INFORMACIONES PSIQUIÁTRICAS - page 80

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Informaciones
Psiquiátricas
2014-n.º 216
cols., 2008). Programas específicos que habi-
tualmente están incluidos en las unidades de
demencia, como es el de soporte a los cuida-
dores, disminuyen la institucionalización en
un 25 % (Mittelman y cols., 2006), la retrasan
entre 53 y 329 días (Brodaty y cols., 2003) y
disminuyen la carga del cuidador en más de
un 60 % (Mittelman y cols., 2006). Por otra
parte, existen dudas sobre la eficacia tanto
de los programas integrados que ofrecen en
las unidades especializadas para la atención
de los pacientes con demencia (Nourhashemi
et al., 2010), como de las actividades espe-
cíficas, como por ejemplo los programas psi-
coeducativos y el soporte a los cuidadores
(Thompson et al., 2007). Asimismo, casi no
se dispone de valoraciones globales sobre el
funcionamiento de las clínicas de la memoria
en su conjunto (Melis y cols., 2009).
La eficacia, al menos en determinados ele-
mentos individuales, de los dispositivos es-
pecializados está amenazada por su propio
éxito: El 64 % de estos dispositivos sufren
un incremento progresivo de la demanda y
un 83 % tiene lista de espera para la primera
valoración (Lindesay y cols., 2002; Phipps &
O’Brien 2002).
Debido a que la demencia es un proble-
ma social tan importante, se necesitan más
pruebas que avalen la calidad de las clínicas
de la memoria. Sin embargo, puesto que los
problemas relacionados con la demencia son
demasiado urgentes, no debemos esperar a
realizar las acciones necesarias cuando la
evidencia esté disponible. Se debe aprove-
char el impulso que se ha creado en estos
últimos años para definir y poner en práctica
el estado de calidad de las clínicas multidis-
ciplinarias de memoria en base a la mejor
evidencia disponible en la actualidad y en el
consenso de actuaciones, pero se debe hacer
con sensatez: en estrecha colaboración con
todas las partes involucradas y acompañado
por una evaluación rigurosa. Si las evalua-
ciones muestran un valor añadido como se
espera, no serán necesarios ajustes. Si no, la
política actual tendría que ser reconsiderada
(Melis y cols., 2009).
Atención primaria y demencias
La demencia es común entre las perso-
nas mayores, con una prevalencia estimada
de 11 % a 16 % entre las personas mayores
de 70 años. En la mayor parte de los países
occidentales los dispositivos de AP son los
mejor situados para ofrecer una atención sa-
nitaria integral a los pacientes con demencia
y a menudo, es el único médico disponible
para los pacientes ancianos con problemas
de memoria. Sin embargo, numerosos estu-
dios han encontrado que hasta un 50 %-65 %
de los pacientes con demencia no tienen un
diagnóstico de demencia documentado en su
historial clínico y que el 50 % de los pacien-
tes diagnosticados no son tratados (Borson
et al., 2006; Illife et al., 2009). La sutileza
de los síntomas y las limitaciones de tiempo
en la práctica de la AP hacen que sea difí-
cil para los médicos de cabecera reconocer
y diagnosticar la demencia (Coll de Tuero y
cols., 2011).
Por otra parte, en el ámbito de la AP no to-
dos los casos que se detectan son remitidos
a los dispositivos especializados para realizar
el diagnóstico etiológico. Como motivos más
relevantes para no remitir al paciente, des-
tacan las dudas de los propios profesionales
sanitarios y las de los pacientes y/o familia-
res sobre los beneficios que puede suponer
una derivación para efectuar el diagnóstico
etiológico (Zunzunegui et al., 2003). Sin
embargo, hay que señalar que el tratamien-
to de la enfermedad de Alzheimer, en este
caso farmacológico, es coste-efectivo ante
el nihilismo terapéutico (Hartz et al., 2012)
y su eficacia mejora cuando se combina con
estrategias no farmacológicas (Onder y cols.,
2005).
Joan Vilalta Franch
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