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Informaciones
Psiquiátricas
2015 - n.º 219
un coágulo de sangre, fue nuevamente re-
querido por las enfermeras y médico pedia-
tra que estimaba necesaria su presencia.
Sentencia de 24 de noviembre de 1984, se
refiere a una intervención quirúrgica practi-
cada a un enfermo que padecía pionefrosis
de riñón izquierdo que aconsejaba su extir-
pación, y apareciendo en las radiografías,
erróneamente la marca que debía indicar
el lado derecho, en el izquierdo, el doctor
operador no se preocupó de examinar con la
debida atención el historial clínico y las ra-
diografías, por lo que, en vez de extirpar el
riñón izquierdo, extrajo el derecho que es-
taba sano; y habiéndole advertido el médico
anestesista el error, lo reimplantó, y termi-
nada la intervención trasladó al enfermo a
la U.C.I., falleciendo por tromboembolismo
pulmonar a consecuencia de la formación
rápida de coágulos por la extirpación y con-
siguiente implantación renal.
Sentencia de 17 de noviembre de 1987. El
Tribunal Supremo, condenó a un médico que
concluida la intervención quirúrgica, efectúa
un recuento mental del material empleado,
sin percatarse de que había abandonado en
el campo operatorio una compresa de las que
había usado con anterioridad y, posterior-
mente, al presentársele a la paciente sínto-
mas de un ilego intestinal y ordenar la rea-
lización de dos radiografías a la parturienta,
en las que se apreció la existencia de mate-
rial quirúrgico, y pese a la advertencia que le
hizo el radiólogo en presencia de aquél, no
hizo caso de la misma, y sólo después de una
ecografía, se decidió a intervenir de nuevo,
lo que no efectuó, por trasladarse la paciente
a Madrid y realizarla otro facultativo, toda
vez que aquélla notaba transcurridos unos
días, bastantes dolores; que al haber trans-
currido más de setenta y dos horas, el médico
operador provocó con ello la aparición de se-
cuelas en la enferma, que se habrían evitado
de actuar correctamente dicho doctor; que al
ser operada nuevamente por otro médico, se
le practicó una laparectomía que dio lugar a
la resección de quince o veinte centímetros
del íleon terminal, trompa de falopio y ovario
izquierdo.
El 29 de marzo de 1988 el Tribunal Supre-
mo dictó sentencia condenatoria contra un
ginecólogo, encargado de la vigilancia, con-
trol y proceso de una enferma. Durante el
período de gestación, aquélla desarrolló un
cuadro de toxemia, gestosis o preclompía,
que pasó inadvertido al médico procesado,
por no llevar a cabo la vigilancia adecuada
de análisis, pruebas, etc. Posteriormente, la
paciente fue internada por resultar rota la
bolsa amniótica y vista por el ginecólogo,
éste pese a percatarse de tal extremo, aban-
donó el parto a la comadrona, produciéndo-
se el fallecimiento de la enferma.
Sentencia de 15 de enero de 1990, el
Tribunal Supremo condenaba a un médico
ginecólogo por imprudencia temeraria con
resultado de muerte. El acusado cuidó de la
asistencia y vigilancia del embarazo de la
que más tarde devino en víctima, no habien-
do diagnosticado, a pesar de los síntomas,
un cuadro de eclamsia; como consecuencia
de lo anterior, no tomó las medidas proce-
dentes, para instaurar un tratamiento ade-
cuado como medio de evitar una evolución
desfavorable del cuadro que presentaba bas-
tante días antes del ingreso en el Centro
sanitario de la enferma, quien falleció por
paro respiratorio toxemia gravídica, que es
derivación lógica de una eclamsia no diag-
nosticada en su fase previa por el doctor
condenado
La Sentencia de 26 de abril de 1994 co-
noce del recurso frente a una de la Audien-
cia Provincial de Barcelona que absolvió al
acusado, declara haber lugar al recurso y
dicta segunda sentencia en la que le con-
José Mª Planchat Teruel