Informaciones Psiquiátricas - Tercer trimestre 2007. Número 189

Psicopatología y espiritualidad

 

José Antonio García Vázquez

County Hospital, Dirham City.

 

Recepción: 13-07-07 / Aceptación: 14-09-07

 

RESUMEN

La diferenciación entre síntomas psiquiátricos y experiencias religiosas puede estar condicionada por prejuicios atribuidos al contexto social. La psicopatológica fenomenológica puede ser un instrumento útil para diferenciar los estados patológicos de la experiencia espiritual normal. La relación entre las neurociencias y el estudio de los fenómenos religiosos y espirituales es prometedora y muy reciente. En este articulo se propone la profundización del conocimiento en esta área y sus correlatos neuroanatomicos, neurofisiológicos y psicopatológicos como un fascinante reto para la psiquiatría del siglo XXI.

 

Palabras clave

Espiritualidad. Religión. Psicopatología.

 

Las creencias religiosas y los síntomas psiquiátricos son fenómenos diferenciados y separados. Ocurren en diferentes áreas de realidad y de experiencia del sujeto.

La descripción subjetiva de la experiencia espiritual y la descripción subjetiva de experiencias patológicas pueden ser confundidas por el observador externo, dependiendo de factores como el background cultural, la ideología, las categorías de pensamiento del sujeto observado y del psiquiatra que lo escucha y clasifica.

Sims (1992) sugiere que la aproximación a través de la psicopatológica fenomenológica puede ser un instrumento útil para diferenciar los estados patológicos de la experiencia espiritual normal. La consideración de la fenomenológica como el estudio de la experiencia subjetiva desde dentro, tal como Karl Jasper (1959) la define en su psicopatología general, tiene implicaciones para el entendimiento de las creencias espirituales del paciente. Sin embargo, permanece la dificultad de que no deja de ser el estudio de la experiencia subjetiva de otra persona (Sims 1994).

 

LA INFLUENCIA DEL CONTEXTO SOCIAL

¿Cuál es la relación entre el psiquiatra y la religión? Dein (2004) sugiere que el antagonismo hacia la religión de muchos psiquiatras proviene del hecho de que ven la religión como primitiva, promovedora del complejo de culpa, una forma de dependencia, irracional y sobre todo carente de una base empírica. Esta visión se complica aun más en países donde la asociación entre la religión oficial y el estado ha dado lugar a perversiones de la religiosidad, que se convierten en instrumentos de control social. Sin embargo, el proceso de globalización que conlleva la emigración masiva de personas con otras creencias religiosas a Occidente (Musulmanes, Hindúes, etc.) ha contribuido a la eliminación del monopolio de creencias en nuestro entorno.

Las categorías de pensamiento occidentales son diferentes de Oriente en muchos aspectos. De una forma muy sucinta, se puede considerar el pensamiento occidental como fruto de los filósofos griegos, Roma y la influencia semítica a través del Cristianismo.

Así, San Agustín sigue a Platón y Aquinas a Aristóteles. La aproximación Aristotélico- Tomista se convierte en prácticamente un monopolio en el pensamiento del entorno Católico hasta los años 60 del siglo XX. Naturalmente, las ciencias empíricas quieren diferenciarse de la tracción teológica y de una forma dialéctica, a manera de autoafirmación, rechazan y descalifican las creencias religiosas. Freud (1907: p. 25) famosa consideración de la religión como una obsesión universal, junto a la elevación del paradigma positivista a la categoría de dogma, conformaron quizás una visión irracional y negativa de la espiritualidad en el contexto de la psiquiatría occidental.

 

VALORACIÓN DE LOS PROBLEMAS ESPIRITUALES O RELIGIOSOS

En este contexto, ¿Cómo se deben clasificar los problemas religiosos o espirituales? La DSM-IV (American Psychiatric Association, 1994) incluye una nueva categoría diagnóstica que incluye problemas religiosos o espirituales (V62.89), dentro del apartado ‘otras patologías que pueden ser demandantes de atención clínica’, con el objetivo de cambiar la tendencia de los profesionales de la salud mental a ignorar o convertir en patológico problemas espirituales.

 

Delirios religiosos

Sims (1992) delimita los criterios para el diagnóstico de una creencia como delirio religioso:

1. Tanto la conducta observada como la experiencia subjetiva descrita reúnen las características de síntomas psiquiátricos.

2. La descripción de la experiencia por parte del paciente es compatible con la definición de delirio.

3. Existen otros síntomas reconocibles de enfermedad mental en otras áreas de la vida del individuo, como delirios, alucinaciones, trastornos del estado de ánimo o alteraciones formales del pensamiento.

4. El estilo de vida, la conducta y la dirección de las metas personales después de la experiencia son consistentes con la historia natural de un trastorno mental, y no con una experiencia enriquecedora de la personalidad.

La prevalencia de delirios religiosos varía dependiendo de las fuentes con-sultadas. Litterwood & Lipsedge (1981) mencionan que en la población de emigrantes negros en Reino Unido este tipo se delirio se da con una frecuencia de hasta el 45%, mientras que en la misma muestra, en la población blanca de origen británico se encontraba una frecuencia del 14%. En otro estudio realizado en una muestra de pacientes psiquiátricos ingresados en planta, Siddle (2000) encontró una prevalencia del 24%. Los delirios religiosos se encuentra en otras patologías psiquiátricas, como la depresión, trastorno bipolar, delirios de causa orgánica y esquizofrenia.

 

TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO Y CONDUCTA RELIGIOSA

Según Dein (2004), la diferencia entre el trastorno obsesivo compulsivo y la conducta religiosa es como sigue:

En el trastorno obsesivo compulsivo:

1.         La conducta compulsiva sobrepasa el «la letra de la ley».

2.         La persona está interesada sólo en rituales religiosos específicos, y no en el resto de la práctica religiosa.

3.         Los rituales se centran de manera específicamente en temas obsesivos, por ejemplo, limpieza y comprobaciones.

Sin embargo, es interesante resaltar que algunos estudios como el de Lewis (1998) sugieren que la actitud religiosa está asociada con rasgos obsesivos pero no con neurosis obsesivas.

Asimismo Greenberg & Witztum (2001), en una revisión de la prevalencia del trastorno obsesivo compulsivo en diferentes tradiciones culturales, no encontraron una relación etiológica entre esta patología y el background religioso.

 

ESTADOS MÍSTICOS

La interpretación desde el ángulo de la psiquiatría de las experiencias místicas ha variado dependiendo del marco teorético en la que se han valorado. Desde la consideración psicodinámica clásica que la considera una sublimación libidinal hasta la aproximación neuropsquiátrica de que constituyen parte de un cuadro epiléptico, lo cierto es que son estados transitorios de una frecuencia alta.

Hay (1987), describe una frecuencia de un tercio de la población en USA y Reino Unido.

Las experiencias descritas incluyen sentimientos de unidad con el universo, ex-periencias de éxtasis y de amor universal. Quizás una observación interesante es que este tipo de experiencias se dan en todas las culturas y religiones, y de alguna forma las descripciones coinciden a través de las diferentes religiones y se mantienen a lo largo de los siglos.

 

TERAPIA COGNITIVA Y MEDITACIÓN COMPASIVA: LA UNIÓN DE ORIENTE Y OCCIDENTE

La consideración de que la Terapia Cognitiva se puede beneficiar de las técnicas budistas de meditación compasiva ha dado lugar al desarrollo del llamado «desarrollo de la mente compasiva» (Gilbert, 2006).

Esta aproximación se centra en identificar los pensamientos y sentimientos que el sujeto tiene en relación a lo que los demás piensan de él (externa), así como la identificación de los pensamientos y sentimientos internos que el sujeto tiene hacia sí mismo.

·  Los sentimientos de vergüenza, irritación, enfado, y falta de auto apreciación son expuestos a la compasión interna y al perdón. En particular, parece efectivo a la hora de disminuir ansiedad, depresión y en sujetos con historia traumática de larga duración, como en los sometidos en la infancia a abusos sexuales, emocionales o físicos.

 

NEUROTEOLOGÍA

Esta fascinante y relativamente reciente conceptualización de la interfase entre misticismo, arte, neurología, neuroradiología y otras disciplinas encuentran su mayor exponente en Andrea Newberg, en la Universidad de Pensilvania. Este médico es coautor de «La mente mística: la biología de la experiencia religiosa».

Newberg (1999) postula que existen dos clases de mecanismos neuropsicológicos que fundamentan el desarrollo de experiencias y conductas religiosas. Estas dos clases de mecanismos representan dos líneas de desarrollo neurológico en la evolución cerebral que estos autores definen como el operador causal y por otra parte el operador holístico. Por operador se entiende un sistema de tejido nervioso en el cerebro que realiza funciones específicas; en el primer caso permitiéndonos percibir causalidad y en el segundo permitiéndonos la percepción de «wholenes» en medio de la niebla de la diversidad.

Basado en este modelo, las experiencias unitarias —incluyendo experiencias modestas como observar un atardecer hermoso hasta los más profundos estados que ocurren sólo después de años de meditación— pueden tener su base en la neuroanatomía, neurofisiología, y el flujo de neurotransmisores. Este autor incluso sugiere que existe un continuum estético religioso, basado en la activación progresiva del operador holístico, de manera que existe una correlación entre la profundidad de las experiencias y el sentimiento de unidad al infinito.

Estudios de imagen cerebral realizados en Budistas Tibetanos mientras realizaban meditación han empezado a arrojar luz empírica a los mecanismos específicos implicados en este continuum. En concreto se trataría de un área específica que estaría relacionada con la orientación espacial, y que se activa o desactiva en función del estado de meditación.

Es lógico que el avance del uso de las neurociencias en el estudio de los fenómenos religiosos y espirituales, planten cuestiones relacionadas con la validez, importancia, relevancia y necesidad de este tipo de estudios (Newberg 2005). Necesariamente se plantean cuestiones relacionadas con como este tipo de investigaciones deben ser interpretadas a la luz de la epistemología. La propuesta de Newerg es como sigue:

 

MEDICIONES Y DEFINICIONES DE ESPIRITUALIDAD Y RELIGIOSIDAD

Una de las principales dificultades es correlacionar mediciones subjetivas y objetivas. Por ejemplo, si se establece que una técnica de meditación reduce la presión arterial o esta relacionada con cambios en el metabolismo cerebral, es necesario dilucidar lo que el sujeto de hecho esta experimentando.

 

Mediciones subjetivas de la espiritualidad

La medición de la experiencia subjetiva es crucial y de alguna manera la más importante a la hora de fundamentar este análisis. Normalmente la experiencia es descrita integrando diferentes aspectos cognitivos, conductuales y emocionales. En este sentido, existen en la literatura un numero de intentos de desarrollar escalas que midan la experiencia subjetiva una experiencia religiosa o espiritual.

 

Mediciones objetivas de la espiritualidad

En este apartado se incluirían las mediciones relacionadas con aspectos fisiológicos y neurofisiologicos. Los pensamientos y emociones tienen repercusión en las funciones corporales. Incluyen disciplinas como la neuroendocrinología y la psicoinmunológia, así como el PET, el SPECT y fMRI.

 

Selección de sujetos y comparación de grupos

Se trata de establecer que candidatos son los mas apropiados para realzar los estudios de los fenómenos religiosos y espirituales. Esta dimensión implica dilucidar cual es el nivel de conocimiento y experiencia espiritual de los sujetos estudiados, así como identificar grupos que son estadísticamente comparables.

 

Diseño del estudio y bioestadística

Cuando hablamos de análisis estadístico, existen un número de aspectos a considerar. Este tipo de fenómenos son habitualmente muy complejos y tienen muchos componentes diferenciados. Como se ha mencionado anteriormente, dichos componentes son por una parte subjetivos y por otra objetivos, lo que implica que en el análisis estadístico deben ser incluidos diferentes tipos de variables, a veces de diferente naturaleza cuantitativa y/o cualitativa.

 

CONCLUSIONES

El fenómeno religioso y de experiencia espiritual ha estado presente en la humanidad desde su nacimiento hasta el día de hoy. El estudio de la espiritualidad en el ser humano debe ser multidisciplinario, con disciplinas como la filosofía, la teología, la psiquiatría, la psicología y más recientemente la neuroimagen y las neurociencias contribuyendo de manera significativa e integrada.

La globalización está permitiendo el conocimiento de Oriente por parte de Occidente y viceversa. El tipo de saber desarrollado en occidente no es excluyente de otros tipos de conocimientos, y el paradigma científico debe ser considerado como uno de los métodos de conocimiento, pero no el único.

La fenomenológica puede ser un instrumento importante para el estudio de la experiencia religiosa y espiritual, tanto en el contexto de la psiquiatría como fuera de él. Es posible el diagnóstico diferencial entre la experiencias patológicas y la experiencia espiritual normal. En este sentido, el psiquiatra debe ser respetuoso y adquirir la formación necesaria para identificar correctamente las experiencias descritas por el paciente. Asimismo, el psiquiatra debe de estar al tanto de sus propias influencias ideológicas y culturales a la hora de emitir juicios sobre este aspecto de sus pacientes.

Se está desarrollando un creciente cuerpo de evidencia en relación a las bases neurológicas de la experiencia religiosa, lo que explicaría por qué «Dios no se acaba de marchar». Este campo puede ser relacionado con la fenomenológica de la experiencia religiosa.

La relación entre las neurociencias y el estudio de los fenómenos religiosos y espirituales es prometedora y muy reciente. En este artículo se propone la profundi-zación del conocimiento en esta área y sus correlatos neuroanatómicos, neurofisiológicos y psicopatológicos como un fascinante reto para la psiquiatría del siglo XXI.

 

BIBLIOGRAFÍA

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15.  Newberg A, Leeb. The neuroscientific study of religious and spiritual phe-nomena: Or why God doesn’t use the statistics. Zygon, 2005; 40: 469-489.

 

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