E.C. (Federació Nacional d’Estudiants de Catalunya). Ha sido Presidente de la Asociación de Salud Mental de la Academia de Ciencias Médicas de Cataluña y Baleares; Vicepresidente de la Asociación de Neurología y de Psiquiatría de la misma Academia; y, Presidente de la Sociedad Catalana de Historia de la Medicina Catalana. Fundador y Director desde el año 1955 hasta el año 1971 de la revista «Informaciones Psiquiátricas», y después fundador y director de la revista «Rapports de Psicología y Psiquiatría Pediátricas» (1968-1978). Es necesario destacar que, entre otros estudios, había cursado Psiquiatría con el Profesor Emili Mira i López, y Neurología con el Profesor Belarmino Rodríguez Arias. Ingresó como Médico Interno en la Clínica Mental de la Diputación de Barcelona, en Santa Coloma de Gramenet, el día 1 de febrero de 1940; después, a través del «Boletín Oficial de la Provincia de Barcelona», se convocaron las oposiciones a psiquiatra para la mencionada Clínica (12 de mayo de 1941). Y en el mismo «Boletín» de fecha 22 de enero de 1943, consta su nombramiento como Psiquiatra de Sección. Fue Médico Director del Instituto Psiquiátrico Femenino de Sant Boi de Ll. (1947-1971), y Médico Director de la Clínica Mental de la Diputación de Barcelona, en Santa Coloma de Gramenet. Exactamente, fue nombrado Director Médico el día 13 de abril de 1971, dejando de ocupar el mencionado cargo el día 3 de febrero de 1978. Su jubilación se produjo el día 1 de junio de 1983. Fue Asesor de la Asociación Internacional de Caracterología, y miembro fundador de la Asociación Mediterránea de Psiquiatría. Fue Profesor de Psiquiatría de la Escuela de Asistentes Sociales desde el año 1944 hasta el año 1968, y de Psicología Aplicada en la Escuela de A.T.S. de la Hijas de la Caridad, durante nueve años. Asistió a un curso de Dirección de Hospitales en Santander (verano de 1968) y en Burgos a un curso de Dirección de Hospitales Psiquiátricos (vera-no de 1969), ambos organizados por el P.A.N.A.P. (Patronato Nacional de Asistencia Psiquiátrica). Igualmente, asistió a distintos Seminarios sobre nuevas orientaciones asistenciales psiquiátricas, patrocinados por la Dirección General de Sanidad y por la O. M. S. Fue Presidente de la Liga Española de Higiene Mental, en el curso 1973- 1974. Se doctoró en el año 1978, obteniendo la calificación de «Excelente CUM LAUDE» por su Tesis doctoral titulada: «Aportación al estudio de la evolución psiquiátrica en el siglo XX» (analizada a través de algunas revistas europeas). La Tesis fue dirigida por el Profesor Joan Obiols Vié (E. P. D.). Poco después, y debido a la muerte del Profesor y maestro, le sustituyó como Catedrático Interino de Psiquiatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona, durante el curso 1979-1980. Además de numerosos artículos, conferencias, y comunicaciones, ha publicado el libro: «L’obra psiquiàtrica catalana impresa a l’entresegle (1875-1936)», en la que se recogen más de 1.500 trabajos y que muestra la poco conocida pero activa vitalidad de la psiquiatría catalana de aquella época. También publicó «Psicología y Psiquiatría dirigidas al Médico Práctico», que es un tratado elemental escrito a solicitud de algunos colegas, con estilo y voluntad de divulgación. Igualmente, ha editado, en fascículos, «Caracterología Médica», publicada en la Revista «Glosa» con el fin de que el médico conozca la personalidad del enfermo, para facilitar la relación terapéutica; y así, en fascículos, en la Revista «Clínica Rural» la obra «Psiquiatría y Literatura» que recoge la significativa visión que tiene la sociedad del enfermo mental, expresada por escritores, siempre representativos y penetrantes. En el año 1982 fue nombrado Académico Corresponsal Nacional de la Real Academia de Medicina de Barcelona. En todo el tiempo de académico corresponsal colaboró con el Doctor Josep Cornudella en la reorganización y mejora de la Biblioteca de la Real Academia con ilusión y entusiasmo. Y buena parte de los libros de esta atractiva biblioteca, proceden de los títulos contenidos en su publicación titulada: «Bibliografía Psiquiátrica del segle XVIII». Durante el año 1984 dirigió la Cátedra de Gerontología (entidad parauniversitaria, dedicada a los estudios sobre el envejecimiento, con un importante contenido médico). El día 14 de diciembre de 1986 pronunció el discurso de entrada en la Real Academia de Medicina de Barcelona, en calidad de Numerario, siendo el tema: «Metges Escriptors a Catalunya». Y la respuesta fue a cargo del Profesor Ramón Sarro Burbano quien disertó sobre «Psiquiatría, Historia de la Medicina y Academicismo». Entre las distinciones recibidas es obligado recordar la «Encomienda de la Orden del Mérito Civil (3 de julio de 1977)» y la «Croix d’Officier d’Honneur du Grand Prix Humanitaire de la France» (1 de junio de 1981).
III. SU DIMENSIÓN DE HISTORIADOR VERSA PRIMORDIALMENTE SOBRE LA HISTORIA DE LA PSIQUIATRÍA En el año 1969, Josep Pla, a propósito de Ramón Casas, se exclama así: «Tenemos poca cosa y la dinamitamos. Quizás convendría aprovecharlo —todo lo que sea aprovechable— que ya nos hace falta.» Me parece una lección y una advertencia; y si es aprovechable, es porqué también en los campos de la Psiquiatría y de la Historia de la Medicina, hemos de aprovecharlo todo. Y glosarlo todo, sin excepciones. Y dar, a cada cosa, su máximo mérito y valor —dentro de la ponderación y objetividad exigible, naturalmente—. Hay una frase de Kurt Kolle que encontramos altamente significativa. El autor del Tratado de Psiquiatría (libro editado en Madrid el año 1964, traducido al catalán por el Dr. Vicenç Peset y prologado por el profesor Alberca) dice así: «El hombre hace historia, y al mismo tiempo es juguete de la historia.» Y es que la persona —tal y como pensaba Parellada— vive en interacción con su pasado, su presente y su futuro (la Historia que aún ha de venir, o suceder). Porque la persona recuerda, vive y anticipa, aunque se equivoque a menudo en sus previsiones. Además, el hombre vive en un ámbito geográfico concreto, con unas formas de vida singulares; en una comunidad socioeconómica determinada, que en buena parte también lo determina a él. Pero, además, —siguiendo al mismo Kolle—, más allá de la profesión y de su política e ideología, «el hombre también es un espacio espiritual». Su filosofía, su religión y su concepto del arte, de la creatividad y de la vida, tienen una notable importancia, no sólo sobre su propio estilo de vida, sino también sobre su personalidad esencial. Y a través de ella, sobre sus posibilidades de enfermar y de curarse. La sola mención de los trabajos publicados en las revistas científicas y las conferencias pronunciadas tenemos una visión ecuánime de su capacidad analítica y de síntesis. Veamos, en consecuencia, la enumeración de los artículos más sobresalientes y que hacen referencia a los libros publicados:
Entre las Comunicaciones presentadas en los Congresos de Historia de la Medicina Catalana, cabe destacar:
IV. RELACIÓN DE ARTÍCULOS PUBLICADOS EN REVISTAS MÉDICAS Y COMUNICACIONES En esta breve crónica no podemos detallar toda la relación de los trabajos publicados y conferencias impartidas por ser más de dos centenares. Pero sí podemos hacer una serie de comentarios a los que consideramos de mayor interés, agrupándolos según temática y cronología con lo que en parte queda reflejado la evolución científica e ideológica de Parellada.
V. LA TERAPIA DE ESCRIBIR: LA GRAFOTERAPIA 1. Para el Dr. Parellada escribir era una Terapia Una nota escrita en Barcelona, con motivo del Día de Navidad de 1976, y a les 18 horas dice así: «Estos días he estado en casa, sin salir, cuidando mi corazón –alejándome de la conflictiva Clínica Mental–. Por eso he interrumpido la dedicación a la Biblioteca del Ateneu». «Encuentro, entre papeles, tres notas dispersas, que recojo para que no se pierdan».
2. Un breve comentario sobre su libro «La respuesta de Papini» En este libro el Dr. Parellada nos muestra sus cualidades de médico psicólogo, escritor, cristiano de raiz y apóstol. Si bien el libro trata de las riquezas de la fuerte personalidad de Giovani Papini, cuando uno lee el libro tiene la impresión de percibir el eco de la respuesta del Dr. Parellada a un pregón parecido, como testimonio de autenticidad integral. Es como una melodía a «dúo» contada por dos almas en muchos aspectos hermanas. 3. Análisis de un artículo aparecido en «Catalunya Cristiana» En un artículo escrito el mes de mayo de 1985 titulado Sempronio nos muestra su estilo profundamente religioso. Hablando del último libro del periodista «Barcelona desde el ojo de la cerradura» («Barcelona pel forat del pany»), le vienen recuerdos de tiempos antiguos y recoge unas palabras del Doctor Rocha, que comentando las dificultades de su Servicio en el “Hospital de la Santa Creu i Sant Pau”, explica lo siguiente:
4. Alex Munthe y la Grafoterapia El Dr. Parellada tenía por costumbre escribir de madrugada. En Barcelona, el día 31 de enero de 1987 y a las 3,20 de la madrugada, busca el conocido libro titulado «La historia de Sant Michele». Esta lectura y sus comentarios forman parte de lo que él llamaba «Anécdotas psiquiátricas». Comenta que es la tercera vez que lee el mencionado libro. Que la primera vez fue durante la guerra. La segunda hace veinte o trenta años. Que ahora encuentra la novela un poco artificiosa, como falsa. A pesar de todo, siempre hay alguna cosa que nos impresiona. Y de ese modo dice:
Y decía Munthe:
Y volviendo a las motivaciones profundas por las cuales Alex Munthe escribió este libro, resulta que al estallar la guerra de 1914, y estando fundadamente preocupado, encuentra a Henry Jammes —el novelista, hermano de William, el psicólogo que viéndolo inquieto y desasosegado le aconsejó escribir sobre el tema de Sant Michele, que le era caro, con todos los descubrimientos arqueológicos, la escalera fenicia de 777 escalones, y el panorama incomparable. Y le decía que:
De esta forma —comenta Parellada—, Munthe se convierte en otro testimonio de los beneficios de la grafoterapia. Y es que realmente el hecho de escribir no sólo es una ocupación de la mente, y una evocación de preocupaciones, sinó que es un sedante satisfactorio que equilibra nuestra emotividad y, por poco que salga bien nuestra redacción, nos hace recuperar unos grados en el aprecio hacia nosotros mismos. 5. Una anécdota sobre Grafoterapia El día 3 de febrero de 1991 y a las 2 h. de la madrugada, el Dr. Parellada recoge la siguiente anécdota psiquiátrica:
VI. EL DR. PARELLADA QUERÍA ESCRIBIR UN LIBRO SOBRE LA «HISTORIA DE LA PSIQUIATRÍA» Una nota escrita en Barcelona, la madrugada del lunes día 20 de marzo de 1989, dice que quiere hablar de cinco cosas: libreta nueva, visita a la casa de Moisés Broggi, visita al Dr. Josep Pons Blames (el día antes había sido el de su onomástica), entrevistas a diversos psiquiatras mayores, y la redacción de la «Historia de la Psiquiatría». Sobre este quinto punto —que es el que nos interesa— dice textualmente:
Y añade, consciente de que ya no puede retrasar más la decisión...:
Y su determinación queda bien reflejada en éstas palabras:
Nos ha parecido interesante recoger todo esto, pues retrata de forma fiel la manera de ser de nuestro querido Dr. Parellada. Por contra, lo que sí tenía terminado era un buen número de anécdotas psiquiátricas, todas ellas divertidas y pintorescas y que traducen muy bien la peculiar idiosincrasia del enfermo mental y de la enfermedad mental. Creo que ésta era otra faceta —seguramente desconocida— singular y constante de Parellada: la de escribir un Anecdotario Psiquiátrico, pues las anécdotas psiquiátricas reflejan de forma bastante elocuente una situación vivida, una época, los rasgos de personalidad de tal individuo, etc. Escogemos unas cuantas anécdotas con el fin de divulgar este trabajo.
VII. ANECDOTARIO PSIQUIÁTRICO 1. El desvarío de Pío Baroja Marañón recordaba que Pío Baroja, en los últimos tiempos de su última enfermedad (y próxima su muerte), solía desvariar, y gritaba, aterrado: «Tengo que examinarme y me suspenderán...!» Y comentaba Marañón que en el subconsciente de todos los españoles persiste vivo este horror... («D», 10, XI, 81, pág. 26). 2. El matrimonio, en el cual no acuden a la Iglesia ni él ni ella He oído explicar alguna veces el caso de una boda en la que novio —o la novia— está esperándose en la Iglesia, con todos los invitados, y el otro no acude. Me parece lamentable. Generalmente existe una motivación psicopatológica que explica la anomalía de que la duda, la ambivalencia o la indecisión venga precisamente en ese último instante —en el momento crucial— cuando ya no queda tiempo de evitar la concurrencia de los invitados y asistentes, y el ridículo correspondiente. Al revisar una Historia Clínica de la Clínica Mental de la Diputación, en Santa Coloma, me he quedado sorprendido delante del hecho de que en el día de la boda no se presentaron ninguno de los dos —ni el novio ni la novia—. (Lo que no acabas de entender, es que, a pesar de todo, posteriormente se casaran. Ella terminó esquizofrénica, y es probable que ya entonces hubiese iniciado el proceso, insidiosamente, aunque no fuera visible hasta mucho tiempo después. Nos falta saber cómo era él...). Parellada transcribe el caso porque le parece excepcional, inédito y chocante. Y añade que en las Historias Clínicas Psiquiátricas, se encuentran auténticas Historias Extraordinarias —casi como las de Ed. A. Poe—. 16 de diciembre de 1972 3. Las Memorias de Francis Jammes A consecuencia del mal tiempo, se ha determinado cerrar la Real Academia de Medicina a media mañana. Entonces he acudido al Ateneu, para leer las Memorias de Francis Jammes, que entre los recuerdos de su infancia cuenta que en uno de los pueblecitos donde vivió, había muchos gitanos, que habían dejado sus costumbres nómadas, pero no habían abandonado muchos de sus malos hábitos, como por ejemplo, el de robar, y el recurrir a expedientes poco cívicos, como por ejemplo, el dar a los cerdos de los vecinos una droga sutil que les ocasionaba la muerte súbita, lo cual obligaba a los granjeros a ejecutar el entierro rápidamente. Los gitanos vigilaban disimuladamente el sitio donde se producía el entierro, y por la noche acudían a desenterrar el cerdo, lo despedazaban, se lo repartían y se lo comían sin ningún escrúpulo. Biblioteca Ateneu, 14 enero de 1987 (11 h. 40'). 4. La muerte psicosomática de un buey En «La veu de Catalunya» (11 de enero de 1935) Modest Sabaté recuerda que uno de los momentos cumbres de la poesía de Virgilio, es aquel tercer libro en el que describe la muerte de un buey, víctima de la añoranza por su compañero de arado, que murió en terreno plano, mientras trabajaba. Contrariamente, comentaba el desacierto del novelista al relatar que explicaba este hecho a las «golondrinas que cantaban en los eucaliptus», ya que «ni las golondrinas cantan, ni las golondrinas se paran en los eucaliptus».
VIII. LOS LIBROS DE MEMORIAS ESCRITOS EN CATALUÑA
Un aspecto muy remarcable de la personalidad del Dr. Dídac Parellada era su afición e inclinación a leer libros sobre «Memorias». Creemos que hablar un poco sobre esta faceta de su personalidad nos puede ayudar a entender su universo afectivo e ideológico ya que en los últimos años de su vida dedicó muchas horas a esta temática. En la Conferencia que dio en el «Casal de l’Eixample» el día 18 de diciembre de 1990 ya remarca la importancia de escribir Memorias y su conveniencia, es decir, el deber de escribir Memorias. Parellada nos dice que para conocer nuestra historia y nuestra psicología, es evidente que es necesaria la lectura de Memorias. Y es que en estas formas de escritos se tratan muchos temas en los que se hace referencia a todo. En primer lugar, a los recuerdos de la infancia, el amor juvenil, a las costumbres de la época —en contraste con la de épocas anteriores o a la actualidad—, a las vicisitudes vividas —alegres o tristes, gloriosas o trágicas—, a la economía del país, a la situación social del momento, a la profesión de quien redacta el escrito, a las ideologías, a la amistad —o a la inversa, a los estados de odio, o de traición, con ataques al alma; a la fe en los hombres, o a la desconfianza; o a la fe en Dios, o al agnosticismo, o a la incredulidad pura y dura; a los paisajes; al comercio y a la industria; a la diversidad caractereológica entre la gente del país; etc. Pero, quizás uno de los temas más sugestivos, es el descubrimiento de formas de ser ocultas, o poco conocidas, de los personajes famosos, que suelen presentarse con una apariencia determinada, y que el memorialista, nos las descubre como una engañosa fachada —a modo de ejemplo, Ibáñez nos cuenta las lágrimas de Josep Pla en un momento tierno, desmintiendo la imagen de un Josep Pla cínico y sin corazón. Además —según Parellada— la lectura de libros de Memorias siempre resulta aleccionador, pues los relatos constituyen situaciones humanas, que suelen producir mella en quien las lee, exponiendo una ilustración personal sobre el cómo se ha vivido, y probablemente cómo se ha resuelto —o cómo se ha fracasado— convirtiéndose en advertencia o comentario, perfectamente asimilable para el lector, quien seguramente nunca quedará indiferente, porque en su propia vida también pueden encontrarse situaciones parecidas. Así pues, para Parellada leer Memorias proporciona siempre una lección. Constituye siempre un enriquecimiento personal, bajo todos los aspectos –tanto en el intelectual, como en el psicovital–. Y su lectura nos hace comprender mejor nuestra propia existencia y nuestra propia personalidad, y ayuda a orientarnos de una forma reflexiva sobre los conocimientos de nuestro futuro personal y colectivo, ya que la historia siempre aporta un valioso sentido pedagógico. Pero Parellada, no sólo recomendaba leer libros de Memorias, sino también hablaba de la conveniencia de escribirlas. Así, no es de extrañar, que el Discurso leído en la Real Academia de Medicina de Barcelona, cuando fue nombrado Académico Numerario, tratase de las «Memorias» de personas tan ilustres y singulares como el Dr. Josep Trueta, de Ignasi de Gispert, de Agustí Grau Sabartés, de Manuel Bastos Ansart, de Josep Dencàs, de Josep Antoni Trabal Sans, y otros. Al hablar de Memorias, se hace necesaria la pregunta espontánea del porqué esta persona ha escrito sus «Memorias». Parellada responde de la siguiente forma:
Joaquim Mª Nadal (1883-1972) justifica someramente el título de su obra, que es «Memòries. Vuitanta anys de sinceritats i de silencis», fundamentándose en su edad, y en la sinceridad con que refiere y juzga los hechos pasados que cuenta, ya que existen otros que silencia por el deber de la fidelidad, o por no explicar situaciones punzantes, humillantes o dolorosas. Pero si bien Parellada no encuentra nada más interesante sobre los propósitos del libro, sí en cambio, en un rincón perdido, en la página 375, encuentra un párrafo orientador y exquisito que dice así:
Finalmente y para concluir esta breve crónica de Homenaje a la persona del Dr. Parellada, recogemos el escrito que con fecha 15 de diciembre de 1972, nos invita a reflexionar, cuando dice:
Y es que estos «Papeles de Identidad» están impregnados de intimidad y de humanidad. Es un libro personalísimo, claro y luminoso, de auténtica sencillez, de verdadera elegancia. Menudo en su volumen, conferiría –si no hubiese escrito ninguno más– categoría de gran escritor, a Guillem Díaz-Plaja.
Para Parellada lo que uno conlleva de vida son los recuerdos. Y las obras. Por eso, se identifica con nuestro Académico cuando dice que «tota existència és, primer, una lluita contra l’oblit» («Toda existencia es, antes que nada, una lucha contra el olvido».) Y por eso lo remarca, siente una auténtica presión por salvar el pasado, a menudo descuidado y menospreciado. Porque el olvido es un pecado.
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