INFORMACIONES PSIQUIÁTRICAS 228 - page 67

Informaciones
Psiquiátricas
2017 - n.º 228
67
Discusión
Sobre el conocimiento de los posibles
déficits percibidos por los profesionales,
prácticamente todos los consultados anotan
como funciones sensibles la memoria y las
funciones ejecutivas/atencionales, las más
comúnmente relacionadas con los trastor-
nos asociados al consumo de alcohol. Pero
aproximadamente una tercera parte añade
también dificultades en praxias, gnosias y
lenguaje, reflejando así la posible presencia
de daño en otros ámbitos cognitivos, que
puede pasar desapercibida a algunos profe-
sionales.
El uso de instrumentos de screening es
dispar por parte del panel consultado, dado
que no todas las profesiones representadas
los utilizan en su práctica habitual. Por un
lado, no suele ser misión de trabajadores
sociales o enfermeros estimar rendimiento
cognitivo. Y por otro lado, los neuropsi-
cólogos suelen utilizar baterías amplias o
pruebas específicas para determinar pre-
sencia, gravedad y perfil cognitivo en los
pacientes evaluados. Es de esperar que sean
los médicos los que usen más ampliamente
instrumentos de cribado para determinar la
necesidad o no de una exploración cognitiva
más amplia, tal y como ha resultado en la
consulta. Los más utilizados por parte de
este panel de expertos son el MMSE y el Test
del Reloj, los más extendidos en nuestro
país, pero han mostrado ser poco sensibles
al deterioro cognitivo en la población con
consumo problemático de alcohol (Oudman
et al., 2014). Una parte pequeña del panel
utiliza el MoCA (no llega al 30%). Podría ser
que su uso infrecuente se deba a que fue
diseñado mucho más tarde que el MMSE, por
lo que las publicaciones e investigaciones
sobre el instrumento han sido menos nume-
rosas y mucho más recientes. Ninguno de los
consultados utiliza el NCSE o la NAB-SM. Su
falta de uso se debe a la nula tradición en
nuestra población, ya que no existen adap-
taciones ni datos normativos en español.
No es así para el SCIP, herramienta diseñada
específicamente para detectar deterioro en
pacientes esquizofrénicos tras observar el
efecto techo que suponía el uso de MMSE
(Gómez Benito et al., 2013). Su falta de uso
por parte del panel de expertos consulta-
do puede deberse al desconocimiento de la
escala, aunque sus características (mayor
distribución de ítems de memoria y función
ejecutiva) también la podrían hacer ade-
cuada para la población de nuestro interés.
El uso del MIS, Mini-Cog, Pfeiffer y T@M
añadido por algunos profesionales puede
reflejar la selección de los instrumentos de
screening por tiempo de administración: to-
dos ellos se pueden clasificar como pruebas
breves administrables en menos de 10 mi-
nutos. En cambio, el uso de MEC y FAB po-
dría estar indicando la necesidad de añadir
mayor exploración de función ejecutiva en
estos pacientes.
Prácticamente la totalidad de los consul-
tados considera adecuado el MoCA para su
uso en población alcohólica. Y un número
importante del panel la considera también
suficientemente exhaustiva, aunque algunos
expertos indican escasa complejidad y falta
de algunas medidas, (como velocidad psico-
motora, resistencia a la interferencia o mejor
exploración de memoria). Otros comentarios
estuvieron ligados más a variables relaciona-
das con el consumo (como psicopatología,
tratamiento, rasgos de personalidad o situa-
ción actual de consumo) que con la explora-
ción neuropsicológica en sí.
Cerca de tres cuartas partes de los exper-
tos consultados utilizarían el MoCA en su
práctica clínica habitual. Cerca de tres cuar-
tas partes (76%) de aquellos que utilizan
EL MONTREAL COGNITIVE ASSESSMENT (MOCA) COMO SCREENING COGNITIVO EN PACIENTES
CON TRASTORNO POR CONSUMO DE ALCOHOL: UN ESTUDIO DELPHI
1...,57,58,59,60,61,62,63,64,65,66 68,69,70,71,72,73,74,75,76,77,...158
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