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Informaciones
Psiquiátricas
2014-n.º 216
Introducción
El progresivo envejecimiento de la pobla-
ción, más evidente a partir de la segunda mi-
tad del siglo pasado, es un fenómeno gene-
ralizado en los países desarrollados así como
en los países en vías de desarrollo. En los
últimos 50 años se ha triplicado el número
de personas mayores de 60 años en el mun-
do y las estimaciones demográficas señalan
que este número se triplicará de nuevo en los
próximos treinta años (Organización de Na-
ciones Unidas, 2006). El envejecimiento de
la población representa un reto importante
para los sistemas de cobertura social y sani-
taria, no sólo como consecuencia del incre-
mento del gasto sanitario sino por el cambio
en el tipo de atención social y sanitaria que
ocasionan algunas enfermedades asociadas
al envejecimiento (Brayne, 2007).
Las demencias, como modelo de enferme-
dad/es relacionadas con la edad, también
están aumentando, con el resultado de un
rápido incremento en el número de estos
pacientes. Algunos factores de riesgo que
se asocian a una mayor tasa de demencia
también están aumentando, por lo que la
prevalencia de la demencia puede aumentar
más rápidamente de lo que se espera en los
próximos años. Las demencias en general, y
la enfermedad de Alzheimer (EA) en particu-
lar, despiertan un gran interés y preocupa-
ción desde la perspectiva de los servicios de
salud puesto que, además de ser una de las
principales causas de incapacidad en perso-
nas de edad avanzada, requieren un eleva-
do número de recursos sanitarios y sociales
(Brayne, 2007). Al mismo tiempo, los proble-
mas financieros internacionales han reducido
los recursos disponibles para la inversión en
los servicios sociales y de salud. Así pues, la
demencia es y será un importante problema
de salud pública.
Esta combinación de un creciente número
de personas afectadas, una proporción menor
de personas más jóvenes en la población y la
reducción de las finanzas públicas ha creado
un contexto en el se debe potenciar la efica-
cia y la eficiencia de los servicios hasta don-
de sea posible para maximizar el beneficio en
salud del dinero invertido en los mismos. La
compra de nuevos servicios o incrementar el
tamaño de los que disponemos tiene un tope
que viene marcado por los aspectos econó-
micos. No parece, pues, que sea una opción
factible en muchos países. La situación eco-
nómica actual debe comportar una reflexión
sobre la disponibilidad de los servicios que
disponemos y sólo podemos contemplar la
compra de nuevos servicios o potenciar los
que tenemos tras mejorar los rendimientos
de los que disponemos en todo lo que sea
posible.
Nuestro planteamiento para la mejora de
los servicios existentes en la atención de los
pacientes con demencia se sustenta en dos
pilares básicos: La colaboración entre los
profesionales de atención primaria (AP) y los
de dispositivos especializados y la utilización
de las nuevas tecnologías de comunicación.
Unidades de demencia
(Memory clinics)
Hace unos 30 años empezaron a surgir en
Europa servicios específicos para el diagnós-
tico y manejo de los pacientes con demencia
(Van der Cammen et al., 1987). Esta nece-
sidad vino determinada por las dificultades
tanto de los antiguos servicios de psicogeria-
tría como los de geriatría para dar la asisten-
cia que necesitaban este tipo de pacientes.
Así pues, estos nuevos servicios germinaron
y crecieron, la mayor parte de ellos, de forma
independiente a dispositivos asistenciales de
geriatría general o de psicogeriatría. En la
actualidad, esta desmembración de servicios
se puede contemplar de forma negativa de-
bido a la complejidad de los pacientes con
Joan Vilalta Franch
