Informaciones Psiquiátricas - Segundo trimestre 2007. Número 188

Aplicación de la musicoterapia en las demencias

 

Melissa Mercadal y Patrícia Martí

Psicólogas-Musicoterapeutas. Centre Clínic de Musicoteràpia.

Facultat de Psicologia, Ciències de l’Educació i de l’Esport Blanquerna.

Universitat Ramon Llull.

 

Recepción: 26-02-07 / Aceptación: 02-04-07

 

INTRODUCCIÓN

La World Federation for Music Therapy (2006) define la Musicoterapia como la utilización de la música y/o sus elementos musicales (sonido, ritmo, melodía y armonía) por un musicoterapeuta profesional, con un paciente o grupo, en un proceso diseñado para promover y facilitar la comunicación, la interacción, el aprendizaje, la movilidad, la expresión, la organización y otros objetivos terapéuticos para trabajar las necesidades físicas, emocionales, sociales y cognitivas de las personas.

Los objetivos de la musicoterapia son desarrollar el potencial y/o restaurar las funciones de la persona de manera que pueda conseguir una mejor integración intra y/o interpersonal, y consecuentemente, una mejor calidad de vida, a través de la prevención, rehabilitación o tratamiento.

En el contexto geriátrico, la musicoterapia se entiende como «la utilización especializada de la música al servicio de personas mayores que necesitan ayuda a nivel físico-motriz, cognitivo, y/o socioemocional. El objetivo es ayudarles a conseguir y a mantener su nivel óptimo de funcionamiento». (American Music Therapy Association, 2006).

Los campos de aplicación dentro de este contexto son con:

a) Personas mayores en situación de salud (prevención).

b) Personas mayores con afectaciones neurológicas (demencias, Parkinson, ACV...).

c) Personas mayores con enfermedades terminales.

d) Personas mayores con problemas psiquiátricos (depresión, ansiedad).

e) Personas mayores con problemas de dolor, insomnio...

 

PRINCIPIOS TEÓRICOS DE LA MUSICOTERAPIA

Si bien los efectos terapéuticos de la música han sido reconocidos desde la antigüedad, la aplicación de la música en el entorno terapéutico parte de principios teóricos que han sido revelados a través de estudios científicos realizados a partir de mediados del siglo XX. Así se ha demostrado que:

  • La música influencia las respuestas fisiológicas (Radocy & Boyle, 1997).

  • La música tiene un gran poder para evocar recuerdos y asociaciones (Radocy & Boyle, 1997).

  • La música influencia el estado anímico (Radocy & Boyle, 1997).

Pero a la vez, el éxito terapéutico de la música depende de las adaptaciones apropiadas de la música —siempre realizadas por un musicoterapeuta profesional especializado— a los niveles de funcionamiento y capacidades de los usuarios.

El musicoterapeuta, como profesional clínico especializado en la utilización de la música para fines terapéuticos, sigue el siguiente protocolo de intervención (Davis... 2000):

1. Derivación.

2. Assessment o Evaluación inicial.

3. Plan de tratamiento, que incluye la:

–  Formulación de objetivos a corto y a largo plazo.

–  Implementación del tratamiento.

4. Seguimiento:

–  Documentación.

–  Evaluaciones periódicas.

Es importante destacar que, en el tratamiento con Musicoterapia la persona es abordada de forma integral, potenciando sus capacidades y proporcionándole recursos para superar sus limitaciones.

 

MUSICOTERAPIA Y DEMENCIAS

Hasta mediados de 1980, apenas se habían considerado, y menos aún evaluado la eficacia de técnicas psicoterapéuticas con personas con demencia. Así, a partir de 1990 se empiezan a llevar a cabo estudios científicos y sistemáticos sobre la eficacia de la música y de la musicoterapia, como técnicas no farmacológicas, en el tratamiento de la EA y otras demencias. relacionadas. También en esta época empiezan a salir publicados relatos anecdóticos de cuidadores familiares y profesionales que sugieren que la música y la musicoterapia pueden tener un efecto especial en los enfermos con demencia (Cooper, 1991; Lloyd, 1992; Smith, 1992).

Neurólogos de prestigio internacional como el Dr. Oliver Sacks han manifestado que la música tiene una capacidad exclusiva para organizar y reorganizar la función cerebral cuando ésta está alterada (Sacks & Tomaino, 1991). Así mismo, se han publicado varias revisiones bibliográficas y dos meta-análisis de estudios clínicos en el área de Musicoterapia y demencias (Koger, Chapin, & Brotons, 1999; Brotons 2000; Vink, Birks, Bruinsma, & Scholten, 2006), llegando a las siguientes conclusiones:

– Las personas con la EA, a pesar de manifestar déficits de lenguaje y memoria, continúan cantando canciones del pasado y danzando con melodías antiguas (Braben, 1992).

– La música puede ser un canal de comunicación para recordar y repasar eventos importantes de la vida (memoria biográfica) (Geula, 1986; McCloskey, 1990).

– Mientras el lenguaje se va deteriorando, ciertas habilidades musicales continúan preservándose (Swartz, Walton, Crummer, Hantz & Frisina, 1989).

– La Musicoterapia ofrece un sentimiento de éxito y logro, de dinamización y estimulación, de evocar palabras, de calmar y dar confort al enfermo y cuidador (Pomeroy, 1993; 1994; Smith, 1990; Tappen, 1994).

– Puede paliar algunas de las reacciones conductuales y/o emocionales, especialmente en las etapas más avanzadas (Bonder, 1994; Bright, 1986).

– «... elicita emociones y asociaciones, dando acceso a la persona a estados anímicos y memorias, pensamientos y contextos que aparentemente se han olvidado» (Sacks & Tomaino, 1991).

 

APLICACIONES CLÍNICAS

La aplicación de la Musicoterapia en el campo de las demencias se ha llevado a cabo tanto desde una perspectiva cognitivo-conductual como también desde una orientación más psicodinámica, y abarca el contexto global del enfermo. Se puede intervenir en tres niveles:

1.  Enfermo

En este nivel, los objetivos terapéuticos de la Musicoterapia se centran básicamente en tres áreas: promover y mantener las funciones cognitivas, promover y mantener las habilidades sociales y reducir problemas conductuales.

2.  Binomio enfermo-cuidador informal-familiar

En este caso, la intervención musicoterapéutica se centra en potenciar las interacciones positivas y ofrecer nuevas vías de comunicación.

3.  Cuidador informal-familiar y profesional

En este nivel, la Musicoterapia ofrece un apoyo emocional, así como el aprendizaje y práctica de estrategias de autocuidado.

 

BENEFICIOS CLÍNICOS DE LA MUSICOTERAPIA CON PERSONAS CON DEMENCIA

Preferencias/Participación en Actividades Musicales

Ha sido demostrado que las personas mayores con demencia continúan participando en actividades musicales estructuradas hasta en fases avanzadas de la enfermedad (Brotons & Pickett-Cooper, 1994). Sin embargo, también ha sido interesante descubrir que la capacidad del musicoterapeuta profesional de adaptar las intervenciones y experiencias musi­cales al nivel de funcionamiento de las personas es algo fundamental e imprescindible para lograr el éxito terapéutico. Ello se hace más evidente en aquellas experiencias musicales que requieren más crea­tividad y espontaneidad, como son la composición/improvisación, juegos musicales y escribir canciones.

Tocar instrumentos musicales y actividades de danza/movimiento son el tipo de experiencias musicales en que más parti­cipan las personas con demencia y hasta fases más avanzadas (Clair, 1996).

Aunque el canto es una técnica muy utilizada, declina la capacidad de cantar en enfermos con demencia a medida que la enfermedad progresa.

Habilidades Cognitivas

La amnesia, la afasia, la apraxia, la agnosia y la anomia, son algunos de los síntomas más frecuentemente observados en personas con la EA (Scruggs, 1991). Anteriormente se ha mencionado el hecho de que ciertos procesos cognitivos relacionados con habilidades musicales se pueden preservar, incluso hasta en las últimas fases de la enfermedad. Algunos autores han hipotetizado la capacidad que tiene la música para situar al enfermo en un contexto determinado, y elicitar el recuerdo de eventos relacionados con aquel contexto (Rickert, Duke, Putzke, Marson, & Graham, 1998), ayudando así la música a la memoria episódica y autobiográfica. Esto tiene implicaciones prácticas, dado que las artes creativas utilizan una gran variedad de actividades terapéuticas que permiten acceder a la memoria residual, ya que se apoyan más en la información sensorial como elemento potenciador de la memoria. Se podría discutir que otras formas de estimulación sensorial, como fotografías que sean familiares y ciertos aromas, pueden tener efectos similares, pero los estudios aún siguen demostrando que la música tiene un mayor impacto en personas con demencias severas cuando se compara con otro tipo de estímulos (Lord & Garner, 1993; Tomaino, 1996). Consecuentemente, la música puede funcionar como catalizador y así ejercitar y mantener otros procesos cognitivos no-musicales paralelos, como:

–  El funcionamiento general (Smith, 1990).

–  La memoria reciente (aprendizaje de nuevas canciones, recuerdo de caras...) (Scruggs, 1991; Tomaino, 1996).

–  La memoria remota-biográfica (Becker, Mintun, Aleva, Wiseman, Nichols, & Dekosky, 1996).

–  El lenguaje (contenido y fluidez) (Brotons & Koger, 2000).

Habilidades Sociales/Emocionales

A medida que la demencia avanza, se van perdiendo las habilidades sociales a la vez que va también aumentando la presencia de agitación y de problemas conductuales. Consecuentemente, parece imperativo la utilización de técnicas que permitan potenciar el mantenimiento e incluso el re-aprendizaje de habilidades sociales que en algún momento formaron parte del repertorio habitual de estas personas. De este modo se puede contribuir a frenar o reducir el aislamiento social, y facilitar al enfermo oportunidades para que continúe formando parte vital y participando en su entorno social el máximo de tiempo posible.

En esta área, cuando se compara la Musicoterapia con otras actividades como pueden ser las de completar puzzles o simplemente no-actividad, algunos estudios demuestran una mayor eficacia de técnicas musicoterapéuticas para mejorar la participación, el habla e interacción verbal con otros miembros del grupo, promover iniciativas de contacto físico, sonrisas, e incluso para aumentar el afecto positivo, (Lord & Garner, 1993; Olderog-Millard & Smith, 1989; Pollack & Namazi, 1992).

Dentro de este apartado, también hay que mencionar aquellas intervenciones dirigidas a cuidadores familiares/profesionales. La participación de los cuidadores en sesiones de musicoterapia ha conllevado una mejora en el estado anímico general y calidad de vida (familiares), y una menor sensación de burn-out (profesionales) (Brotons & Martí, 2003).

La interacción y la comunicación entre enfermos y cuidadores se pueden po­tenciar, e incluso mejorar, mediante experiencias musicales estructuradas. Las intervenciones de musicoterapia pueden servir para enseñar nuevas formas de interacción entre personas afectadas y sus cuidadores familiares (Clair, Tebb & Berns­tein, 1991).

Las intervenciones musicoterapéuticas han sido eficaces para potenciar las interacciones positivas entre pacientes y sus cuidadores familiares y una mayor co­operación por parte del enfermo con los cuidadores profesionales (Clair & Ebberts, 1997).

Problemas Conductuales

La irritabilidad, el aislamiento, la depresión, la ansiedad, el miedo, la paranoia, la agresividad, los delirios y alucinaciones, la deambulación, la agitación y los problemas de insomnio, son síntomas que acompañan frecuentemente el deterioro cognitivo (fauth, Zarit, Femia, Hofer & Stephens, 2006).

Las intervenciones musicoterapéuticas han demostrado ser una buena alternativa a la medicación y a los recursos físicos, sobre todo aplicadas a nivel individual o en pequeños grupos (3-5 personas), para manejar los problemas conductuales de las personas con demencia como son:

–  La agitación durante el día (Brotons & Pickett-Cooper, 1996).

–  La agitación manifestada durante las comidas (Ragneskog, Brane, Karlsson, & Kihlgren, 1996; Ragneskog, Kihlgren, Karlsson, Norberg, 1996).

–  La agresividad a la hora del baño (Tho­mas, Heitman, Alexander, 1997).

–  Insomnio (Brotons & Pickett-Cooper, 1996).

–  Deambulación (Groene, 1993).

 

CONCLUSIONES

Las demencias son y continuarán siendo en un futuro un problema a nivel social. Aquellas intervenciones que puedan retrasar el deterioro progresivo de la enfermedad tendrán un impacto terapéutico y sanitario importante. La Musicoterapia aún se encuentra en este país en los inicios de su desarrollo y organización como profesión. Estudios como los citados previamente nos dan la confianza de que la Musicoterapia es una modalidad que tiene mucho por ofrecer a las personas con demencias y a sus cuidadores (familiars y profesionales). Por tanto, parece imperativo continuar estudiando hasta qué punto las experiencias musicales estructuradas, adaptadas a cada fase de la enfermedad

y dinamizadas por musicoterapeutas profesionales especializados, pueden ayudar al mantenimiento y hasta incluso al re-aprendizaje de ciertas habilidades, que en un pasado formaban parte del bagaje de estas personas.

La aplicación de estas técnicas ha demostrado que pueden ofrecer estimulación y potencialmente retrasar el aislamiento social, facilitando la integración y participación de estos enfermos en su entorno social el máximo tiempo posible y contribuyendo, a su vez, a una mayor calidad de vida.

 

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